Pregunta de la revisión
Se deseaba conocer si las intervenciones de salud oral mejoran la salud oral de las personas que han presentado un ictus y si alguna intervención de salud oral proporcionó más efectos beneficiosos que otro enfoque.
Antecedentes
Tres cuartas partes de las personas que han presentado un ictus experimentan problemas físicos, y la debilidad, la falta de coordinación y los problemas cognitivos (atención, memoria, lenguaje y orientación) que pueden acompañar a un ictus hacen difícil que la persona mantenga la salud y la limpieza de su boca, lengua y dientes por sí misma. Una boca limpia se siente bien y la práctica de la salud oral (eliminación de la placa dental [una película blanda y pegajosa que se acumula en los dientes] y de los restos de comida) es un factor fundamental para mantener la salud de la boca, los dientes y las encías. Una boca limpia y saludable también previene el dolor o el malestar y permite a las personas comer una serie de alimentos nutritivos. Mantener un buen cuidado bucal puede ser difícil después de un ictus y es posible que el personal sanitario tenga que ayudar a proporcionar dicho cuidado.
Se deseaba conocer si las intervenciones de salud oral podrían mejorar la limpieza de los dientes de los supervivientes de un ictus mediante la reducción de la placa dental o la placa de la dentadura postiza (los desenlaces principales de esta revisión). También interesaba saber si las intervenciones de salud oral mejorarían otros desenlaces (secundarios) como la satisfacción y la calidad de vida de los pacientes, la presencia de enfermedades bucales, la presencia de infecciones relacionadas, así como el conocimiento y el comportamiento de los profesionales y los supervivientes de ictus con respecto a la salud oral.
Fecha de la búsqueda
La evidencia está actualizada hasta febrero de 2019.
Características de los estudios
En esta revisión actualizada se incluyeron 15 estudios (22 comparaciones) con 1546 personas con ictus, 1028 miembros del personal sanitario y 94 cuidadores. Siete ensayos compararon la salud oral con la atención habitual; tres ensayos compararon la salud oral con placebo (tratamiento simulado o atención habitual), y 12 ensayos compararon dos tipos diferentes de salud oral.
Resultados clave
Se encontró escasa evidencia para determinar la mejor forma de proporcionar la salud oral. Hubo evidencia de calidad baja a partir de ensayos que compararon la salud oral con la atención estándar, que mostró que la salud oral redujo la placa de la dentadura postiza. No hubo diferencias en los estudios que midieron la placa dental. Se encontró evidencia de calidad muy baja que muestra que la capacitación del personal de enfermería y de los cuidadores familiares mejoró su conocimiento y sus comportamientos hacia la salud oral. Hubo evidencia de calidad baja que demostró el efecto beneficioso de un gel de descontaminación (para reducir el número de bacterias en la boca) sobre la incidencia de neumonía, en comparación con un gel placebo, entre los pacientes de una sala de ictus. Sin embargo, no hubo otra información sobre la mejor manera de proporcionar la salud oral y se necesitan de forma urgente más estudios.
Calidad de la evidencia
A pesar de la inclusión de varios ensayos nuevos de salud oral en personas después de un ictus desde la última actualización de la revisión, todavía hay falta de evidencia de calidad alta para informar sobre la salud oral en ámbitos de atención de ictus.
Conclusión
Se consideró que la calidad de la evidencia actual en esta revisión es baja o muy baja. Se carece de evidencia de calidad alta del enfoque óptimo para proporcionar salud oral a las personas después de un ictus. Se necesitan ensayos clínicos adicionales bien realizados.
Se encontró evidencia de calidad baja a muy baja que indica que las intervenciones de salud oral pueden mejorar la limpieza de la dentadura postiza del paciente y el conocimiento y los comportamientos de los profesionales. Hay evidencia limitada de calidad baja de que el gel de descontaminación selectiva puede ser más beneficioso que el placebo para reducir la incidencia de neumonía. Las mejoras en la limpieza de los dientes del paciente fueron limitadas. Se consideró que la calidad de la evidencia incluida en los metanálisis fue baja o muy baja, lo que limita la confianza en los resultados. Aún no se cuenta con evidencia de calidad alta sobre el enfoque óptimo para proporcionar salud oral a las personas después de un accidente cerebrovascular.
En las personas con limitaciones físicas, sensoriales y cognitivas debido a un accidente cerebrovascular, la práctica rutinaria del cuidado de la salud oral se puede convertir en un desafío. La intervención de cuidado oral basada en la evidencia es fundamental en este grupo de pacientes.
Comparar la efectividad de las intervenciones de salud oral con la atención habitual u otras opciones de tratamiento para garantizar la salud oral de las personas después de un accidente cerebrovascular.
En febrero de 2019 se realizaron búsquedas en los registros de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrovasculares (Cochrane Stroke Group) y del Grupo Cochrane de Salud Oral (Cochrane Oral Health Group), en CENTRAL, MEDLINE, Embase y en otras seis bases de datos. Se examinaron las listas de referencias de los documentos pertinentes y se estableció contacto con autores e investigadores en el campo. Se realizaron búsquedas manuales en las listas de referencias de los artículos pertinentes y se estableció contacto con otros investigadores. No hubo restricciones de idioma.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que evaluaron una o más intervenciones diseñadas para mejorar la limpieza y la salud de la boca, la lengua y los dientes en personas con un accidente cerebrovascular que recibieron salud oral asistida por el personal sanitario. Se incluyeron ensayos con una población mixta siempre que se pudieran extraer los datos específicos de los accidentes cerebrovasculares. Los desenlaces principales fueron la placa dental o la placa de la dentadura postiza. Los desenlaces secundarios incluyeron la presencia de enfermedades orales, la presencia de infecciones relacionadas y patógenos oportunistas orales relacionados con salud oral y la neumonía, el conocimiento y los comportamientos de los supervivientes de accidentes cerebrovasculares y los profesionales sanitarios con respecto a la salud oral, así como la satisfacción y la calidad de vida de los pacientes.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, examinaron los resúmenes y los artículos de texto completo según los criterios de selección preestablecidos, extrajeron los datos y evaluaron la calidad metodológica mediante la herramienta Cochrane "Risk of bias". Se solicitaron aclaraciones a los investigadores cuando fue necesario. Cuando se dispuso de datos estadísticos adecuados, los datos de los desenlaces seleccionados se combinaron en metanálisis agrupados. Se utilizaron los criterios GRADE para evaluar la calidad de la evidencia de cada desenlace.
Quince ECA (22 comparaciones asignadas de forma aleatorizada) que incluyeron a 3631 participantes, con datos de 1546 personas con accidente cerebrovascular, cumplieron los criterios de selección.
Intervenciones de salud oral en comparación con atención habitual
Siete ensayos (2865 participantes, con datos de 903 participantes con accidente cerebrovascular, 1028 profesionales sanitarios, 94 cuidadores informales) investigaron intervenciones de salud oral en comparación con la atención habitual.
Las intervenciones de salud oral de componentes múltiples no mostraron evidencia de una diferencia en la puntuación media (DME) de la placa dental al mes después de la intervención (DME -0,66; IC del 95%: -1,40 a 0,09; dos ensayos, 83 participantes; I2 = 83%; p = 0,08; evidencia de calidad muy baja).
Los supervivientes de accidentes cerebrovasculares tuvieron menos placa en las dentaduras postizas cuando el personal tuvo acceso a una intervención de salud oral de componentes múltiples (DME -1,31; IC del 95%: -1,96 a -0,66; un ensayo, 38 participantes; p < 0,0001; evidencia de calidad baja).
No hubo evidencia de una diferencia en la gingivitis (DME -0,60; IC del 95%: -1,66 a 0,45; dos ensayos, 83 participantes; I2 = 93%; p = 0,26: evidencia de calidad muy baja) o la estomatitis inducida por la dentadura postiza (DMS -0,33; IC del 95%: -0,92 a 0,26; un ensayo, 38 participantes; p = 0,69; evidencia de calidad baja) entre los participantes que recibieron el protocolo de salud oral de componentes múltiples en comparación con la atención habitual al mes después de la intervención. No hubo diferencias en la incidencia de neumonía en los participantes que recibieron una intervención de salud oral de componentes múltiples (99 participantes; cinco incidentes de neumonía) en comparación con los que recibieron la atención habitual (105 participantes; un incidente de neumonía) (OR 4,17; IC del 95%: 0,82 a 21,11; un ensayo, 204 participantes; p = 0,08; evidencia de calidad baja).
La capacitación en salud oral de los supervivientes de un accidente cerebrovascular y los profesionales sanitarios mejoró significativamente su conocimiento de la salud oral al mes después de la capacitación (DME 0,70; IC del 95%: 0,06 a 1,35; tres ensayos, 728 participantes; I2 = 94%; p = 0,03; evidencia de calidad muy baja). Los datos agrupados un mes después de la capacitación también mostraron evidencia de una diferencia entre los comportamientos de los supervivientes de accidentes cerebrovasculares y los de los profesionales de la salud oral (DME 0,28; IC del 95%: 0,01 a 0,54; tres ensayos, 728 participantes; I2 = 65%; p = 0,06; evidencia de calidad muy baja).
Intervenciones de salud oral en comparación con placebo
Tres ensayos (394 participantes, con datos de 271 participantes con accidente cerebrovascular) compararon una intervención de salud oral con placebo. No hubo datos sobre los desenlaces principales. No hubo evidencia de una diferencia en la incidencia de neumonía en los participantes que recibieron una intervención de salud oral en comparación con placebo (OR 0,39; IC del 95%: 0,14 a 1,09; dos ensayos, 242 participantes; I2 = 42%; p = 0,07; evidencia de calidad baja). Sin embargo, el gel de descontaminación redujo la incidencia de neumonía en el grupo de intervención en comparación con el grupo de gel placebo (OR 0,20; IC del 95%: 0,05 a 0,84; un ensayo, 203 participantes; p = 0,028). No hubo diferencias en la incidencia de neumonía en los participantes tratados con povidona yodada en comparación con placebo (OR 0,81; IC del 95%: 0,18 a 3,51; un ensayo, 39 participantes; p = 0,77).
Una intervención de salud oral en comparación con otra intervención de salud oral
Doce ensayos (372 participantes con accidente cerebrovascular) compararon una intervención de salud oral con otra intervención de salud oral. No hubo diferencias en las puntuaciones de la placa dental entre los participantes que recibieron una intervención de salud oral de componentes múltiples mejorada en comparación con intervenciones de salud oral convencionales a los tres meses (DM -0,04; IC del 95%: -0,33 a 0,25; un ensayo, 61 participantes; p = 0,78; evidencia de calidad baja). No hubo datos para la placa de la dentadura postiza.
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