El problema
Una gran proporción de mujeres gana más peso del recomendado durante el embarazo. El aumento de peso excesivo durante el embarazo está asociado con complicaciones como diabetes, hipertensión arterial, cesárea y neonatos macrosómicos. Esta revisión pretendió determinar si las medidas de dieta o ejercicio, o ambos, pueden prevenir el aumento de peso gestacional excesivo (GWG), y si eran seguras.
Cómo se realizó la revisión
Es una actualización de una revisión publicada por primera vez en 2012 y se actualizó hasta noviembre de 2014 y solo incluyó ensayos controlados aleatorios (ECA) en la revisión actualizada. Se agruparon los estudios de acuerdo con los tipos de intervenciones y según los tipos de participantes, es decir, pacientes con peso normal (el grupo de bajo riesgo), todas las pacientes embarazadas (el grupo de riesgo mixto) y pacientes con sobrepeso u obesas, o pacientes que padecen o están en riesgo de padecer diabetes gestacional (el grupo de alto riesgo).
Hallazgos
Se incluyeron 65 ensayos controlados aleatorios, de los cuales 49 ensayos que incluían a 11 444 mujeres aportaron datos. Veinte estudios presentaban un riesgo de sesgo de moderado a alto. Las dietas analizadas fueron: de bajo contenido en azúcar (baja carga glucémica), diabética, hipocalórica o de bajo contenido en grasas, con o sin diarios de alimentos y pesaje regular. Las intervenciones de ejercicio fueron mayormente de intensidad moderada e involucraban caminatas regulares, y clases de ejercicios aeróbicos o baile. Por lo general, el grupo de comparación o de control recibió atención habitual. En general, las intervenciones de tratamiento del peso produjeron una reducción en la cantidad de pacientes que aumentaron de peso en forma excesiva en un quinto (20%; rango 13% a 27%) durante el embarazo. Estas pruebas se consideraron como de alta calidad.
En términos generales, no se hallaron beneficios claros con ninguna de las intervenciones de dieta o de ejercicio, o ambos, en otros resultados como preeclampsia, cesárea, parto prematuro y tener un bebé de más de 4 kg de peso (macrosomía); aunque no se pudo descartar un pequeño efecto en la cesárea (5% de disminución) y la macrosomía (7% de reducción), en especial en mujeres tratadas con intervenciones de asesoramiento de dieta y ejercicio combinados. También hubo una tendencia de reducción de la macrosomía con las intervenciones de ejercicio supervisado solo. Las intervenciones también redujeron la hipertensión materna (hipertensión arterial). No se hallaron diferencias claras entre los grupos de estudio respecto de la mayoría de las complicaciones neonatales; excepto por el hecho de que en las mujeres con alto riesgo, los neonatos de las madres del grupo de intervención tuvieron menos probabilidades de sufrir dificultad respiratoria (síndrome de dificultad respiratoria) que los del grupo de control. Estas pruebas eran mayormente de calidad moderada.
Los estudios tuvieron diferencias en los tipos de intervenciones, los tipos de participantes (por ejemplo respecto al índice de masa corporal [IMC], la cantidad de embarazos anteriores y la edad), la implementación de la intervención (si la intervención se incorporó durante las visitas prenatales o por separado, a cargo de un nutricionista), el momento de las mediciones, el momento de inicio de la intervención (primero, segundo o tercer trimestre), la intensidad de la intervención y de qué manera se controló o supervisó. La mayoría de los estudios incluidos se realizaron en países desarrollados y no queda claro si estos resultados se pueden aplicar de forma amplia en contextos de bajos ingresos.
Conclusiones
Se hallaron pruebas de alta calidad de que las intervenciones de dieta o ejercicio, o ambas, ayudan a reducir el aumento de peso excesivo durante el embarazo. También podrían reducir los partos por cesárea (en especial con las intervenciones combinadas de dieta y ejercicio) y la hipertensión materna. Además, se redujeron las probabilidades de tener un bebé de más de 4 kg de peso y de que el recién nacido presentara dificultad para respirar después del parto, especialmente en pacientes obesas. El ejercicio de intensidad moderada parecen ser un componente importante de las estrategias de control de peso durante el embarazo; sin embargo, se necesita más investigaciones sobre los efectos secundarios para elaborar guías seguras.
Las pruebas de alta calidad indican que la dieta o el ejercicio durante el embarazo, o ambos, pueden reducir el riesgo de GWG excesivo. Otros beneficios pueden incluir un riesgo más bajo de parto por cesárea, macrosomía y morbilidad respiratoria neonatal; en especial, en pacientes de alto riesgo tratadas con intervenciones combinadas de dieta y ejercicio. También podría disminuir la hipertensión materna. El ejercicio parece ser un componente importante para controlar el aumento de peso durante el embarazo; además, se necesita más investigación para establecer guías seguras. La mayoría de los estudios incluidos se realizaron en países desarrollados y no queda claro si estos resultados se pueden aplicar de forma amplia en contextos de bajos ingresos.
Ésta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2012, número 4. El aumento de peso excesivo durante el embarazo se asocia con resultados maternoinfantiles deficientes como diabetes gestacional, hipertensión arterial, cesárea, macrosomía y mortinatalidad. Las intervenciones de dieta o ejercicio, o ambos, podrían reducir el aumento de peso gestacional excesivo (GWG, por sus siglas en inglés) y los resultados deficientes asociados; sin embargo, las pruebas de la revisión original no fueron concluyentes.
Evaluar la efectividad de las intervenciones de dieta o ejercicio, o ambos, para prevenir el aumento de peso excesivo durante el embarazo y las complicaciones del embarazo asociadas con este aumento.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Embarazo y Parto (Cochrane Pregnancy and Childbirth Group) (5 noviembre 2014), se estableció contacto con los investigadores de los estudios en curso previamente identificados y se examinaron las listas de referencias de los estudios recuperados.
Ensayos controlados aleatorios (ECA) de intervenciones de dieta o ejercicio, o ambos, para prevenir el aumento de peso excesivo durante el embarazo.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los ensayos para la inclusión y el riesgo de sesgo, extrajeron los datos y verificaron su exactitud. Los ECA se organizaron de acuerdo con el tipo de intervención y de datos agrupados utilizando un modelo de efectos aleatorios con el programa informático Review Manager. También se realizaron análisis de subgrupos según el riesgo inicial de efectos adversos relacionados con un control deficiente del peso. Se realizó un análisis de sensibilidad para evaluar la solidez de los hallazgos.
Se incluyeron 65 ECA, de los cuales 49 ECA, que incluyeron a 11 444 mujeres, aportaron datos para el metanálisis cuantitativo. Veinte estudios estaban en riesgo de sesgo de moderado a alto. Las intervenciones del estudio principalmente consistieron en dieta sola, ejercicio solo e intervenciones de dieta y ejercicio combinados, habitualmente comparadas con la atención habitual. Los métodos de estudio variaron mucho; por lo tanto, se estimó el efecto promedio entre los estudios y se realizó un análisis de sensibilidad, cuando resultó apropiado, excluyendo los valores atípicos y los estudios con riesgo de sesgo elevado.
Las intervenciones de dieta o ejercicio, o ambos, redujeron el riesgo de GWG excesivo de media un 20% global (cociente de riesgos promedio [CR] 0,80; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,73 a 0,87; participantes = 7096; estudios = 24; I² = 52%). Esta estimación fue robusta al análisis de sensibilidad, lo cual redujo la heterogeneidad, y en consecuencia estas pruebas se calificaron como de alta calidad. Las intervenciones de dietas con baja carga glucémica, ejercicio supervisado o no supervisado solo, o dieta y ejercicio combinados produjeron reducciones similares en la cantidad de pacientes con aumento excesivo de peso durante el embarazo.
Las pacientes tratadas con intervenciones de dieta o ejercicio, o ambos, tuvieron más probabilidades de presentar un GWG bajo respecto a los grupos de control (CR promedio de 1,14; IC del 95%: 1,02 a 1,27; participantes = 4422; estudios = 11; I² = 3%; pruebas de calidad moderada). No se hallaron diferencias entre los grupos de intervención y de control respecto de la preeclampsia (CR 0,95; IC del 95%: 0,77 a 1,16; participantes = 5330; estudios = 15; I² = 0%; pruebas de alta calidad); sin embargo, la hipertensión materna (que no es un criterio de valoración preestablecido) se redujo en el grupo de intervención en comparación con el grupo de control general (CR promedio 0,70; IC del 95%: 0,51 a 0,96; participantes = 5162; estudios = 11; I² = 43%; pruebas de baja calidad).
No hubo diferencias claras entre los grupos respecto al parto por cesárea general (CR 0,95; IC del 95%: 0,88 a 1,03; participantes = 7534; estudios = 28; I² = 9%; pruebas de alta calidad); si bien la estimación del efecto sugirió una pequeña diferencia (5%) a favor de las intervenciones. Además, para las intervenciones de asesoramiento de dieta y ejercicio combinados hubo una reducción del 13% (-1% a 25%) en este resultado (significación estadística marginal).
No se encontraron diferencias entre los grupos respecto al parto prematuro general (CR promedio 0,91; IC del 95%: 0,68 a 1,22; participantes = 5923; estudios = 16; I² = 16%; pruebas de calidad moderada); sin embargo, una cantidad limitada de pruebas sugirió que estas estimaciones del efecto pueden diferir según los tipos de intervenciones, con una tendencia a favor de un aumento del riesgo para las intervenciones de ejercicio solo.
No se hallaron diferencias claras entre los grupos de intervención y de control con respecto a la macrosomía infantil (CR promedio 0,93; IC del 95%: 0,86 a 1,02; participantes = 8598; estudios = 27; I² = 0%; pruebas de alta calidad), si bien la estimación del efecto sugirió una pequeña diferencia (reducción del 7%) a favor del grupo de intervención. El tamaño del efecto más grande se produjo en el grupo de intervención con ejercicio supervisado solo (CR 0,81; IC del 95%: 0,64 a 1,02; participantes = 2445; estudios = 7; I² = 0%), que obtuvo significación estadística (p = 0,07). Además, en el análisis de subgrupos por riesgo, las pacientes con alto riesgo (pacientes con sobrepeso u obesas o pacientes que padecen o que tienen riesgo de diabetes gestacional) tratadas con las intervenciones de asesoramiento de dieta y ejercicio combinados presentaron una reducción del 15% en el riesgo de macrosomía infantil (CR promedio 0,85; IC del 95%: 0,73 a 1,00; participantes = 3252; estudios = nueve; I² = 0; P = 0,05; pruebas de calidad moderada)
No hubo diferencias en el riesgo de resultados neonatales deficientes, incluida la distocia de hombros, hipoglucemia neonatal, hiperbilirrubinemia o traumatismo obstétrico (todas las pruebas de calidad moderada) entre los grupos de intervención y de control; sin embargo, los lactantes de pacientes de alto riesgo tuvieron un riesgo reducido de síndrome de dificultad respiratoria si las madres estuvieron en el grupo de intervención (CR 0,47; IC del 95%: 0,26 a 0,85; participantes = 2256; estudios = dos; I² = 0%; pruebas de calidad moderada).