¿Es efectivo el asesoramiento sobre salud oral para los pacientes con enfermedades mentales graves?
Antecedentes
Los pacientes con problemas de salud mental tienen mayores probabilidades de sufrir enfermedades orales (que afectan a los dientes, la boca y las encías) y pueden necesitar más tratamiento dental que la población general. La salud oral no es actualmente una prioridad para los usuarios de los servicios y los profesionales de la salud mental, aunque las caries dentales, la decoloración, la sensibilidad y las enfermedades de las encías pueden afectar a aspectos de la vida cotidiana como la alimentación, la comodidad, la apariencia, los sentimientos de aceptación de los demás y la autoestima. Aunque es poco probable que sea fatal en sí misma, la mala salud dental puede contribuir a otros problemas de salud física, como las enfermedades cardíacas. Algunos fármacos utilizados para tratar enfermedades mentales graves pueden causar efectos secundarios que provocan enfermedades orales.
El asesoramiento en salud oral de un profesional de la salud puede animar a los pacientes con problemas de salud mental a cepillarse los dientes con más regularidad, a hacerse revisiones periódicas con su dentista y a buscar atención dental si sufren de caries dolorosas, aumento de la sensibilidad o enfermedades de las encías. El asesoramiento puede incluir información o consejos que permitan al individuo pensar y ser consciente de su salud dental. Debería educar e informar, con el objetivo de prevenir problemas y capacitar a las personas para que cuiden mejor su boca y sus dientes.
Características de los estudios
En noviembre de 2015, se realizó una búsqueda electrónica de ensayos que asignaron al azar a pacientes con enfermedades mentales graves para que recibieran asesoramiento sobre salud oral, supervisión o atención estándar. Se encontraron tres estudios que cumplían con los estándares requeridos y se incluyen en esta revisión.
Resultados clave
Los datos disponibles en los ensayos incluidos sugieren que los participantes que recibían educación sobre salud oral tenían estadísticamente mejores puntuaciones en el índice de placa que los que no recibían educación sobre salud oral, pero no está claro qué significa esto realmente desde el punto de vista clínico. Los ensayos no proporcionaron información sobre cuestiones tan importantes como el número de visitas al dentista o cuántas veces se cepillaban los dientes cada día y si había algún posible efecto adverso de la educación en materia de salud bucal. Los autores de la revisión sugieren que, aunque actualmente no se dispone de evidencia real de los ensayos, tendría sentido seguir las guías y recomendaciones del grupo de trabajo de la British Society for Disability and Oral Health con respecto a la atención de la salud oral de los pacientes con problemas de salud mental.
Calidad de la evidencia
La calidad de la evidencia en el pequeño número de ensayos disponibles fue de baja a moderada. En la actualidad, no se dispone de evidencia de buena calidad procedente de ensayos que ayude a tomar decisiones sobre la efectividad general del asesoramiento en materia de salud oral para los pacientes con enfermedades mentales graves. Se necesitan más ensayos de buena calidad para reunir evidencia mejor y más concreta.
Ben Gray, Investigador Superior Externo, McPin Foundation. http://mcpin.org/
No se encontró evidencia en los ensayos de que el asesoramiento de salud oral ayude a los pacientes con enfermedades mentales graves en términos de resultados clínicamente significativos. Tiene sentido seguir las guías y recomendaciones como las presentadas por el grupo de trabajo de la British Society for Disability and Oral Health hasta que se genere mejor evidencia. Los investigadores pioneros han demostrado que es posible realizar estudios de evaluación relevantes para el asesoramiento de la salud oral de pacientes con enfermedades mentales graves.
Los pacientes con enfermedades mentales graves no sólo experimentan una erosión del funcionamiento en la vida cotidiana durante un período prolongado, sino que la evidencia también sugiere que tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades orales y mayores necesidades de tratamiento oral que la población en general. La higiene bucal deficiente se ha relacionado con las enfermedades coronarias, la diabetes y las enfermedades respiratorias, y afecta a la calidad de vida, lo que a su vez afecta al funcionamiento cotidiano, como la alimentación, la comodidad, la apariencia, la aceptación social y la autoestima. Sin embargo, la salud oral no suele considerarse prioritaria en los pacientes que padecen enfermedades mentales graves.
Examinar los efectos de la educación sobre salud oral (asesoramiento y entrenamiento) con o sin supervisión para los pacientes con enfermedades mentales graves.
Se realizaron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Esquizofrenia (Cochrane Schizophrenia Group's Trials Register) (5 de noviembre de 2015), que se basa en búsquedas regulares en MEDLINE, EMBASE, CINAHL, BIOSIS, AMED, PubMed, PsycINFO y en los registros de ensayos clínicos. No hay limitaciones de idioma, fecha, tipo de documento o estado de publicación para la inclusión de los archivos en el registro.
Todos los ensayos clínicos aleatorizados que se centran en la educación de la salud oral (asesoramiento y entrenamiento) con o sin supervisión de los pacientes con enfermedades mentales graves.
Los datos se extrajeron de forma independiente. Para los resultados binarios, se calcularon los riesgos relativos (RR) y su intervalo de confianza (IC) del 95%, y el análisis fue de intención de tratar. Para los datos continuos, se calculó la diferencia de medias (DM) entre los grupos y su IC del 95%. Se utilizó un modelo de efectos fijos para los análisis. Se evaluó el riesgo de sesgo de los estudios incluidos y se diseñaron tablas de "Resumen de resultados" con los criterios GRADE.
Se incluyeron tres ensayos controlados aleatorizados (ECA) con 1358 participantes. Ninguno de los estudios proporcionó datos utilizables para los resultados clave de no haber visitado a un dentista en el último año, no cepillarse los dientes dos veces al día, el dolor crónico, los eventos adversos de importancia clínica y el uso de servicios. Se proporcionaron datos para abandonar el estudio antes de tiempo y el cambio en las puntuaciones del índice de placa.
La educación en salud oral comparada con la atención estándar
Cuando se comparó la "educación en salud oral" con la "atención estándar", no hubo diferencias claras entre los grupos en cuanto al número de pacientes que abandonaron el estudio antes de tiempo (un ECA, n = 50; RR 1,67; IC del 95%: 0,45 a 6,24; evidencia de calidad moderada), mientras que para el estado dental: sin cambios clínicamente importantes en el índice de placa, se encontró un efecto. Aunque esto fue estadísticamente significativo y favoreció al grupo de intervención, no está claro si fue clínicamente importante (un ECA, n = 40, DM - 0,50; IC del 95%: - 0,62 a - 0,38; evidencia de muy baja calidad). Estos datos limitados pueden tener implicaciones con respecto a la mejora de la higiene oral.
Entrevista motivacional + educación en salud oral comparada con la educación en salud oral
De manera similar, cuando se comparó la "entrevista motivacional + educación en salud oral" con la "educación en salud oral", no hubo una diferencia clara en el resultado de abandonar el estudio antes de tiempo (un ECA, n = 60 RR 3,00; IC del 95%: 0.33 a 27,23, evidencia de calidad moderada), mientras que para el estado dental: ningún cambio clínicamente importante en el índice de placa, se encontró un efecto que favorecía al grupo de intervención (un ECA, n = 56, DM - 0,60 IC del 95% - 1,02 a - 0,18 evidencia de muy baja calidad). Estos datos limitados y clínicamente opacos pueden o no tener implicaciones en cuanto a la mejora de la higiene oral.
Monitorización comparado con no monitorización
Para esta comparación, sólo se disponía de datos para el abandono temprano del estudio. Se encontró una diferencia en el número de abandonos tempranos, que favoreció al grupo de "sin monitorización" (un ECA, n = 1682, RR 1,07, IC del 95%: 1,00 a 1,14, evidencia de calidad moderada). Sin embargo, estos datos son problemáticos. El denominador de control está implícito y no es claro, y el seguimiento no dependía sólo de los participantes individuales, sino también de los cuidadores profesionales y de las organizaciones; estos últimos cambiaban con frecuencia, lo que daba lugar a un seguimiento deficiente, pero no era un buen reflejo de la aceptabilidad de la monitorización para los pacientes. Para esta comparación, no se disponía de datos para "ningún cambio clínicamente importante en el índice de placa".
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