Antecedentes
El trabajo de los profesionales sanitarios (por ejemplo: enfermeras, médicos, psicólogos, trabajadores sociales) puede ser muy estresante. A menudo tienen mucha responsabilidad y se les exige trabajar bajo presión. Esto puede afectar de manera negativa a su salud física y mental. Las intervenciones para protegerlos frente a esas tensiones se conocen como intervenciones de resiliencia. Las revisiones sistemáticas anteriores sugieren que las intervenciones de resiliencia pueden ayudar a los trabajadores a afrontar el estrés y a protegerlos frente a las consecuencias negativas para su salud física y mental.
Pregunta de la revisión
¿Las Intervenciones psicológicas diseñadas para favorecer la resiliencia de los profesionales sanitarios mejoran su resiliencia, su salud mental y otros factores asociados con la resiliencia?
Fechas de la búsqueda
La evidencia está actualizada hasta junio de 2019. En esta revisión todavía no se han incluido los resultados de una búsqueda actualizada en cuatro bases de datos realizada en junio de 2020.
Características de los estudios
Se encontraron 44 ensayos controlados aleatorizados (estudios en los que los participantes se asignan a una intervención o a un grupo control por un procedimiento similar al lanzamiento de una moneda). En los estudios se analizaron diversas intervenciones de resiliencia en participantes de edades comprendidas entre 27 y 52,4 años de media.
Treinta y nueve estudios se centraron en profesionales sanitarios, con un total de 6892 participantes. Cuatro estudios incluyeron muestras mixtas (1000 participantes) de profesionales sanitarios y participantes que no eran sanitarios. En un estudio sobre entrenamiento en resiliencia para los trabajadores de emergencias se examinaron 82 voluntarios.
De los estudios incluidos, 19 compararon una intervención combinada de resiliencia (por ejemplo, terapia de consciencia plena [mindfulness] y cognitivo-conductual) con comparadores inespecíficos (por ejemplo, un control en lista de espera que recibe la entrenamiento después de un período de espera). La mayoría de las intervenciones (30/44) se realizaron en grupos con una alta intensidad de entrenamiento de más de 12 horas o sesiones (18/44), y se impartieron en persona (es decir, con contacto directo y reuniones presenciales entre el proveedor de la intervención y los participantes; 29/44).
Los estudios incluidos fueron financiados por diferentes fuentes (por ejemplo, hospitales, universidades), o una combinación de ellas. En 15 estudios no se especificó la fuente de financiación y un estudio no recibió apoyo económico.
Certeza de la evidencia
Hay varias factores que reducen la certeza acerca de si las intervenciones de resiliencia son eficaces o no. Entre ellas figuran las limitaciones en los métodos de los estudios, los diferentes resultados entre los estudios, el reducido número de participantes en la mayoría de los estudios y el hecho de que los hallazgos se limitan a determinados participantes, intervenciones y comparadores.
Resultados clave
Para los profesionales sanitarios, el entrenamiento en resiliencia podría mejorarla y podría reducir los síntomas de depresión y estrés inmediatamente después del final del tratamiento. Las intervenciones de resiliencia no parecen reducir los síntomas de ansiedad ni mejorar el bienestar. Sin embargo, la evidencia hallada en esta revisión es limitada y muy incierta. Esto significa que, en la actualidad, existe muy poca confianza en que las intervenciones de resiliencia marquen una diferencia en estos desenlaces. Es muy probable que los estudios de investigación adicionales modifiquen estos hallazgos.
Muy pocos estudios informaron acerca de la repercusión a más largo plazo de las intervenciones de resiliencia. En los estudios se utilizaron diversas medidas de desenlace y diseños de intervención, lo que dificulta la extracción de conclusiones generales a partir de los hallazgos. Los posibles efectos adversos sólo se examinaron en tres estudios, que no mostraron ningún efecto no deseado. Se necesitan más estudios de alta calidad metodológica y con mejores diseños.
Para los profesionales sanitarios, existe evidencia de muy baja certeza de que, en comparación con los controles, el entrenamiento en resiliencia puede resultar en niveles más altos de resiliencia, niveles inferiores de depresión, estrés o percepción de estrés y niveles superiores de ciertos factores de resiliencia tras la intervención.
La escasez de datos a medio o largo plazo, las intervenciones heterogéneas y la distribución geográfica restringida limitan la generalización de los resultados. Por lo tanto se recomienda precaución a la hora de sacar conclusiones. Los hallazgos sugieren efectos positivos del entrenamiento en resiliencia para los profesionales sanitarios, pero la evidencia es muy incierta. Hay una clara necesidad de replicaciones de alta calidad y mejores diseños de estudio.
La resiliencia puede definirse como el mantenimiento o la rápida recuperación de la salud mental durante o después de períodos de exposición a factores estresantes, que pueden ser el resultado de un acontecimiento potencialmente traumático, de circunstancias vitales difíciles, de una fase crítica de transición en la vida o de una enfermedad física. Los profesionales sanitarios, como enfermeras, médicos, psicólogos y trabajadores sociales, están expuestos a diversos factores estresantes relacionados con el trabajo (por ejemplo: la atención al paciente, la presión del tiempo, la administración) y corren un mayor riesgo de desarrollar trastornos mentales. Esta población puede beneficiarse de programas de entrenamiento que promuevan la resiliencia.
Evaluar los efectos de las intervenciones para fomentar la resiliencia de los profesionales sanitarios, es decir, el personal sanitario que presta asistencia directa (por ejemplo: enfermeras, médicos o personal de hospitales) y el personal sanitario aliado (por ejemplo: trabajadores sociales o psicólogos).
Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, otras 11 bases de datos y tres registros de ensayos desde 1990 hasta junio de 2019. Se revisaron las listas de referencias y se estableció contacto con los investigadores de este campo. Se actualizó esta búsqueda en cuatro bases de datos clave en junio de 2020, pero todavía no se han incorporado los resultados.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA) en adultos de 18 años o más empleados como profesionales sanitarios, que comparan cualquier forma de intervención psicológica para fomentar la resiliencia, la entereza o el crecimiento postraumático versus ninguna intervención, lista de espera, atención habitual, control activo o de atención (tratamiento alternativo que imitó la cantidad de tiempo y atención recibida del grupo de la intervención). Las variables de valoración primarias fueron la resiliencia, la ansiedad, la depresión, el estrés o la percepción del estrés y el bienestar o la calidad de vida. Las variables de valoración secundarias fueron los factores de resiliencia.
Dos autores de revisión de forma independiente seleccionaron los estudios, extrajeron los datos, realizaron una evaluación de los riesgos de sesgo y calificaron la certeza de la evidencia con los criterios GRADE (solo después de la prueba).
Se incluyeron 44 ECA (de países de ingresos altos: 36). Treinta y nueve estudios se centraron exclusivamente en los profesionales sanitarios (6892 participantes), incluyendo tanto al personal sanitario que prestaba atención médica directa como al personal sanitario aliado. Cuatro estudios investigaron muestras mixtas (1000 participantes) con profesionales sanitarios y participantes que trabajaban fuera del sector de la salud, y un estudio evaluó el entrenamiento del personal de emergencia en voluntarios de la población general (82 participantes). Los estudios incluidos se realizaron principalmente en un entorno hospitalario e incluyeron a médicos, enfermeras y diferentes miembros del personal hospitalario (37/44 estudios).
Los participantes incluyeron principalmente mujeres (68%) desde adultos jóvenes hasta la mediana edad (rango: de 27 a 52,4 años). La mayoría de los estudios investigaron intervenciones grupales (30 estudios) de alta intensidad de entrenamiento (18 estudios; > 12 horas/sesiones), que se realizaron en persona (29 estudios). De los estudios incluidos, 19 compararon un entrenamiento en resiliencia con fundamentos teóricos combinados (por ejemplo, terapia de consciencia plena [mindfulness] y cognitivo-conductual) con comparadores inespecíficos (por ejemplo, un control de lista de espera). Los estudios fueron financiados por diferentes fuentes (por ejemplo, hospitales, universidades), o una combinación de ellas. En 15 estudios no se especificó la fuente de financiación y un estudio no recibió apoyo económico.
En la mayoría de los estudios, el riesgo de sesgo fue alto o poco claro en los dominios de realización, detección y desgaste.
Evidencia de muy baja certeza indicó que, después de la intervención, en comparación con los controles, los profesionales sanitarios que reciben entrenamiento en resiliencia pueden comunicar niveles más altos de resiliencia (diferencia de medias estandarizada (DME) 0,45; intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,25 a 0,65; 12 estudios, 690 participantes), niveles inferiores de depresión (DME -0,29; IC del 95%: -0,50 a -0,09; 14 estudios, 788 participantes) y niveles inferiores de estrés o percepción de estrés (DME -0,61; IC del 95%: -1,07 a -0,15; 17 estudios, 997 participantes). Hubo poca o ninguna evidencia de ningún efecto del entrenamiento en resiliencia sobre la ansiedad (DME -0,06; IC del 95%: -0,35 a 0,23; cinco estudios, 231 participantes, evidencia de certeza muy baja) o la calidad de vida (DME 0,14; IC del 95%: -0,01 a 0,30; 13 estudios, 1494 participantes; evidencia de certeza muy baja). El tamaño del efecto fue pequeño, excepto para la resistencia y la reducción del estrés (moderado). Hubo datos disponibles sobre efectos adversos en tres estudios y ninguno informó de que se produjeran efectos adversos durante el estudio (evidencia de certeza muy baja).
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