¿Cuál es el objetivo de esta revisión?
Las personas suelen tener calambres musculares por la noche mientras intentan dormir, durante el ejercicio, durante el embarazo y durante la hemodiálisis (filtrado de la sangre en personas con problemas renales graves). Los calambres también se pueden producir en otros momentos, y pueden ser especialmente frecuentes y graves en niños y adultos con enfermedades nerviosas (por ejemplo, la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth).
Hay muchos tratamientos disponibles para los calambres en las piernas y los pies. La mayoría no se han probado en ensayos clínicos bien diseñados. El uso de intervenciones no probadas no es lo ideal, ya que las personas podrían estar perdiendo su tiempo o su dinero, y podrían exponerse al riesgo de sufrir daños. En esta Revisión Cochrane se recopilaron y analizaron todos los estudios relevantes para determinar si alguna intervención no farmacológica era útil para los calambres en las piernas y los pies.
Mensajes clave
Hay muy poca evidencia de ensayos aleatorizados para ayudar a las personas a tomar decisiones sobre los tratamientos no farmacológicos para los calambres en las piernas o los pies. No es posible tener la seguridad de que algún tratamiento no farmacológico sea particularmente útil, porque no hay suficientes estudios en los que basar las decisiones, y generalmente los calambres no se han medido de una manera adecuada. Ningún estudio probó tratamientos no farmacológicos en personas menores de 50 años o con enfermedades neurológicas. La evidencia actual apoya de cierta forma que la combinación de estiramientos diarios de las pantorrillas y los isquiotibiales podría reducir la gravedad de los calambres musculares nocturnos de las extremidades inferiores en personas de 55 años o más, pero el efecto sobre la frecuencia de los calambres no está claro; la certeza de la evidencia es muy baja.
¿Qué se ha estudiado en esta revisión?
Había interés en los estudios que compararon los estiramientos, el ejercicio, el masaje, la relajación, la prevención de la fatiga, el control de la temperatura nocturna, los cambios en las posiciones para dormir y sentarse, y las férulas utilizadas mientras se duerme entre sí, con ningún tratamiento, o con un tratamiento placebo o simulado. Se excluyeron los estudios que examinaron los calambres en el embarazo (ya que se analizan en otra revisión Cochrane), o los tratamientos invasivos (como la cirugía o la acupuntura).
Se intentó determinar si los tratamientos podían reducir la frecuencia de los calambres, su dolor, la duración de cada uno de ellos, el número de personas que los sufrían, la capacidad de dormir o de participar en las actividades cotidianas, y si había algún efecto perjudicial.
¿Cuáles son los principales resultados de la revisión?
Tres estudios (201 participantes) aportaron evidencia de certeza baja o muy baja sobre la efectividad de los estiramientos para reducir los calambres en la parte inferior de las piernas en personas de 50 años o más. Uno de los estudios recibió financiación gubernamental; los otros dos no informaron la fuente de financiación.
Una combinación de estiramientos diarios de las pantorrillas y los isquiotibiales (en comparación con ninguna intervención) podría reducir la gravedad de los calambres musculares nocturnos de las extremidades inferiores en personas mayores de 55 años (un ECA, 80 personas).
El estiramiento de la pantorrilla solo (en comparación con el estiramiento simulado) podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la frecuencia con la que las personas de 60 años o más tienen calambres nocturnos en cualquier músculo de las extremidades inferiores, aunque las limitaciones en el diseño del estudio hacen difícil determinar cómo se relacionan los resultados con la práctica clínica (un ECA, 97 personas).
No está clara la evidencia en cuanto a si una combinación de estiramientos diarios de las pantorrillas, los cuádriceps y los isquiotibiales (en comparación con ninguna intervención) reduce la frecuencia y la gravedad de los calambres en las piernas en mujeres de 50 a 60 años con síndrome metabólico (un grupo de afecciones de salud que provocan un aumento en el riesgo de enfermedades cardíacas y problemas relacionados), ya que limitaciones importantes en el diseño del estudio redujeron la confianza en los resultados (un ECA, 24 mujeres).
Ninguna de las personas que participaron en los ensayos notificó efectos secundarios con el tratamiento, pero solo es posible tener una seguridad moderada en este resultado, ya que los ensayos fueron pequeños.
Ningún estudio informó los efectos del tratamiento sobre la calidad del sueño, la calidad de vida o la participación en las actividades cotidianas. Ningún estudio probó el tratamiento no farmacológico en personas con enfermedades neurológicas, durante el ejercicio o para los calambres nocturnos en adultos jóvenes.
¿Cómo de actualizada está esta revisión?
Se buscaron estudios publicados hasta mayo de 2020.
Una combinación de estiramientos diarios de las pantorrillas y los isquiotibiales durante seis semanas podría reducir la gravedad de los calambres musculares nocturnos de las extremidades inferiores en personas de 55 años o más, pero el efecto sobre la frecuencia de los calambres no está claro. El estiramiento de la pantorrilla solo, comparado con el estiramiento simulado durante 12 semanas, podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en la frecuencia de los calambres musculares nocturnos en las extremidades inferiores en personas de 60 años o más. Hay muy poca certeza de la evidencia sobre los efectos de una combinación de estiramientos diarios de las pantorrillas, los cuádriceps y los isquiotibiales sobre la frecuencia y la gravedad de los calambres en las piernas de mujeres de 50 a 60 años con síndrome metabólico. En general, el uso de medidas de desenlace no validadas y los criterios diagnósticos inconsistentes dificultan la comparación de los estudios y la aplicación de los resultados a la práctica clínica.
Debido a la prevalencia y el impacto de los calambres musculares de las extremidades inferiores, existe una necesidad urgente de evaluar de forma cuidadosa muchos de los tratamientos no farmacológicos emergentes y habitualmente recomendados en ECA bien diseñados, para en todos los tipos de calambres musculares de las extremidades inferiores. Se debe desarrollar y validar una herramienta específica de resultado para los calambres para su uso en estudios de investigación futuros.
Los calambres musculares en las extremidades inferiores son frecuentes y dolorosos. Pueden limitar la participación en el ejercicio y reducir la calidad del sueño, así como la calidad de vida. Hay muchas intervenciones disponibles para los calambres en las extremidades inferiores; algunas son controvertidas o podrían causar daños, y a menudo, las personas no experimentan beneficios con las intervenciones utilizadas. Ésta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2012. La revisión se ha actualizado para incorporar nueva evidencia.
Evaluar los efectos de los tratamientos no farmacológicos y no invasivos para los calambres de las extremidades inferiores.
En agosto de 2018 y mayo de 2020 se realizaron búsquedas en el Registro especializado del Grupo Cochrane Neuromuscular (Cochrane Neuromuscular Group), CENTRAL, MEDLINE, Embase, la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud, ClinicalTrials.gov y las listas de referencias de los estudios incluidos. No se impusieron restricciones por idioma ni año de publicación.
Se incluyeron todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) de intervenciones no farmacológicas y no invasivas probadas por al menos cuatro semanas para los calambres musculares de las extremidades inferiores en cualquier grupo de personas, excepto las embarazadas. El desenlace principal fue la frecuencia de los calambres. Los desenlaces secundarios fueron la intensidad del dolor de los calambres, la duración de los calambres, la calidad de vida relacionada con la salud, la calidad del sueño, la participación en las actividades cotidianas, la proporción de participantes que informaron de calambres musculares en las extremidades inferiores y los eventos adversos.
Dos autores de la revisión, de forma independiente, seleccionaron los ensayos, evaluaron el riesgo de sesgo y cotejaron la extracción de los datos y los análisis según los procedimientos estándares de Cochrane.
Se incluyeron tres ensayos con 201 participantes, todos de 50 años o más y ninguno presentaba una enfermedad neurológica. Todos los ensayos evaluaron una forma de estiramiento para los calambres musculares de las extremidades inferiores.
Una combinación de estiramientos diarios de las pantorrillas y los isquiotibiales durante seis semanas podría reducir la gravedad de los calambres musculares nocturnos en las extremidades inferiores (medidos en una escala visual analógica [EVA] de 10 cm, donde 0 = ningún dolor y 10 cm = el peor dolor imaginable) en personas de 55 años o más, en comparación con ninguna intervención (diferencia de medias [DM] -1,30; intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,74 a -0,86; un ECA, 80 participantes; evidencia de certeza baja). La certeza de la evidencia fue muy baja para la frecuencia de los calambres (cambio en el número de calambres por noche desde la semana cero hasta la semana seis) al comparar el grupo de estiramiento y el grupo de ninguna intervención (DM -1,2; IC del 95%: -1,8 a -0,6; 80 participantes; evidencia de certeza muy baja).
El estiramiento de la pantorrilla solo durante 12 semanas podría suponer una diferencia escasa o nula en la frecuencia de calambres musculares nocturnos en las extremidades inferiores en personas de 60 años o más (mediana del número de calambres en las últimas cuatro semanas del grupo de estiramiento [Md] 4, rango intercuartil [IQR] 8; n = 48; grupo de estiramiento simulado Md 3, IQR 7,63; n = 46) (U = 973,5; z = -0,995, p = 0,32, r = 0,10; un ECA, 94 participantes; evidencia de certeza baja). Este ensayo no informó de la gravedad de los calambres.
Hay muy poca certeza de la evidencia acerca de los efectos de una combinación de estiramientos diarios de las pantorrillas, los cuádriceps y los isquiotibiales sobre la frecuencia y la gravedad de los calambres en las piernas en mujeres de 50 a 60 años con síndrome metabólico (n = 24). No fue posible analizar completamente los datos de frecuencia y la escala utilizada para medir la gravedad de los calambres no está validada.
Ningún estudio informó sobre la calidad de vida relacionada con la salud, la calidad del sueño o la participación en las actividades cotidianas. Ningún participante de estos tres estudios notificó eventos adversos. La evidencia para los eventos adversos fue de certeza moderada ya que los estudios fueron demasiado pequeños para detectar eventos poco frecuentes.
En dos de los tres estudios los desenlaces tuvieron riesgo de sesgo de recuerdo, y las herramientas utilizadas para medir los desenlaces no estaban validadas. Debido a las limitaciones en los diseños de los estudios, que dieron lugar a riesgos de sesgo, y a los hallazgos poco precisos con IC amplios, no se puede asegurar que los hallazgos de los estudios futuros sean similares a los presentados en esta revisión.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.