Pregunta de la revisión: ¿Cuáles son los efectos de la práctica repetida de tareas funcionales sobre la recuperación después del accidente cerebrovascular en comparación con la atención habitual o los tratamientos placebo?
Antecedentes: El accidente cerebrovascular puede provocar problemas con el movimiento, a menudo en un lado del cuerpo. Aunque es frecuente alguna recuperación con el transcurso del tiempo, en alrededor de un tercio de los pacientes los problemas persisten. La práctica repetida de tareas funcionales (p.ej. levantar una taza) es un enfoque terapéutico utilizado para ayudar a la recuperación del movimiento después del accidente cerebrovascular. Este enfoque se basa en la idea sencilla de que para mejorar la capacidad de realizar tareas es necesario practicar realizando numerosas veces la tarea particular, como cuando se aprende a escribir por primera vez. Los tipos de práctica que los pacientes realizan, y el tiempo que dedican a la práctica, pueden afectar cuán bien funcionan estos tratamientos. Para explorar lo anterior de forma adicional también se deben considerar diferentes aspectos de la práctica repetitiva que pueden influir en cuán bien funciona.
Características de los estudios: Se identificaron 33 estudios con 1853 participantes. Los estudios incluyeron una variedad amplia de tareas a practicar que incluyeron levantar una pelota, caminar, pararse a partir de la posición de sentado y el entrenamiento en circuitos con una tarea diferente en cada estación. Las pruebas están actualizadas hasta junio 2016.
Resultados clave: En comparación con los grupos de atención habitual (fisioterapia estándar) o placebo, los pacientes que practicaron las tareas funcionales mostraron mejorías pequeñas en la función del brazo, la función de la mano, la distancia de caminata y las medidas de capacidad de caminar. Las mejorías en la función del brazo y la pierna se mantuvieron hasta seis meses después. No hubo pruebas de confiabilidad suficiente acerca del riesgo de eventos adversos, por ejemplo caídas. Se necesitan estudios de investigación adicionales para determinar el mejor tipo de práctica de tareas, y si una práctica más mantenida podría mostrar mejores resultados.
Calidad de la evidencia: La calidad de las pruebas se consideró baja para la función del brazo, la función de la mano y las medidas funcionales del miembro inferior y moderada para la distancia de caminata y la deambulación funcional. La calidad de las pruebas de cada resultado fue limitada debido al informe deficiente de los detalles de los estudios (en particular en los estudios antiguos), los resultados inconsistentes entre los estudios y los números pequeños de participantes en los estudios en algunas comparaciones.
Hay pruebas de calidad baja a moderada de que el ETR mejora la función del miembro superior e inferior; las mejorías se mantuvieron hasta seis meses después del tratamiento. Los estudios de investigación adicionales se deben centrar en el tipo y la cantidad de entrenamiento, que incluye las formas de medir el número de repeticiones realizadas en realidad por los participantes. Será necesario volver a revisar la definición del ETR antes de realizar actualizaciones adicionales de esta revisión para asegurar que todavía es clínicamente significativo y distinguible de otras intervenciones.
El entrenamiento en tareas repetitivas (ETR) incluye la práctica activa de actividades motoras con tareas específicas y es un componente de los enfoques terapéuticos actuales en la rehabilitación del accidente cerebrovascular.
Objetivo primario: Determinar si el ETR mejora la función/alcance del miembro superior y la función/estabilidad del miembro inferior en los adultos después de un accidente cerebrovascular.
Objetivos secundarios: 1) Determinar el efecto del ETR sobre medidas de resultado secundarias que incluyen las actividades cotidianas, la función motora general, la calidad de vida/estado de salud y los eventos adversos. 2) Determinar los factores que podrían influir en las medidas de resultado primarias y secundarias, incluido el efecto de "dosis" de la práctica de las tareas; el tipo de tarea (terapia completa, tarea única o mixta); el momento de la intervención y el tipo de intervención.
Se hicieron búsquedas en el registro de ensayos del Grupo Cochrane de Accidentes Cerebrales Vasculares (Cochrane Stroke Group Trials Register) (4 marzo 2016); Registro Cochrane Central de Ensayos Controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials, CENTRAL) (The Cochrane Library 2016, número 5: 1 octubre 2006 hasta 24 junio 2016); MEDLINE (1 octubre 2006 hasta 8 marzo 2016); Embase (1 octubre 2006 hasta 8 marzo 2016); CINAHL (2006 hasta 23 junio 2016); AMED (2006 hasta 21 junio 2016) y en SPORTSDiscus (2006 hasta 21 junio 2016).
Ensayos aleatorios/cuasialeatorios en adultos después de un accidente cerebrovascular, donde la intervención fue una secuencia motora activa realizada repetitivamente como parte de una sesión única de entrenamiento, dirigida a un objetivo funcional claro.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, examinaron los resúmenes, extrajeron los datos y evaluaron los ensayos. La calidad de las pruebas de cada estudio y grupo de resultados se determinó mediante la herramienta Cochrane "Riesgo de sesgo" y los criterios GRADE (Grades of Recommendation, Assessment, Development and Evaluation). Los datos de los resultados del seguimiento no se evaluaron mediante GRADE. Se estableció contacto con los autores de los ensayos para obtener información adicional.
Se incluyeron 33 ensayos con 36 pares de intervención-control y 1853 participantes. El riesgo de sesgo presente en muchos estudios fue incierto debido al informe deficiente; por lo tanto, la calidad de las pruebas se consideró "moderada" o "baja" cuando se utilizó el sistema GRADE.
Hay pruebas de calidad baja de que el ETR mejora la función del brazo (diferencia de medias estandarizada [DME] 0,25; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,01 a 0,49; 11 estudios, número de participantes analizados = 749), la función de la mano (DME 0,25; IC del 95%: 0,00 a 0,51; ocho estudios, número de participantes analizados = 619), y las medidas funcionales del miembro inferior (DME 0,29; IC del 95%: 0,10 a 0,48; cinco ensayos, número de participantes analizados = 419).
Hay pruebas de calidad moderada de que el ETR mejora la distancia de caminata (diferencia de medias [DM] 34,80; IC del 95%: 18,19 a 51,41; nueve estudios, número de participantes analizados = 610) y la deambulación funcional (DME 0,35; IC del 95%: 0,04 a 0,66; ocho estudios, número de participantes analizados = 525). Se encontraron diferencias significativas entre los grupos en los resultados del miembro superior (DME 0,92; IC del 95%: 0,58 a 1,26; tres estudios, número de participantes analizados = 153) y del miembro inferior (DME 0,34; IC del 95%: 0,16 a 0,52; ocho estudios, número de participantes analizados = 471) hasta seis meses después del tratamiento, pero no después de seis meses. Los efectos sobre el miembro superior o inferior no se modificaron por el tipo de intervención, la dosis de la práctica de tareas o el tiempo desde el accidente cerebrovascular. No hubo pruebas de confiabilidad suficiente acerca del riesgo de eventos adversos.
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