Antecedentes
Las personas que carecen de hogar tienen más probabilidades de consumir tabaco y se enfrentan a muchos problemas que les dificultan el abandono del hábito de fumar. Los problemas de salud causados por el tabaquismo se encuentran entre las principales causas de muerte de esta población, por lo que es necesario encontrar nuevas formas de reducir el consumo de tabaco en las personas sin hogar. La guía de atención médica dice que el tratamiento para dejar de fumar debe incluir alguna forma de asesoramiento o apoyo, además de medicamentos diseñados para ayudar a las personas a dejar de fumar. Sin embargo, este tratamiento a menudo no se proporciona ni se utiliza entre las personas que carecen de hogar. La revisión analizó si los sistemas diseñados para ayudar a los adultos sin hogar a obtener tratamientos para dejar de fumar y los tratamientos diseñados para ayudar a los adultos sin hogar a dejar de fumar dan lugar a un mayor uso de los tratamientos y a que más personas dejen el tabaquismo. También se examinó si los tratamientos para ayudar a los adultos sin hogar a dejar de fumar cambiaron su consumo de otras drogas y su salud mental.
Características de los estudios
Se incluyeron diez estudios con 1634 participantes. Uno de estos estudios todavía está en curso, pero los otros nueve se han completado. Todos los participantes eran fumadores de tabaco, de 18 años de edad o más, y habían experimentado la falta de vivienda. La mayoría de los participantes fueron reclutados en lugares de la comunidad como los refugios para personas sin hogar, pero algunos también fueron reclutados en clínicas de salud. Todos los estudios ofrecieron a los participantes alguna forma de apoyo de asesoramiento para dejar de fumar, y ocho de estos estudios también ofrecieron medicamentos para dejar de fumar. Los tratamientos probados en los estudios incluidos fueron: cigarrillos electrónicos, apoyo con mensajes de texto, recompensas por dejar de fumar, apoyo de asesoramiento más intensivo, tratamientos centrados en otros desafíos del estilo de vida además de fumar, y terapia cognitiva-conductual. La evidencia está actualizada hasta enero de 2020.
Resultados clave
No se dispuso de información suficiente para decidir si los tratamientos para dejar de fumar dirigidos específicamente a las personas sin hogar hicieron que éstas tuvieran más probabilidades de dejar de fumar que el tratamiento estándar para dejar de fumar. Tampoco se dispuso de información suficiente para determinar si esos tratamientos afectaban la salud mental o el consumo de drogas de las personas sin hogar.
Calidad de la evidencia
Toda la información incluida en esta revisión se consideró de calidad baja o muy baja. Lo anterior se debe a que los estudios incluidos en esta revisión fueron pequeños, y hubo problemas con la forma en la que se realizaron algunos de los estudios incluidos. Este hecho significa que es difícil saber si estas intervenciones ayudan a las personas que carecen de hogar a dejar de fumar. Es muy probable que los hallazgos de esta revisión cambien a medida que se completen nuevos estudios.
No hay evidencia suficiente para evaluar los efectos de una intervención para el abandono del hábito de fumar específicamente en las personas que carecen de hogar. Aunque hubo alguna evidencia que indicó un efecto beneficioso modesto de las intervenciones conductuales más intensivas para dejar de fumar en comparación con las intervenciones menos intensivas, la certeza en esta evidencia fue muy baja, lo que significa que estudios de investigación adicionales podrían fortalecer o debilitar este efecto. No hay evidencia suficiente para evaluar si proporcionar apoyo para el abandono del hábito de fumar y sus efectos sobre los intentos de abandono tiene algún efecto en la salud mental o en otros desenlaces del consumo de sustancias en las personas que carecen de hogar. Aunque no hay motivos para creer que los tratamientos estándar para el abandono del hábito de fumar funcionen de manera diferente en las personas sin hogar que en la población en general, estas conclusiones ponen de relieve la necesidad de realizar estudios de alta calidad que aborden formas adicionales de involucrar y apoyar a las personas sin hogar, en el contexto de los desafíos diarios a los que se enfrentan. Estos estudios deben tener un poder adecuado y esforzarse por retener a los participantes para un seguimiento a largo plazo de al menos seis meses. En los estudios también se deberían explorar intervenciones que aumenten el acceso a los servicios para dejar de fumar y abordar las influencias sociales y ambientales del tabaquismo entre las personas que carecen de hogar. Por último, los estudios deben explorar el impacto del abandono del hábito de fumar sobre los desenlaces de salud mental y consumo de sustancias.
Las poblaciones que carecen de vivienda tienen altas tasas de tabaquismo y experimentan barreras significativas para abandonar el hábito. Las afecciones causadas por el tabaco se encuentran entre las principales causas de morbilidad y mortalidad entre las personas que carecen de hogar, lo que pone de relieve la necesidad urgente de intervenciones para reducir la carga del consumo de tabaco en esta población.
Evaluar si las intervenciones diseñadas para mejorar el acceso a las intervenciones para el abandono del hábito de fumar en adultos que experimentan la falta de hogar dan lugar a un aumento del número de personas que participan o reciben tratamiento, y si las intervenciones diseñadas para ayudar a los adultos que experimentan la falta de hogar a abandonar el hábito de fumar llevan a un aumento de la abstinencia de tabaco. Evaluar también si las intervenciones para el abandono del hábito de fumar en adultos que carecen de hogar afectan el consumo de sustancias y la salud mental.
Se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane de Tabaquismo (Cochrane Tobacco Addiction Group), MEDLINE, Embase y PsycINFO de estudios que utilizaban los términos: un-housed*, homeless*, housing instability, smoking cessation, tobacco use disorder, smokeless tobacco. También se realizaron búsquedas en registros de ensayos para identificar estudios no publicados. Fecha de la búsqueda más reciente: 6 de enero de 2020.
Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados que reclutaron a personas sin hogar que consumían tabaco e investigaron intervenciones centradas en: 1) mejorar el acceso a los servicios de apoyo pertinentes; 2) aumentar la motivación para dejar de fumar; 3) ayudar a las personas a lograr la abstinencia, lo que incluye, entre otras cosas, el apoyo conductual, las farmacoterapias para el abandono del hábito de fumar, el manejo de contingencias y las intervenciones basadas en textos o aplicaciones; o 4) fomentar las transiciones al consumo a largo plazo de nicotina que no implique el uso del tabaco. Los comparadores elegibles incluyeron ninguna intervención, atención habitual (según la definición de los estudios) u otra forma de intervención activa.
Se utilizaron los métodos Cochrane estándar. El abandono del hábito de fumar se midió en el punto temporal más tardío de cada estudio, sobre la base de la intención de tratar, y se utilizó la definición más rigurosa disponible. Cuando fue posible se calcularon las razones de riesgos (RR) y los intervalos de confianza (IC) del 95% del abandono del hábito de fumar en cada estudio. Los estudios elegibles se agruparon según el tipo de comparación (refuerzo eventual además de la atención habitual para el abandono del hábito de fumar; intervenciones para el abandono del hábito de fumar más intensivas versus menos intensivas; y apoyo multitemático versus apoyo para el abandono del hábito de fumar solamente), y cuando fue apropiado se realizaron metanálisis mediante el modelo de efectos aleatorios de Mantel-Haenszel. También se extrajeron datos sobre los intentos de abandono del hábito de fumar, los efectos sobre la salud mental y la gravedad del consumo de sustancias, y estos desenlaces se metanalizaron cuando se dispuso de datos suficientes.
Se identificaron diez estudios con 1634 participantes que fumaban tabaco combustible en el momento de la inscripción. Uno de los estudios está en curso. La mayoría de los ensayos incluyeron a participantes reclutados en sitios comunitarios como refugios, y tres incluyeron a participantes reclutados en clínicas. Tres estudios se consideraron con alto riesgo de sesgo en uno o más dominios. Se identificó evidencia de certeza baja, limitada por la imprecisión, de que el refuerzo eventual (recompensas por el abandono exitoso del hábito de fumar) más la atención habitual para el abandono del hábito de fumar no fue más efectiva que la atención habitual sola para promover la abstinencia (RR 0,67; IC del 95%: 0,16 a 2,77; un ensayo, 70 participantes). Se identificó evidencia de certeza muy baja, limitada por el riesgo de sesgo y la imprecisión, de que el apoyo conductual más intensivo para el abandono del hábito de fumar fue más efectivo que la intervención breve para promover la abstinencia a los seis meses de seguimiento (RR 1,64; IC del 95%: 1,01 a 2,69; tres ensayos, 657 participantes; I2 = 0%). Hubo evidencia de certeza baja, limitada por el sesgo y la imprecisión, de que el apoyo multitemático (apoyo para el abandono que también incluyó la ayuda para enfrentar otros desafíos o adicciones) no fue superior al apoyo específico para el abandono del hábito de fumar en la promoción de la abstinencia (RR 0,95; IC del 95%: 0,35 a 2,61; dos ensayos, 146 participantes; I2 = 25%). Es probable que más datos sobre este tipo de intervenciones cambien la interpretación de los ya existentes. Los estudios individuales que examinaron los efectos del apoyo con mensajes de texto, los cigarrillos electrónicos o la terapia cognitiva-conductual para dejar de fumar no proporcionaron resultados concluyentes. Los datos sobre los desenlaces secundarios, incluida la salud mental y la gravedad del consumo de sustancias, fueron demasiado escasos para establecer conclusiones significativas sobre si había diferencias clínicamente relevantes. No se identificaron estudios que evaluaran explícitamente las intervenciones para aumentar el acceso a la atención para el abandono del tabaquismo; por lo tanto, no fue posible evaluar el desenlace secundario "número de participantes que recibieron tratamiento".
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