Mensajes clave
- Actualmente falta evidencia de calidad para respaldar el uso del índice dedo del pie-brazo (IDB) y la presión arterial sistólica de los dedos del pie (PASD) para detectar la enfermedad arterial periférica, y los médicos deben interpretar estas pruebas con cautela.
- Se necesitan más estudios de calidad alta con un mayor número de participantes para aumentar la certeza de la evidencia.
¿Por qué es importante mejorar el diagnóstico de la enfermedad arterial periférica?
La enfermedad arterial periférica afecta a aproximadamente 236 millones de personas en todo el mundo. En la enfermedad arterial periférica, las arterias que irrigan sangre a las piernas y los pies se ven afectadas por depósitos grasos (aterosclerosis), que provocan estrechamiento y pueden causar bloqueos. Esto puede provocar dolor, heridas y gangrena, que pueden conllevar una amputación. El hecho de no reconocer la enfermedad arterial periférica cuando está presente (resultado falso negativo de la prueba) podría dar lugar a que la afección no se trate adecuadamente o a un retraso en el tratamiento. Esto podría provocar mayores tasas de heridas, amputación y muerte prematura. Un diagnóstico incorrecto de enfermedad arterial periférica (un resultado falso positivo) podría conllevar la realización de innecesarios estudios diagnósticos por imagen o la prescripción inadecuada de medicamentos para reducir el riesgo cardiovascular, con los que no se obtienen beneficios y sí existe la posibilidad de efectos secundarios. Un diagnóstico incorrecto también podría provocar estrés y ansiedad en el paciente.
¿Qué es el índice dedo del pie-brazo y la presión arterial sistólica de los dedos del pie?
Los médicos disponen de varias pruebas para detectar la enfermedad arterial periférica, que no son invasivas y se pueden realizar en el momento de la atención. Dos de estas pruebas son el índice dedo del pie-brazo (IDB) y la presión arterial sistólica de los dedos del pie (PASD). La PASD es la presión arterial tomada en los dedos gordo o segundo del pie. Se coloca un manguito pequeño de presión sanguínea alrededor del dedo del pie y una sonda Doppler, láser o fotopletismográfica en el dedo del pie para detectar una señal de flujo sanguíneo. Luego se infla el manguito hasta que la señal desaparece y se desinfla lentamente hasta que la señal reaparece. La presión a la que regresa la señal se considera la PASD. Para medir el IDB, la PASD se divide simplemente por la presión arterial más alta de ambos brazos, lo que resulta en un índice. Los valores más bajos indican que existe enfermedad arterial periférica. Se utilizan diversos umbrales en la práctica y la investigación.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso averiguar la exactitud del IDB y la PASD para detectar la enfermedad arterial periférica en personas con riesgo de padecer esta afección. También se quiso comparar la exactitud del IDB con la de la PASD.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que hubieran investigado la exactitud del IDB o la PASD para la enfermedad arterial periférica, y se examinó la calidad y la certeza de estos estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 18 estudios: 13 evaluaron el IDB solo, uno evaluó la PASD sola y cuatro evaluaron el IDB y la PASD. El IDB se evaluó en 17 estudios con 1927 participantes y la PASD se evaluó en 5 estudios con 701 participantes. Los estudios se realizaron en Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Japón, Corea, República Checa, Francia, Hungría, India e Irán. La media de edad de los participantes estuvo entre 63 y 83 años. Los estudios se realizaron en personas con riesgo de enfermedad arterial periférica, como personas con diabetes, enfermedad renal, personas mayores o personas con factores de riesgo conocidos. Sin embargo, no hubo suficientes estudios y los estudios encontrados fueron demasiado diferentes entre sí para permitir una estimación fiable de la exactitud general de las pruebas para diagnosticar la enfermedad arterial periférica.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Solo se incluyó un escaso número de estudios (18) y los estudios fueron muy diferentes entre sí. Esto se debe a que los criterios de inclusión fueron amplios e inclusivos. Sin embargo, hizo imposible comparar o agrupar (combinar) directamente los estudios. Los estudios que se incluyeron en general fueron de calidad baja, y existe una confianza baja o muy baja en los resultados. Los estudios incluidos también tuvieron algunas limitaciones importantes en la forma en que se realizaron. Lo anterior podría haber dado lugar a que la PASD y el IDB parezcan más precisos de lo que realmente son en algunos de los estudios incluidos.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta revisión incluyó toda la bibliografía publicada hasta el 27 de febrero de 2024.
Aunque se ha completado un escaso número de estudios de exactitud diagnóstica del IDB y la PASD para identificar la EAP, la calidad metodológica general fue baja, y la mayoría de los estudios proporcionaron evidencia de certeza muy baja. Por lo tanto, la base de evidencia para apoyar el uso del IDB y la PASD para identificar la EAP es limitada. Aunque el IDB y la PASD se utilizan ampliamente desde el punto de vista clínico, el rendimiento diagnóstico general de estas pruebas todavía es incierto. Se justifica la realización de estudios de investigación futuros que utilicen métodos robustos y un informe claro para determinar de manera integral la exactitud diagnóstica del IDB y la PASD para identificar la EAP con mayor certeza. Sin embargo, realizar dichos estudios de investigación cuando algunas de las pruebas de referencia son invasivas y solo están clínicamente indicadas en poblaciones con EAP conocida, es un desafío.
La enfermedad arterial periférica (EAP) de los miembros inferiores está causada por una enfermedad aterosclerótica oclusiva en la que el estrechamiento de las arterias reduce el flujo sanguíneo a los miembros inferiores. La EAP es frecuente; se calcula que afecta a 236 millones de personas en todo el mundo. La edad avanzada, el tabaquismo, la hipertensión, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares concomitantes son factores frecuentes asociados con un mayor riesgo de EAP. Las complicaciones de la EAP pueden incluir dolor de claudicación, dolor en reposo, heridas, gangrena, amputación y mayor morbilidad y mortalidad cardiovascular. Por lo tanto, resulta clínicamente importante utilizar pruebas diagnósticas que identifiquen con exactitud la EAP. La detección exacta y oportuna de la EAP permite a los médicos implementar estrategias apropiadas de control de riesgos para prevenir complicaciones, desacelerar la progresión o intervenir cuando esté indicado. El índice dedo del pie-brazo (IDB) y la presión arterial sistólica de los dedos del pie (PASD) forman parte de un conjunto de pruebas no invasivas inmediatas utilizadas para detectar la EAP. El IDB y la PASD las utilizan habitual varios médicos en distintos contextos, por lo que elaborar una revisión sistemática y un metanálisis de su exactitud diagnóstica está justificado y resultan sumamente relevantes para informar la práctica clínica.
(1) Determinar la exactitud de la PASD y el IDB para el diagnóstico de la EAP en las extremidades inferiores a diferentes valores de corte para la positividad de la prueba en poblaciones con riesgo de EAP, y (2) comparar la exactitud de la PASD y el IDB para el diagnóstico de la EAP en las extremidades inferiores.
Los objetivos secundarios fueron investigar varias posibles fuentes de heterogeneidad en la exactitud de la prueba, incluidas las siguientes: grupo de pacientes examinado (personas con diabetes tipo 1 o tipo 2, personas con enfermedad renal y población general), tipo de equipo utilizado, umbral de positividad y tipo de prueba de referencia.
El documentalista del Grupo Cochrane Vascular (Cochrane Vascular) realizó búsquedas en las bases de datos MEDLINE, Embase, CINAHL, Web of Science, LILACS, Zetoc y DARE, así como en los registros de ensayos Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud y ClinicalTrials.gov hasta el 27 de febrero de 2024.
Se incluyeron estudios diagnósticos de casos y controles, transversales, prospectivos y retrospectivos en los que todos los participantes se sometieron a una medición de la PASD o el IDB junto con un método validado de diagnóstico vascular por imágenes para la EAP. Era necesario poder tabular de forma cruzada (tabla 2 x 2) los resultados de la prueba índice y la prueba de referencia para incluir un estudio. Para ser incluidas, las poblaciones de estudio debían ser adultos de 18 años o más. Se incluyeron estudios de participantes sintomáticos y asintomáticos. Los estudios debían utilizar la PASD y el IDB (también llamado índice de presión dedo del pie-brazo [IPDB]), ya sea de forma individual o junto con otras pruebas no invasivas como pruebas índice para diagnosticar la EAP en personas con sospecha de enfermedad. Se incluyeron los datos obtenidos mediante fotopletismografía, láser Doppler, Doppler de onda continua, esfigmomanómetros (manuales y aneroides) y equipos digitales manuales o automáticos.
Dos autores de la revisión completaron de forma independiente la extracción de los datos mediante un formulario estandarizado. Se extrajeron los datos para completar tablas de contingencia de 2 x 2 cuando estuvieron disponibles (verdaderos positivos, verdaderos negativos, falsos positivos, falsos negativos). Cuando los datos no estaban disponibles para permitir el análisis estadístico, se estableció contacto directo con los autores de los estudios.
Dos autores de la revisión realizaron de forma independiente la evaluación de la calidad mediante QUADAS-2, y un tercer autor de la revisión resolvió las discrepancias. Se incorporaron dos preguntas adicionales en la evaluación de la calidad para ayudar a comprender la realización de los estudios y emitir valoraciones apropiados acerca del riesgo de sesgo y la aplicabilidad.
Dieciocho estudios cumplieron con los criterios de inclusión; 13 evaluaron el IDB solo, uno evaluó la PASD sola y cuatro evaluaron el IDB y la PASD. Trece de los estudios utilizaron la ecografía dúplex a color (EDC) como prueba de referencia, dos utilizaron la angiografía por tomografía computarizada (ATC), uno utilizó la tomografía con filas de múltiples detectores (TCMD), uno utilizó la angiografía y uno utilizó una combinación de EDC, ATC y angiografía. El IDB se investigó en 1927 participantes y 2550 extremidades. La PASD se investigó en 701 participantes, de los cuales se midió la PASD en 701 extremidades. En general, los estudios fueron de calidad metodológica baja, con un informe deficiente del reclutamiento de los participantes con respecto al muestreo consecutivo o aleatorio, y un informe deficiente del cegamiento entre la prueba índice y la prueba de referencia, así como del tiempo entre la prueba índice y la prueba de referencia. La certeza de la evidencia según el sistema GRADE fue muy baja para la mayoría de los estudios.
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