Mensajes clave
• No está claro si la ecografía puede sustituir a la biopsia para el diagnóstico de la arteritis de células gigantes (ACG).
• Se recomienda que los estudios futuros utilicen un conjunto diferente de criterios para determinar si los pacientes presentan ACG para permitir que la ecografía y la biopsia se comparen de forma más fiable.
¿Qué es la arteritis de células gigantes?
La arteritis de células gigantes (ACG) es una enfermedad inflamatoria que afecta los vasos sanguíneos. Provoca inflamación y obstrucción de las arterias, sobre todo alrededor del ojo y a los lados de la cabeza, lo que puede conducir a una pérdida repentina y permanente de la visión.
¿Por qué es importante diagnosticar con precisión la arteritis de células gigantes?
Es importante diagnosticar la ACG de forma exacta y rápida. La pérdida de visión causada por la enfermedad no se puede revertir y puede afectar a ambos ojos en pocos días. Esto se podría prevenir iniciando la administración de algún tipo de corticoide, que se utilizan para reducir la inflamación. Es importante tener un diagnóstico exacto, ya que precisa de un tratamiento largo y los corticoides pueden tener una serie de efectos secundarios desagradables.
¿Qué pruebas se pueden utilizar para diagnosticar la arteritis de células gigantes?
El Colegio Americano de Reumatología (American College of Rheumatology [ACR]) ha redactado una lista de cinco criterios clínicos y de laboratorio que se pueden utilizar para diagnosticar la ACG. Uno de ellos son los resultados de una biopsia de una arteria de la sien. Con la biopsia, se toma una pequeña muestra de la arteria y se examina en el microscopio para detectar signos de inflamación. Una biopsia consiste en una pequeña operación, la cual puede requerir tiempo para organizarla, llevarla a cabo e interpretarla, y puede pasar bastante tiempo antes de que se conozcan los resultados.
¿Por qué la nueva prueba podría mejor que el estándar de referencia?
La ecografía es una intervención indolora y relativamente rápida que se puede utilizar para observar las arterias de ambas sienes y ayudar al diagnóstico.
¿Quién se beneficiará, por qué y cómo?
Si la ecografía es exacta, las personas que presenten síntomas y resultados de análisis de sangre que apunten a una ACG sabrán más rápidamente si padecen la enfermedad, sin necesidad de someterse a una operación.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso averiguar el grado de precisión de la ecografía de la arteria temporal para detectar las características de la ACG y si podría sustituir a la biopsia como uno de los cinco criterios del ACR para diagnosticar la ACG.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios publicados que midieran la precisión de la ecografía para diagnosticar la ACG y estudios que también compararan la precisión de la ecografía y la biopsia.
¿Qué se encontró?
Se analizaron en profundidad 16 estudios con un total de 1479 participantes, de los que aproximadamente el 40% fueron diagnosticados con ACG. En un grupo de 100 personas con síntomas indicativos de ACG, cabría esperar que 40 tuvieran realmente la enfermedad.
Si se fija un umbral para la ecografía en el que 3 de las 60 personas sin la enfermedad obtienen un resultado falso positivo, la ecografía identificará correctamente a 20 personas que sí presentan ACG, pero dará un resultado falso negativo a las otras 20. Si se establece un umbral en el que 12 de las 60 personas sin la enfermedad obtienen un resultado falso positivo, la ecografía identificará correctamente a 34 personas con ACG, pero pasará por alto a las 6 restantes.
Hubo 11 estudios con 808 participantes en los que se realizaron y compararon la ecografía y la biopsia. En un grupo de 100 personas en el que 40 presentan ACG y 60 no, si se establece un umbral en el que 3 de las 60 personas sin la enfermedad reciben erróneamente un diagnóstico positivo de ACG, la ecografía identificará a 20 de las 40 personas con ACG, mientras que la BAT identificará a 32. Si se establece un umbral según el cual 12 de las 60 personas serán diagnosticadas erróneamente con ACG, la ecografía identificará a 29 de las 40 personas con ACG verdadera y la BAT identificará a 7.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Estos resultados no son fiables ya que la mayoría de los estudios tenían defectos en la forma en que fueron diseñados y su precisión para detectar a las personas con ACG fue variable e incierta. Además, como actualmente la biopsia forma parte de los criterios utilizados para diagnosticar la ACG, siempre era probable que saliera favorable en la comparación con la ecografía en los estudios incluidos.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta septiembre de 2022.
La evidencia publicada sobre la exactitud de la ecografía de la arteria temporal para detectar la ACG es limitada. La ecografía parece ser moderadamente sensible cuando la especificidad es buena, pero los datos fueron heterogéneos en los distintos estudios y no utilizaron el mismo umbral de grosor del halo o no lo informaron. No es posible establecer conclusiones a partir de los estudios de exactitud acerca de si la ecografía puede sustituir a la BAT para diagnosticar la ACG, dada la escasa certeza de la evidencia. Los estudios de investigación futuros podrían considerar utilizar la corrección de 2016 de los criterios ACR como estándar de referencia, lo que limitará el sesgo de incorporación de la BAT en el estándar de referencia.
La arteritis de células gigantes (ACG) es una vasculitis inflamatoria sistémica que afecta principalmente a personas mayores de 50 años. La ACG se trata como una urgencia médica debido a la posibilidad de pérdida visual repentina e irreversible. La biopsia de la arteria temporal (BAT) es uno de los cinco criterios de la clasificación de 1990 del Colegio Americano de Reumatología (American College of Rheumatology [ACR]), que se utiliza para ayudar al diagnóstico de la ACG. La BAT es una prueba invasiva y la obtención de resultados puede ser lenta debido a los retrasos en la realización de la intervención y al tiempo necesario para la evaluación histopatológica. Se ha demostrado que la ecografía de la arteria temporal muestra signos en personas con ACG como el signo del halo (un engrosamiento hipoecoico circunferencial de la pared debido al edema), estenosis u oclusión que pueden ayudar a confirmar un diagnóstico de forma más rápida y menos invasiva, pero que requieren una interpretación más subjetiva. Esta revisión ayudará a determinar la función de estas investigaciones en la práctica clínica.
Evaluar la sensibilidad y especificidad del signo del halo en la ecografía de la arteria temporal, utilizando la clasificación ACR 1990 como estándar de referencia, para investigar si la ecografía podría utilizarse como selección para la BAT.
Comparar la exactitud de la ecografía con la BAT en el subconjunto de estudios pareados que realizaron ambas pruebas en los mismos pacientes, para investigar si podría sustituir a la BAT como uno de los criterios de la clasificación ACR 1990.
Se utilizaron los métodos estándares de búsqueda de Cochrane sobre exactitud diagnóstica. La fecha de la búsqueda fue el 13 de septiembre de 2022.
Se incluyeron todos los participantes con sospecha clínica de ACG que fueron investigados por la presencia del signo del halo en la ecografía de la arteria temporal, utilizando los criterios de la clasificación ACR 1990 como estándar de referencia. Se incluyeron los estudios con participantes con diagnóstico previo de polimialgia reumática. Los estudios se excluyeron si los participantes habían recibido dos o más semanas de tratamiento con corticosteroides antes de las investigaciones.
También se incluyó cualquier estudio comparativo de la exactitud del signo del halo en la ecografía de la arteria temporal versus la BAT, con el uso de los criterios diagnósticos de la ACR 1990 como estándar de referencia. Aunque se ha optado por utilizar esta clasificación a efectos del metanálisis, se reconoce que incluye un sesgo de incorporación inevitable, ya que la BAT es en sí misma uno de los cinco criterios. Esto aumenta la especificidad de la BAT, lo que dificulta su comparación con la ecografía.
Se excluyeron los estudios de casos y controles, ya que sobrestiman la exactitud, así como las series de casos en las que todos los participantes tenían un diagnóstico previo de ACG, ya que solo pueden abordar la sensibilidad y no la especificidad.
Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los estudios para su inclusión. Extrajeron los datos mediante un formulario estandarizado de obtención de datos y emplearon la herramienta QUADAS-2 para evaluar la calidad metodológica. Debido a que no hubo suficientes estudios que aportaran datos en el umbral de halo predefinido de 0,3 mm, se ajustaron los modelos jerárquicos de la curva de resumen ROC para calcular la sensibilidad de la ecografía y también para compararla con la BAT. La calidad general de la evidencia se evaluó mediante el sistema GRADE.
La ecografía de la arteria temporal se investigó en 15 estudios (617 participantes con ACG de 1479; 41,7%), con tamaños muestrales que fueron de 20 a 381 participantes (mediana 69). Hubo una gran variación en la sensibilidad con una mediana del valor de 0,78 (rango intercuartil [RIC]: 0,45 a 0,83; rango: 0,03 a 1,00), mientras que la especificidad fue de regular a buena en la mayoría de los estudios con una mediana del valor de 0,91 (RIC: 0,78 a 1,00; rango: 0,40 a 1,00) y cuatro estudios con una especificidad de 1,00. La estimación del modelo jerárquico de la curva de resumen ROC de la sensibilidad (intervalo de confianza [IC] del 95%) con una especificidad alta de 0,95 fue de 0,51 (0,21 a 0,81), y de 0,84 (0,58 a 0,95) con una especificidad de 0,80. Se consideró que la evidencia sobre la sensibilidad y la especificidad fueron de certeza muy baja debido al riesgo de sesgo (-1), la imprecisión (-1) y la inconsistencia (-1).
Solo cuatro estudios proporcionaron datos con un punto de corte del halo > 0,3 mm, y encontraron las siguientes sensibilidades y especificidades (IC del 95%): 0,80 (0,56 a 0,94) y 0,94 (0,81 a 0,99) en 55 participantes; 0,10 (0,00 a 0,45) y 1,00 (0,84 a 1,00) en 31 participantes; 0,73 (0,54 a 0,88) y 1,00 (0,93 a 1,00) en 82 participantes; 0,83 (0,63 a 0,95) y 0,72 (0,64 a 0,79) en 182 participantes.
Se obtuvieron datos de una comparación directa de la ecografía de la arteria temporal con la biopsia de 11 estudios (808 participantes; 460 con ACG, 56,9%). La sensibilidad de la ecografía varió entre 0,03 y 1,00 con una mediana de 0,75, mientras que la de la BAT varió entre 0,33 y 0,92 con una mediana de 0,73. La especificidad fue de 1,00 en cuatro estudios para la ecografía y en siete para la BAT. Con una especificidad alta (0,95), la sensibilidad de la ecografía y la BAT fue de 0,50 (IC del 95%: 0,24 a 0,76) versus 0,80 (IC del 95%: 0,57 a 0,93), respectivamente, y con una especificidad baja (0,80) fue de 0,73 (IC del 95%: 0,49 a 0,88) versus 0,92 (IC del 95%: 0,69 a 0,98). Se consideró que la evidencia comparativa de la sensibilidad de la ecografía versus la BAT fue de certeza muy baja debido a que se sobrestimó la especificidad de la BAT ya que es uno de los criterios utilizados en el estándar de referencia (-1), junto con una disminución debido al riesgo de sesgo (-1), la imprecisión (-1) y la inconsistencia (-1) tanto para la sensibilidad como para la especificidad.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.