¿Cuál es el problema?
Los pacientes que necesitan una máquina de apoyo para respirar no pueden hablar debido a que el tubo que lleva gas a los pulmones atraviesa la laringe. Los pacientes articulan palabras, gesticulan y utilizan expresiones faciales. Sin embargo, son muy difíciles de comprender. El debilitamiento de los músculos y la dificultad de concentración, habituales en las enfermedades graves, dificultan el uso de medios auxiliares, como equipos de escritura o tableros de comunicación. Falta evidencia consistente sobre qué dispositivos de comunicación son eficaces.
¿Por qué es esto importante?
La dificultad para comunicarse hace que las personas corran un mayor riesgo de sufrir efectos perjudiciales, provoca malestar en los pacientes y sus familiares y causa estrés al personal sanitario.
¿Qué evidencia se encontró?
Se buscaron estudios (hasta el 30 de julio de 2020) que exploraran los dispositivos utilizados para ayudar a las personas con un tubo respiratorio a comunicarse. Se encontraron 11 estudios con 1931 participantes ingresados en unidades de cuidados intensivos. También se buscaron estudios que incluyeran a personas que necesitaban un tubo respiratorio en su domicilio o en centros de atención de larga estancia, pero no se encontró ninguno. Ocho estudios utilizaron tableros o aplicaciones de comunicación. En tres estudios se utilizaron dispositivos para que el paciente pudiera hablar con el tubo respiratorio colocado. Todos los estudios compararon los medios auxiliares de comunicación con las prácticas de comunicación habituales. En seis estudios, la práctica habitual no incluía el uso de ningún tipo de dispositivo para la comunicación. En los cinco estudios restantes, la atención habitual comprendía una serie de ayudas a la comunicación utilizadas de forma habitual en las unidades de cuidados intensivos participantes, incluyendo un tablero de comunicación, un bloc de notas de papel y la programación rutinaria del uso de dispositivos para el habla. No existe seguridad acerca de si el uso temprano de dispositivos de ayuda para el habla podría aumentar el número de personas que pueden decir palabras comprensibles o acortar el tiempo hasta poder hablar. La evidencia fue de calidad muy baja.
Del mismo modo, en comparación con la atención habitual en la que no se utiliza ningún medio auxiliar, se desconocen los efectos de los tableros de comunicación en la satisfacción del paciente. Tampoco se sabe con seguridad el efecto sobre el malestar psicológico ni la calidad de vida debido a la incertidumbre de la evidencia. Los dispositivos de comunicación que ayudan a las personas a hablar podrían tener poco o ningún efecto sobre la duración de la estancia en la unidad de cuidados intensivos (evidencia de calidad baja). Se desconocen los posibles efectos perjudiciales del uso de dispositivos de ayuda a la comunicación, ya que solo tres estudios los informaron, y todos midieron diferentes episodios adversos, y dos fueron estudios muy pequeños.
¿Qué significa esto?
No existe seguridad acerca de si utilizar dispositivos de ayuda al habla en cuidados intensivos podría aumentar el número de personas que pueden decir palabras comprensibles. El uso de tableros de comunicación podría aumentar la satisfacción de los pacientes, pero se desconfía de estos resultados debido a la evidencia de calidad muy baja. Esto significa que es probable que futuros estudios cambien la comprensión del efecto de los dispositivos de ayuda a la comunicación. Se necesitan más estudios para comprender los efectos de los dispositivos de ayuda a la comunicación, especialmente los efectos sobre el bienestar psicológico y la capacidad de comunicación de las personas.
Debido a la falta de estudios de alta calidad, la imprecisión, la inconsistencia de los resultados y a la heterogeneidad de las mediciones, la evidencia no proporciona información suficiente para guiar la práctica en cuanto a qué dispositivos de comunicación son más apropiados y cuándo utilizarlos. El desarrollo de un conjunto fundamental de medición de desenlaces ayudaría a comprender la efectividad de los dispositivos de comunicación.
La incapacidad de comunicarse de forma comprensible causa un extremo malestar en las personas que necesitan una vía respiratoria artificial y tiene implicaciones en la calidad de la atención y la seguridad del paciente. Las opciones de comunicación asistida incluyen dispositivos no vocales, generadores de voz y facilitadores de voz.
Evaluar la efectividad de los dispositivos de ayuda a la comunicación para las personas que necesitan una vía respiratoria artificial (tubo endotraqueal o de traqueotomía), definida como la proporción de personas capaces de: utilizar un dispositivo de comunicación no vocal para comunicar al menos un síntoma, una necesidad o una preferencia; o utilizar un dispositivo facilitador de voz (fonador) para producir al menos una palabra inteligible.
Evaluar el tiempo de comunicación/fonación; las percepciones de la comunicación; la calidad/el éxito de la comunicación; la calidad de vida; el malestar psicológico; la duración de la estancia y los costes; así como los eventos adversos.
Se hicieron búsquedas en la Biblioteca Cochrane (versión de Wiley), MEDLINE (OvidSP), Embase (OvidSP), en otras tres bases de datos y en la literatura gris desde su creación hasta el 30 de julio de 2020.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA), cuasialeatorizados, ECA por conglomerados, grupos paralelos controlados no aleatorizados y estudios controlados de tipo antes y después que evaluaran dispositivos de ayuda a la comunicación utilizados en adultos con una vía respiratoria artificial.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar recomendados por Cochrane. Dos autores de la revisión realizaron de forma independiente la extracción de los datos y la evaluación del riesgo de sesgo.
Se incluyeron 11 estudios (1931 participantes) realizados en unidades de cuidados intensivos (UCI). Ocho evaluaron dispositivos de comunicación no vocales y tres dispositivos facilitadores de voz. El comparador de todos los estudios fue la atención habitual. En seis estudios esta atención no incluyó dispositivos; en los cinco restantes consistió en el uso de diversos dispositivos de ayuda a la comunicación.
En general, la confianza en los resultados con respecto a la efectividad de las intervenciones de comunicación fue muy baja debido a la imprecisión, la heterogeneidad en las mediciones, la inconsistencia de los resultados y a que la mayoría de los estudios tuvieron un riesgo de sesgo alto o incierto en varios dominios.
Ningún estudio con dispositivos no vocales proporcionó información sobre el desenlace principal de esta revisión. Se desconocen los efectos del uso temprano de un dispositivo facilitador de la voz en comparación con el uso habitual sobre la capacidad de emitir al menos una palabra inteligible (razón de riesgos [RR] 3,03; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,18 a 50,08; dos estudios; evidencia de certeza muy baja).
En comparación con la atención habitual sin dispositivos, se desconocen los efectos de un dispositivo no vocal (tablero de comunicación) sobre la satisfacción del paciente (diferencia de medias estandarizada [DME] 2,92; IC del 95%: 1,52 a 4,33; cuatro estudios; evidencia de certeza muy baja).
Ningún estudio de dispositivos no vocales informó sobre la calidad de vida. La evidencia de certeza baja de dos estudios indica que el uso temprano de un dispositivo facilitador de voz podría no tener efecto sobre la calidad de vida (DM 2,27; IC del 95%: -7,21 a 11,75). Las diferencias conceptuales en las medidas de malestar psicológico impidieron la agrupación de los datos; sin embargo, los participantes del grupo de intervención comunicaron menos malestar, lo que indica que podría haber un beneficio, pero la certeza de la evidencia es muy baja.
Evidencia de certeza baja indica que los dispositivos facilitadores de la voz tienen poco o ningún efecto sobre la duración de la estancia en la UCI; no fue posible determinar los efectos de los dispositivos no vocales. Tres estudios proporcionaron información de diferentes eventos adversos (uso de sujeciones físicas, hemorragia tras la traqueotomía y parámetros respiratorios que indicaran una descompensación respiratoria). Las tasas de eventos adversos fueron similares entre los grupos en los tres estudios. Sin embargo, continúa habiendo una falta de certeza en cuanto a los efectos perjudiciales asociados con los dispositivos de comunicación.
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