¿Cuál es el objetivo de esta revisión?
El coronavirus (COVID-19) es una enfermedad infecciosa respiratoria que se ha extendido por todo el mundo. Los trabajadores sanitarios que tratan a pacientes con COVID-19 corren el riesgo de infectarse ellos mismos y a terceros al inspirar gotitas de pacientes infectados y al tocar superficies contaminadas. Los gobiernos y organizaciones publican guías de prevención y control de infecciones (PCI) para reducir la transmisión de infecciones. Estas guías de PCI cubren el uso de equipos de protección individual (EPI) como mascarillas, guantes y batas; la separación de los pacientes con infecciones respiratorias de los demás; y hábitos de limpieza más estrictos. Sin embargo, el grado de seguimiento de estas directrices por parte de los trabajadores sanitarios, varía.
El objetivo de esta revisión Cochrane de la investigación cualitativa («síntesis de evidencia cualitativa») fue explorar qué influye en el cumplimiento por parte de los trabajadores sanitarios de las guías de prevención y control de infecciones (PCI) para las enfermedades infecciosas respiratorias. Para responder esta pregunta, se analizaron 20 estudios cualitativos de las opiniones y experiencias de los profesionales sanitarios sobre las guías de PCI.
Mensajes clave
Los trabajadores sanitarios señalan varios factores que influyen en su capacidad y disposición para cumplir con las guías de PCI cuando se trata de enfermedades infecciosas respiratorias. Entre ellos, se observan factores relacionados con el contenido de las guías y la forma en que se comunica, el apoyo de los directivos, la cultura del lugar de trabajo, la capacitación, el espacio físico, el acceso al equipo de protección individual (EPI) y la confianza en el mismo, y el deseo de prestar una atención adecuada al paciente. La revisión también destaca la importancia de incluir a todo el personal de los centros de atención sanitaria al aplicar las guías.
¿Qué se estudió en esta revisión?
Se buscaron estudios que examinaran las opiniones y experiencias de los trabajadores sanitarios con respecto a las guías de PCI, en especial, para las enfermedades respiratorias que aparecen de manera repentina, como la COVID-19. Las guías podían ser locales, nacionales o internacionales para cualquier ámbito sanitario. Se incluyeron estudios de cualquier trabajador sanitario que atendiera a los pacientes en cualquier ámbito de asistencia sanitaria. Se buscaron los estudios publicados a partir de 2002 para cubrir desde el brote de síndrome respiratorio agudo grave (SARS) de 2003 en adelante.
¿Cuáles son los principales hallazgos de esta revisión?
Se analizaron 20 estudios. Diez estudios provenían de Asia, cuatro de África, cuatro de América del Norte y Central y dos de Australia. En los estudios se exploraron las opiniones y experiencias de enfermeras, médicos y otros sanitarios en cuanto al tratamiento del SARS, el H1N1 (“gripe porcina”), síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), la tuberculosis o la gripe estacional. La mayoría de los trabajadores sanitarios trabajaban en hospitales.
La revisión señaló varios factores que influyeron en la adherencia por parte de los trabajadores sanitarios a las guías de PCI. Se consideró que los siguientes hallazgos estaban bien o muy bien apoyados (confianza moderada a alta) por los estudios que se encontraron.
Los trabajadores sanitarios no estaban seguros de si seguir o no las guías locales si no coincidían con las guías nacionales o internacionales. Tenían dificultades para seguir guías largas o poco claras, especialmente si sus consejos eran poco prácticos o cambiaban constantemente. El uso del EPI y la limpieza adicional significó que seguir las guías de PCI aumentó la carga de trabajo y el cansancio. Las respuestas de los trabajadores sanitarios a las guías de PCI se vieron influidas por el apoyo que recibían de la dirección y de la cultura del lugar de trabajo.
Los trabajadores sanitarios destacaron la importancia de una comunicación clara sobre las guías de PCI. Sin embargo, los sanitarios señalaron la falta de capacitación sobre la infección en sí misma y sobre cómo usar el EPI. Pensaban que suponía un problema cuando la formación no era obligatoria y creían que todo el personal, incluyendo limpiadores, celadores, personal de cocina y otros trabajadores de apoyo, debían incluirse en la formación en PCI.
La falta de espacio para aislar a los pacientes, y la falta de antesalas, duchas y acceso fácil a lavabos era un problema. Otras medidas prácticas, como la reducción al mínimo del hacinamiento, la aceleración del tratamiento de los pacientes infectados y la restricción de las visitas fueron importantes para reducir la infección.
La falta de EPI, o el EPI de calidad deficiente, fue una preocupación grave para los trabajadores sanitarios y los directivos. Se deben ajustar los suministros a medida que continúan los brotes de infección. Algunos trabajadores sanitarios encontraron que el EPI era incómodo de utilizar y algunos consideraron que el EPI hacía que los pacientes se sintieran aislados y asustados.
Los trabajadores sanitarios creían que cumplían mejor con las guías de PCI cuando veían su valor, por ejemplo, en la reducción del riesgo de infectarse a sí mismos y a sus familias o en la protección de sus pacientes.
Muchos factores afectan a la voluntad y la capacidad de los trabajadores sanitarios de seguir las guías de PCI. Esta revisión incluye un conjunto de preguntas extraídas de los hallazgos para ayudar a los profesionales sanitarios a planificar, implementar o administrar las estrategias de PCI para ayudar a sus trabajadores a seguir las guías de PCI.
¿Cuál es el grado de actualización de esta revisión?
La revisión incluye estudios publicados hasta el 26 de marzo de 2020.
Los trabajadores sanitarios señalan varios factores que influyen en su capacidad y disposición para cumplir con las guías de PCI cuando se trata de enfermedades infecciosas respiratorias. Entre ellos, figuran factores vinculados a las propias guías y a la forma en que se comunican, el apoyo de los directivos, la cultura del lugar de trabajo, la capacitación, el espacio físico, el acceso al equipo de protección individual y la confianza en el mismo, y el deseo de prestar una atención adecuada al paciente. La revisión también destaca la importancia de incluir a todo el personal de los centros, incluido el personal de apoyo, al aplicar las guías de PCI.
Esta revisión es una de una serie de revisiones rápidas que los colaboradores de Cochrane han preparado para informar sobre la pandemia de COVID-19 de 2020.
Cuando existen nuevas enfermedades infecciosas respiratorias que se extienden, como durante la pandemia de COVID-19, la adherencia por parte de los trabajadores sanitarios a las guías de prevención y control de infecciones (PCI) se hace aún más importante. Las estrategias incluidas en estas guías abarcan el uso de equipo de protección individual (EPI), como mascarillas, protectores faciales, guantes y batas; la separación de los pacientes con infecciones respiratorias de los demás; y rutinas de limpieza más estrictas. La adherencia a estas estrategias en la práctica puede ser difícil y llevar mucho tiempo. Por consiguiente, las autoridades y los centros de atención de la salud deben estudiar la mejor manera de apoyar a los trabajadores sanitarios en su aplicación.
Identificar las barreras y los facilitadores de la adherencia por parte de los trabajadores sanitarios a las guías de PCI para las enfermedades infecciosas respiratorias.
Se realizaron búsquedas en OVID MEDLINE el 26 de marzo 2020. Como solo se realizó una búsqueda en una base de datos por falta de tiempo, también se llevó a cabo un ejercicio de exploración riguroso y exhaustivo y la búsqueda de las listas de referencias de los documentos clave. No se aplicó ningún límite de fecha ni de idioma.
Se incluyeron estudios cualitativos y de métodos mixtos (con un componente cualitativo identificable) centrados en las experiencias y percepciones de los trabajadores de la salud respecto de los factores que influyen en su capacidad para adherirse a las guías de PCI para las enfermedades infecciosas respiratorias. Se incluyeron estudios de cualquier tipo de trabajador sanitario con responsabilidad en el cuidado de los pacientes. Se incluyeron estudios centrados en las guías de PCI (locales, nacionales o internacionales) para las enfermedades infecciosas respiratorias en cualquier ámbito de la atención sanitaria. Estos criterios de selección se enmarcaron mediante la comprensión de las necesidades de los trabajadores sanitarios durante la pandemia de COVID-19.
Cuatro autores de la revisión evaluaron de forma independiente los títulos, los resúmenes y los textos completos identificados por la búsqueda. Se utilizó un marco de muestreo preestablecido para tomar muestras de los estudios elegibles, con el fin de captar diversos tipos de enfermedades infecciosas respiratorias, la propagación geográfica y los estudios con gran cantidad de datos. Se extrajeron los datos mediante un formulario de extracción de datos diseñado para esta síntesis. Se evaluaron las limitaciones metodológicas utilizando una versión adaptada de la herramienta Critical Skills Appraisal Programme (CASP). Se utilizó un «método de marco de mejor ajuste» para analizar y sintetizar la evidencia. Esto proporcionó categorías analíticas iniciales, con margen para análisis temáticos adicionales. Se utilizó el método GRADE-CERQual (Confidence in the Evidence from Reviews of Qualitative research) para evaluar la confianza en cada hallazgo. Se examinó cada uno de los hallazgos de la revisión para identificar los factores que pueden influir en la aplicación de la intervención y se desarrollaron implicaciones para la práctica.
Se encontraron 36 estudios relevantes y se tomaron muestras de 20 de estos estudios para el análisis. Diez de esos estudios provenían de Asia, cuatro de África, cuatro de América Central y del Norte y dos de Australia. En los estudios, se exploraron las opiniones y experiencias de enfermeras, médicos y otros trabajadores sanitarios al tratar el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), el H1N1; el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), la tuberculosis (TB) o la gripe estacional. La mayoría de estos sanitarios trabajaban en hospitales; otros trabajaban en ámbitos de atención primaria y comunitaria.
La revisión señala varias barreras y facilitadores que influyeron en la capacidad de los trabajadores sanitarios para adherirse a las guías de PCI. Los siguientes factores se basan en los hallazgos evaluados como de certeza moderada a alta.
Los trabajadores sanitarios se sentían inseguros en cuanto a cómo adherirse a las guías locales cuando las mismas eran largas y ambiguas o no reflejaban las guías nacionales o internacionales. Podían sentirse abrumados debido a que las guías locales cambiaban constantemente. También describieron cómo las estrategias de PCI dieron lugar a un aumento de la carga de trabajo y la fatiga, por ejemplo, debido a que tenían que utilizar EPI y asumir una limpieza adicional. Los trabajadores sanitarios describieron cómo sus respuestas a las guías de PCI se vieron influidas por el nivel de apoyo que consideraban que recibían de su equipo directivo.
La comunicación clara sobre las guías de PCI se consideró vital. Sin embargo, los sanitarios señalaron la falta de capacitación sobre la infección en sí misma y sobre cómo usar el EPI. También creían que la capacitación no obligatoria era un problema.
El espacio suficiente para aislar a los pacientes también se consideró vital. La falta de habitaciones de aislamiento, antesalas y duchas se identificó como un problema. Otras medidas prácticas importantes descritas por los trabajadores sanitarios fueron la reducción al mínimo del hacinamiento, la aceleración del tratamiento de los pacientes infectados, la restricción de las visitas y la provisión de fácil acceso a las instalaciones de lavado de manos.
La falta de EPI y la provisión de equipos de calidad deficiente fueron una preocupación grave para los trabajadores y los directivos sanitarios. También señalaron la necesidad de ajustar el volumen de los suministros a medida que continuaban los brotes de infección.
Los trabajadores sanitarios creían que cumplían mejor con las guías de PCI cuando veían su valor. Algunos trabajadores sanitarios se sintieron motivados a cumplir con las guías por temor a contraer la infección o a transmitirla a sus familias, o debido a que se sentían responsables de sus pacientes. Algunos trabajadores sanitarios encontraron dificultades para usar mascarillas y otros equipos cuando esto provocaba que los pacientes se sintieran aislados, asustados o estigmatizados. Los trabajadores sanitarios también encontraron que el uso de mascarillas y otros equipos era incómodo. La cultura del lugar de trabajo también podía influir en el hecho de que los trabajadores sanitarios cumplieran o no con las guías de PCI.
En muchos de los hallazgos, se observó que los trabajadores sanitarios señalaron la importancia de incluir a todo el personal, incluido el personal de limpieza, los celadores, el personal de cocina y otro personal de apoyo al implementar las guías de PCI.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.