Mensajes clave
– La administración de agente tensioactivo mediante mascarilla laríngea podría reducir la necesidad de ventilación mecánica en cualquier momento en comparación con la administración de tensioactivos mediante tubo endotraqueal.
– La administración de tensioactivos mediante mascarilla laríngea probablemente reduce la necesidad de ventilación mecánica en cualquier momento en comparación con no administrar un agente tensioactivo.
– Se necesitan más ensayos.
¿Qué es un agente tensioactivo?
El tensioactivo pulmonar es una sustancia natural que previene que los sacos aéreos de los pulmones (alvéolos) se peguen entre sí (atelectasia) cuando el bebé espira. El tensioactivo suele faltar en los pulmones de los recién nacidos con síndrome de dificultad respiratoria.
¿Qué es el síndrome de dificultad respiratoria?
El síndrome de dificultad respiratoria es un trastorno de la respiración que ocurre principalmente en bebés nacidos antes de término (gestación de 37 semanas). Está causado por la falta de tensioactivo.
¿Cómo se trata el síndrome de dificultad respiratoria?
El tratamiento habitual incluye proporcionar asistencia respiratoria y oxígeno y administrar tensioactivo artificial directamente a los pulmones del recién nacido a través de la tráquea. Esto puede hacerse a través de un tubo en la tráquea (llamado tubo endotraqueal) en bebés con ventilación mecánica o a través de un tubo fino o un nebulizador (una máquina que convierte un medicamento líquido en vapor) en bebés que respiran por sí mismos con soporte de presión para abrir los pulmones (llamado presión positiva continua de las vías respiratorias [CPAP por sus siglas en inglés]). Sin embargo, introducir tubos por la tráquea del bebé constituye un reto técnico y la ventilación mecánica podría dañar los pulmones. Una alternativa consiste en introducir en las vías respiratorias superiores del lactante un tubo denominado mascarilla laríngea, que se ajusta a la laringe del lactante (el tubo situado justo encima de la tráquea) y permite la asistencia respiratoria y la administración de tensioactivo. Esta técnica se considera menos compleja desde el punto de vista técnico.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso saber si la administración de tensioactivo a través de una mascarilla laríngea en comparación con el tratamiento simulado (placebo), ningún tratamiento o la administración de tensioactivo a través de un tubo endotraqueal u otros métodos menos invasivos administrados a recién nacidos prematuros con síndrome de dificultad respiratoria o en riesgo de padecerlo podría mejorar la supervivencia. También se quiso saber si reducía el riesgo de desarrollar una afección pulmonar crónica llamada displasia broncopulmonar (DBP) o la duración de la ventilación mecánica y otros desenlaces, como cualquier efecto nocivo.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que compararan la administración de tensioactivo a través de una mascarilla laríngea con ningún tratamiento, la administración de tensioactivo a través de un tubo endotraqueal u otros métodos menos invasivos en neonatos prematuros con síndrome de dificultad respiratoria o en riesgo de padecerlo. Los resultados de los estudios incluidos se compararon y resumieron, y la confianza en la evidencia se calificó según factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se identificaron ocho estudios que investigaron este tratamiento en 510 recién nacidos prematuros. La administración de agente tensioactivo mediante mascarilla laríngea podría reducir la necesidad de ventilación mecánica en cualquier momento en comparación con la administración de tensioactivos mediante tubo endotraqueal. Además, se observó que la administración de tensioactivos mediante mascarilla laríngea probablemente reduce la necesidad de ventilación mecánica en cualquier momento en comparación con no administrar un agente tensioactivo. No se informó sobre desenlaces a largo plazo. Ningún ensayo comparó el tensioactivo administrado por mascarilla laríngea con el tensioactivo administrado por un catéter fino. Dados los resultados alentadores de estos ensayos, estaría justificado realizar ensayos de alta calidad sobre la administración de tensioactivo mediante máscara laríngea en lactantes muy prematuros con o en riesgo de síndrome de dificultad respiratoria.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
No se tiene confianza en la evidencia porque se basa en relativamente pocos casos y pocos estudios.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta el 1 de diciembre de 2022.
En lactantes prematuros de menos de 36 semanas de EPM, el rescate con T-MLV podría tener poco o ningún efecto en el desenlace compuesto de muerte o DBP a las 36 semanas de EPM. Sin embargo, podría reducir la necesidad de ventilación mecánica en cualquier momento. Este beneficio se limita a los ensayos que informaron el uso de analgesia o sedación en los grupos de InSurE y S-ETT. Existe evidencia de certeza baja a muy baja de apenas diferencia en la mortalidad y las morbilidades neonatales. Por lo general, no se informó sobre los resultados a largo plazo.
En lactantes prematuros de menos de 32 semanas de EPM o menos de 1500 g de peso, no hay datos suficientes para apoyar o refutar el uso de la T-MLV en la práctica clínica. Se precisan ensayos con potencia estadística suficiente para determinar el efecto de la T-MLV para la prevención o el tratamiento temprano del SDR en lactantes extremadamente prematuros. El uso de T-MLV debe limitarse a los ensayos clínicos en este grupo de lactantes.
La administración de tensioactivo mediante máscara laríngea en la vía aérea (T-MLV) tiene el potencial efecto beneficioso de administrar un agente tensioactivo a la vez que evita la intubación y la ventilación endotraqueales, la lesión pulmonar inducida por ventilador y la displasia broncopulmonar (DBP).
Evaluar los efectos beneficiosos y perjudiciales de T-MLV como profilaxis o tratamiento (de rescate) en comparación con placebo, ningún tratamiento o la administración endotraqueal de tensioactivo a través de un tubo endotraqueal (TET) para tratar de extubar rápidamente (InSurE por sus siglas en inglés) o extubar según los criterios estándar (S-ETT por si siglas en inglés) o mediante otros métodos de administración de tensioactivo menos invasivos (ATMI) sobre la morbilidad y la mortalidad en lactantes prematuros con o en riesgo de síndrome de dificultad respiratoria (SDR).
Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL y tres registros de ensayos en diciembre de 2022.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA), ECA por conglomerados o ensayos controlados cuasialeatorizados de T-MLV en comparación con placebo, ningún tratamiento u otras vías de administración (instilación nebulizada faríngea de tensioactivo antes de la primera respiración, administración de tensioactivo mediante catéter endotraqueal delgado o instilación endotraqueal de tensioactivo) sobre la morbilidad y la mortalidad en lactantes prematuros en riesgo de SDR. Se tuvieron en cuenta ensayos publicados, no publicados y en curso.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, evaluaron los estudios para inclusión y extrajeron los datos. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
Se incluyeron ocho ensayos (siete nuevos en esta actualización) que reclutaron 510 neonatos. Cinco ensayos (333 lactantes) compararon la T-MLV con la administración de tensioactivo a través del TET con InSurE. Un ensayo (48 lactantes) comparó la T-MLV con la administración de tensioactivo a través de TET con S-ETT, y dos ensayos (129 lactantes) compararon la T-MLV con no administrar agente tensioactivo. No se encontraron estudios que compararan la T-MLV con técnicas de ATMI ni con T-MLV profiláctica o temprana.
T-MLV versus administración de tensioactivo mediante InSurE
La T-MLV podría suponer poco o ningún efecto en el desenlace compuesto de muerte o DBP a las 36 semanas de edad posmenstrual (EPM) (razón de riesgos [RR] 1,50; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,27 a 8,34; I 2 = no aplicable (n/a) ya que un estudio tuvo 0 eventos; diferencia de riesgos [DR] 0,02; IC del 95%: -0,07 a 0,10; I 2 = 0%; dos estudios, 110 lactantes; evidencia de certeza baja). También podría haber una reducción de la necesidad de ventilación mecánica (RR 0,53; IC del 95%: 0,36 a 0,78; I 2 = 27%; DR -0,14; IC del 95%: -0,22 a -0,06, I 2 = 89%; número necesario a tratar para obtener un desenlace beneficioso adicional [NNTB] 7; IC del 95%: 5 a 17; cinco estudios, 333 lactantes; evidencia de certeza baja). Sin embargo, estuvo limitado a cuatro estudios (236 lactantes) que utilizaron analgesia o sedación para el grupo de InSurE. Hubo una diferencia escasa o nula para la fuga de aire durante la primera hospitalización (RR 1,39; IC del 95%: 0,65 a 2,98; I 2 = 0%; cinco estudios, 333 lactantes [según tres estudios, puesto que dos estudios tuvieron 0 eventos]; evidencia de certeza baja); la DBP en supervivientes a las 36 semanas de EPM (RR 1,28; IC del 95%: 0,47 a 3,52; I 2 = 0%; cuatro estudios, 264 lactantes [según tres estudios, puesto que uno tuvo 0 eventos]; evidencia de certeza baja); o la mortalidad (por todas las causas) durante la primera hospitalización (RR 0,28; IC del 95%: 0,01 a 6,60; I 2 = n/a puesto que dos estudios tuvieron 0 eventos; tres estudios, 203 lactantes; evidencia de certeza baja). No se informó sobre la discapacidad neurosensorial. Se informó de hemorragia intraventricular ( HIV) de grados III y IV en los grupos de estudio (un estudio, 50 lactantes).
T-MLV versus administración de tensioactivo mediante S-ETT
Ningún estudio informó sobre la muerte o la DBP a las 36 semanas de EPM. La ST-MLV podría reducir el uso de ventilación mecánica en cualquier momento en comparación con la S-ETT (RR 0,47; IC del 95%: 0,31 a 0,71; DR -0,54; IC del 95%: -0,74 a -0,34; NNTB 2; IC del 95%: 2 a 3; un estudio, 48 lactantes; evidencia de certeza baja). Se desconoce si la T-MLV comparada con la S-ETT reduce la fuga de aire durante la primera hospitalización (RR 2,56; IC del 95%: 0,11 a 59,75), la HIV grado III o IV (RR 2,56; IC del 95%: 0,11 a 59,75) y la mortalidad (por todas las causas) durante la primera hospitalización (RR 0,17; IC del 95%: 0,01 a 3,37) (un estudio, 48 lactantes; evidencia de certeza muy baja). Ningún estudio informó sobre la DBP a las 36 semanas de EPM ni sobre la discapacidad neurosensorial.
T-MLV versus no administrar agentes tensioactivos
El tensioactivo de rescate podía utilizarse en ambos grupos. Podría haber poca o ninguna diferencia en la mortalidad o la DBP a las 36 semanas (RR 1,65; IC del 95%: 0,85 a 3,22; I 2 = 58%; DR 0,08; IC del 95%: -0,03 a 0,19; I 2 = 0%; dos estudios, 129 lactantes; evidencia de certeza baja). Es probable que hubiera una reducción de la necesidad de ventilación mecánica en cualquier momento con T-MLV en comparación con la presión positiva nasal continua de las vías respiratorias sin tensioactivo (RR 0,57; IC del 95%: 0,38 a 0,85; I 2 = 0%; DR -0,24; IC del 95%: -0,40 a -0,08; I 2 = 0%; NNTB 4, IC del 95%: 3 a 13; dos estudios, 129 lactantes; evidencia de certeza moderada). Hubo una diferencia escasa o nula en la fuga de aire durante la primera hospitalización (RR 0,65; IC del 95%: 0,23 a 1,88; I 2 = 0%; dos estudios, 129 lactantes; evidencia de certeza baja) o la DBP a las 36 semanas de EPM (RR 1,65; IC del 95%: 0,85 a 3,22; I 2 = 58%; dos estudios, 129 lactantes; evidencia de certeza baja). No se produjeron eventos de muerte durante la primera hospitalización en ninguno de los dos grupos (un estudio, 103 lactantes) ni de HIV de grado III y IV (un estudio, 103 lactantes). Ningún estudio informó sobre la discapacidad neurosensorial.
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