Pregunta de la revisión
Se examinó la evidencia acerca del efecto de la vacunación contra el Streptococcus pneumoniae (neumococo, un tipo de bacteria) para la prevención de las infecciones agudas del oído medio en niños.
Antecedentes
Antes de la implementación nacional de la vacunación contra el S pneumoniae con vacunas antineumocócicas conjugadas (PCV, por sus siglas en inglés), el neumococo era la causa más frecuente de las infecciones agudas del oído medio en los niños. Por lo tanto, la vacunación contra esta bacteria con las PCV puede dar lugar a menos infecciones agudas del oído medio en los niños. Sin embargo, se justifica la vigilancia continua de los efectos de las PCV sobre las infecciones agudas del oído medio debido a que estudios recientes informan un cambio en las bacterias que causan las infecciones agudas del oído medio hacia tipos neumocócicos no incluidos en las vacunas y otras bacterias.
Características de los estudios
La evidencia está actualizada hasta el 11 de junio de 2020. Se incluyeron 11 ensayos de las PCV versus vacunas control (vacuna conjugada contra el meningococo tipo C en tres ensayos y vacuna contra la hepatitis A o B en ocho ensayos), con un total de 60 733 niños. Las PCV utilizadas en los ensayos contenían de siete a 11 tipos diferentes de neumococo. Ninguno de los ensayos utilizó la PCV más nueva que contiene 13 tipos diferentes. La mayoría de los ensayos fueron financiados por compañías farmacéuticas. En general el riesgo de sesgo fue bajo. En siete ensayos (59 415 niños), los niños recibieron las PCV en la primera infancia, mientras que cuatro ensayos incluyeron 1318 niños de un año o más que estaban sanos o presentaban enfermedades respiratorias previas.
Resultados clave
Cuando una vacuna autorizada que contenía siete tipos diferentes de neumococo (CRM197-PCV7) se administró durante la primera infancia, el riesgo de presentar infecciones agudas del oído medio aumentó en el 5% en los lactantes con alto riesgo o disminuyó en el 6% en los lactantes con bajo riesgo. Cuando se administró una vacuna autorizada que contenía diez tipos de neumococo junto con una proteína portadora de otra bacteria Haemophilus influenzae (PHiD-CV10), el riesgo de presentar infecciones agudas del oído medio se redujo del 6% al 15%; sin embargo, ninguna de estas estimaciones alcanzó la significación estadística.
La administración de la PCV7 después de la primera infancia (a niños a partir de un año de edad), y en niños mayores con antecedentes de enfermedades respiratorias o infecciones agudas frecuentes del oído medio, no se asoció con reducciones de las infecciones agudas del oído medio.
Las reacciones locales leves (rubor, inflamación), la fiebre y el dolor/sensibilidad fueron comunes y ocurrieron con mayor frecuencia en los niños que recibieron la PCV que en los que recibieron las vacunas control. Las reacciones locales más graves (rubor e inflamación > 2,5 cm) y fiebre (> 39 °C) se observaron con mucha menos frecuencia y sin diferencias entre los grupos de vacunas. Los episodios adversos graves que se consideraron relacionados con la vacunación fueron poco frecuentes y no difirieron significativamente entre los grupos de vacunas.
Certeza de la evidencia
La certeza de la evidencia de la CRM197-PCV7 en la primera infancia se consideró moderada (es probable que estudios de investigación adicionales tengan un impacto importante en la confianza en la estimación del efecto y puedan cambiar la estimación). Se consideró que la certeza de la evidencia de la PHiD-CV10 fue baja (es muy probable que estudios de investigación adicionales tengan un impacto importante en la confianza en la estimación del efecto y es probable que cambien la estimación). Se consideró que la certeza de la evidencia de la PCV7 en niños mayores con o sin antecedentes de enfermedades respiratorias fue moderada (es probable que la realización de estudios de investigación adicionales tenga un impacto importante en la confianza en la estimación del efecto y puedan modificarla).
La administración de la CRM197-PCV7 y la PHiD-CV10 autorizadas durante la primera infancia se asocia con grandes reducciones del riesgo relativo de OMA neumocócica. Sin embargo, los efectos de estas vacunas en la OMA por todas las causas están mucho menos claros debido a la evidencia de certeza baja a moderada. No se encontró evidencia de un efecto beneficioso sobre la OMA por todas las causas al administrar las PCV en lactantes con alto riesgo, después de la primera infancia (es decir, en niños a partir de un año de edad) y en niños mayores con antecedentes de enfermedades respiratorias. En comparación con las vacunas control, las PCV se asociaron con un aumento de las reacciones locales leves (eritema, tumefacción), fiebre y dolor o sensibilidad. No se encontró evidencia de una diferencia en las reacciones locales más graves, la fiebre o los eventos adversos graves que se consideraron relacionados de forma causal con la vacunación.
Antes de la introducción de las vacunas antineumocócicas conjugadas (PCV), con mucha frecuencia se aislaba el Streptococcus pneumoniae del líquido del oído medio de los niños con otitis media aguda (OMA). La reducción de la colonización nasofaríngea de esta bacteria con la administración de las PCV puede dar lugar a una disminución en la OMA. Los efectos de las PCV merecen una vigilancia continua debido a que los estudios posteriores a la era de la PCV informan un cambio en los otopatógenos causales hacia serotipos no vacunales y otras bacterias. Esta revisión Cochrane actualizada se publicó por primera vez en 2002 y se actualizó en 2004, 2009, 2014 y 2019.
Evaluar el efecto de las PCV en cuanto a la prevención de la OMA en niños de hasta 12 años de edad.
Se efectuaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL, LILACS, la Web of Science y dos registros de ensayos ClinicalTrials.gov e ICTRP de la OMS hasta el 11 de junio de 2020.
Ensayos controlados aleatorizados de la PCV versus vacuna placebo o control.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane. Los desenlaces principales fueron la frecuencia de OMA por todas las causas y los efectos adversos. Los desenlaces secundarios incluyeron la frecuencia de OMA neumocócica y la frecuencia de OMA recurrente (definida como tres o más episodios de OMA en seis meses o cuatro o más en un año). Para evaluar la certeza de la evidencia se utilizó GRADE.
Se incluyeron 15 publicaciones de 11 ensayos (60 733 niños, rango: 74 a 37 868 por ensayo) de las PCV 7- a 11-valente versus vacunas control (vacuna contra el meningococo tipo C en tres ensayos y vacuna contra la hepatitis A o B en ocho ensayos). En esta actualización de 2020 se incluyó una publicación adicional de un ensayo previamente incluido. No se encontraron ensayos relevantes de la PCV 13-valente más nueva. En su mayoría los estudios fueron financiados por compañías farmacéuticas. En general el riesgo de sesgo fue bajo. En siete ensayos (59 415 niños) las PCV se administraron en la primera infancia, mientras que cuatro ensayos (1318 niños) incluyeron a niños a partir de un año de edad sanos o que tenían antecedentes de enfermedades respiratorias. Hubo una heterogeneidad clínica considerable entre los estudios, por lo que se informaron los resultados de los estudios individuales.
PCV administrada en la primera infancia
PCV7
La PCV 7-valente con CRM197 como proteína portadora (CRM197-PCV7) se asoció con una reducción de la razón de riesgos (RRR) del 6% (intervalo de confianza [IC] del 95%: -4% a 16%; un ensayo; 1662 niños) y del 6% (IC del 95%: 4% a 9%; un ensayo; 37 868 niños) en lactantes con bajo riesgo (evidencia de certeza moderada), pero no se asoció con una reducción de la OMA por todas las causas en lactantes con alto riesgo (RRR -5%; IC del 95%: -25% a 12%). La PCV7 con el complejo proteico de la membrana externa del serogrupo B de Neisseria meningitidis como proteína portadora (OMPC-PCV7) no se asoció con una reducción de la OMA por todas las causas (RRR -1%; IC del 95%: -12% a 10%; un ensayo; 1666 niños; evidencia de certeza baja).
La CRM197-PCV7 y la OMPC-PCV7 se asociaron con una RRR del 20% (IC del 95%: 7% a 31%) y del 25% (IC del 95%: 11% a 37%) en la OMA neumocócica, respectivamente (dos ensayos; 3328 niños; evidencia de certeza alta) y la CRM197-PCV7 con una RRR del 9% (IC del 95%: -12% a 27%) y del 10% (IC del 95%: 7% a 13%) en la OMA recurrente (dos ensayos; 39 530 niños; evidencia de certeza moderada).
PHiD-CV10/11
El efecto de la PCV 10-valente autorizada conjugada con la proteína D, una lipoproteína de superficie de Haemophilus influenzae, (PHiD-CV10) sobre la OMA por todas las causas varió de una RRR del 6% (IC del 95%: -6% a 17%; un ensayo; 5095 niños) al 15% (IC del 95%: -1% a 28%; un ensayo; 7359 niños) en los niños sanos (evidencia de certeza baja). La PHiD-CV11 se asoció con una RRR del 34% (IC del 95%: 21% a 44%) en la OMA por todas las causas (un ensayo; 4968 niños; evidencia de certeza moderada).
La PHiD-CV10 y la PHiD-CV11 se asociaron con una RRR del 53% (IC del 95%: 16% a 74%) y del 52% (IC del 95%: 37% a 63%) en la OMA neumocócica (dos ensayos; 12 327 niños; evidencia de certeza alta) y la PHiD-CV11 con una RRR del 56% (IC del 95%: -2% a 80%) en la OMA recurrente (un ensayo; 4968 niños; evidencia de certeza baja).
PCV administrada a una edad más avanzada
PCV7
No se encontró evidencia de un efecto beneficioso sobre la OMA por todas las causas al administrar la CRM197-PCV7 a niños de uno a siete años de edad con antecedentes de enfermedad respiratoria u OMA frecuente (dos ensayos; 457 niños; evidencia de certeza moderada) ni la CRM197-PCV7 combinada con una vacuna trivalente contra la gripe en niños de 18 a 72 meses de vida con antecedentes de infecciones respiratorias (un ensayo; 597 niños; evidencia de certeza moderada).
CRM197-PCV9
En un ensayo que incluyó a 264 participantes sanos de una guardería con uno a tres años de edad, la CRM197-PCV9 se asoció con una RRR del 17% (IC del 95%: -2% a 33%) en la otitis media por todas las causas informada por los padres (evidencia de certeza muy baja).
Eventos adversos
Nueve ensayos informaron sobre los efectos adversos (77 389 niños; evidencia de certeza alta). Las reacciones locales leves y la fiebre fueron comunes en ambos grupos, y ocurrieron con mayor frecuencia en los grupos de PCV que en los de las vacunas control: eritema (< 2,5 cm): 5% a 20% versus 0% a 16%; tumefacción (< 2,5 cm): 5% a 12% versus 0% a 8%; y fiebre (< 39 °C): 15% a 44% versus 8% a 25%. El eritema (> 2,5 cm), la tumefacción (> 2,5 cm) y la fiebre (> 39 °C) más graves ocurrieron con menor frecuencia (0% a 0,9%; 0,1% a 1,3% y 0,4% a 2,5%, respectivamente) en los niños que recibieron la PCV y no difirieron de manera significativa entre los grupos de PCV y de vacunas control. El dolor o la sensibilidad, o ambos, se informaron con mayor frecuencia en los grupos de PCV que en los de las vacunas control: 3% a 38% versus 0% a 8%. Los eventos adversos graves que se consideraron relacionados de forma causal con la vacunación fueron poco frecuentes y no difirieron significativamente entre los grupos; no se informaron eventos adversos graves mortales relacionados de forma causal con la vacunación.
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