Antecedentes
La deficiencia de vitamina A (DVA) es un grave problema de salud pública en los países de ingresos bajos y medios, que afecta a 190 millones de niños menores de cinco años. Esta deficiencia predispone a los niños a un mayor riesgo de presentar una serie de problemas, como enfermedades respiratorias, diarrea, sarampión y problemas de visión, y puede provocar la muerte. Estudios previos muestran que la administración de suplementos de vitamina A (SVA) sintéticos a los niños de seis meses a cinco años de edad que están en riesgo de padecer una deficiencia puede reducir el riesgo de muerte y de algunas enfermedades. Esta es una actualización de una revisión anterior.
Pregunta de la revisión
Esta revisión tiene como objetivo evaluar el efecto de la administración de SVA sintéticos en comparación con placebo (pastilla falsa) o ninguna intervención para la prevención de enfermedades y muerte en niños de seis meses a cinco años de edad.
Métodos de la revisión
Se efectuaron búsquedas en diferentes bases de datos que contienen resultados publicados y no publicados de estudios médicos. La búsqueda bibliográfica se actualizó en marzo de 2021. Sólo se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA: un estudio en el que los participantes se asignan al azar a uno o más tratamientos), considerados como la mejor forma de hacer estudios experimentales en la literatura de investigación. Se combinaron los resultados matemáticamente para obtener estimaciones generales de la efectividad de los SVA contra las enfermedades y la muerte.
Características de los estudios
La actualización no identificó estudios nuevos. Esta revisión incluye 47 ECA que representan a 1 223 856 niños. Los estudios se realizaron en 19 países: 30 (63%) en Asia, 16 de los cuales fueron en la India; ocho (17%) en África; siete (15%) en América Latina y dos (4%) en Australia. Alrededor de un tercio de los estudios se realizaron en contextos urbanos o periurbanos, y la mitad en contextos rurales; el resto de los estudios no proporcionó información sobre este aspecto. La media de edad de los niños fue de unos 33 meses. La mayoría de los estudios incluyeron el mismo número de niños y niñas y duraron aproximadamente un año. La calidad de los estudios incluidos fue variable; sin embargo, fue poco probable que las tasas de mortalidad estuvieran influidas por posibles errores en la realización de los estudios.
Resultados clave
Los datos sobre el efecto de los SVA para la prevención de la muerte estuvieron disponibles en 19 de los estudios incluidos, y los resultados combinados indican que los SVA reducen el riesgo general de muerte y muerte por diarrea en un 12%. Los SVA no reducen específicamente las muertes por sarampión, infecciones respiratorias o meningitis, pero pueden reducir los nuevos casos de diarrea y sarampión. No hubo efectos sobre la incidencia de enfermedades respiratorias ni sobre los ingresos hospitalarios por diarrea o neumonía. La administración de vitamina A sintética por vía oral a los niños con riesgo de presentar DVA reduce el riesgo de ceguera nocturna y de pequeñas escamas de proteína en el ojo llamadas manchas de Bitot. También mejora los niveles de vitamina A en la sangre. El único efecto secundario notificado fue el riesgo de vómitos en las 48 horas posteriores a la administración de vitamina A en grandes dosis, como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Certeza de la evidencia
La calidad general de la evidencia se evaluó mediante el método GRADE, que analiza las deficiencias metodológicas de los estudios, la consistencia entre los estudios en la manera de informar sobre los resultados, el grado en que los resultados se aplican a otros contextos y la efectividad de los tratamientos. En base a estos criterios, se consideró que la calidad general de la evidencia era alta para los efectos beneficiosos de los SVA frente al riesgo general de muerte y muerte por diarrea. Para el resto de los desenlaces, la evidencia se consideró baja o moderada. Un estudio grande, realizado recientemente, que incluyó a cerca de un millón de niños, no mostró efectos de los SVA; sin embargo, cuando este estudio se combinó con otros estudios bien realizados, los SVA mantuvieron sus efectos beneficiosos en la prevención de la muerte y la enfermedad. En resumen, los SVA pueden reducir el riesgo de enfermedad y muerte en los niños de seis a 59 meses de vida que están en riesgo de DVA. Esta actualización no identificó nuevos estudios elegibles y las conclusiones siguen siendo las mismas.
Esta actualización no identificó nuevos estudios elegibles y las conclusiones siguen siendo las mismas. La administración de SVA se asocia con una reducción clínicamente significativa de la morbilidad y la mortalidad en los niños. Ensayos adicionales controlados con placebo de los SVA en niños entre seis meses y cinco años de edad no cambiarían las conclusiones de esta revisión, aunque se necesitan estudios que comparen diferentes dosis y formas de administración. En poblaciones con DVA documentada, no sería ético realizar ensayos controlados con placebo.
La deficiencia de vitamina A (DVA) es un grave problema de salud pública en los países de ingresos bajos y medios, que afecta a 190 millones de niños menores de cinco años y tiene muchas consecuencias adversas para la salud, incluida la muerte. Sobre la base de evidencia previa y de una versión anterior de esta revisión, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado la administración de suplementos de vitamina A (SVA) a los niños de seis a 59 meses de vida. La última versión de esta revisión se publicó en 2017 y esta es una versión actualizada de dicha revisión.
Evaluar los efectos de la administración de suplementos de vitamina A (SVA) para la prevención de la morbilidad y la mortalidad en niños de seis meses a cinco años de edad.
Hasta marzo de 2021 se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, en otras seis bases de datos y en dos registros de ensayos. También se verificaron las listas de referencias y se estableció contacto con organizaciones e investigadores pertinentes para identificar estudios adicionales.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA) y ECA por conglomerado que evaluaron el efecto de los SVA sintéticos en niños de seis meses a cinco años de edad que viven en la comunidad. Se excluyeron los estudios que incluyeron niños hospitalizados y niños con enfermedades o infección. También se excluyeron los estudios que evaluaron los efectos de los alimentos enriquecidos, el consumo de alimentos ricos en vitamina A o la administración de suplementos de betacaroteno.
Para esta actualización, dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente los estudios para inclusión y resolvieron las discrepancias mediante debate. Se realizaron metanálisis de los desenlaces, incluida la mortalidad por todas las causas y por causas específicas, la enfermedad, la visión y los efectos secundarios. Se utilizó el método GRADE para evaluar la calidad de la evidencia.
La búsqueda actualizada no identificó nuevos ECA.
Se identificaron 47 estudios, con aproximadamente 1 223 856 niños. Los estudios se realizaron en 19 países: 30 (63%) en Asia, 16 de los cuales fueron en la India; ocho (17%) en África; siete (15%) en América Latina y dos (4%) en Australia. Alrededor de un tercio de los estudios se realizaron en contextos urbanos o periurbanos, y la mitad en contextos rurales; el resto de los estudios no proporcionó información sobre este aspecto. La mayoría de los estudios incluyeron el mismo número de niños y niñas y duraron aproximadamente un año. La media de edad de los niños fue de unos 33 meses. Los estudios incluidos tuvieron un riesgo de sesgo general variable; sin embargo, la evidencia acerca del desenlace principal tuvo un riesgo de sesgo bajo.
El metanálisis de la mortalidad por todas las causas incluyó 19 ensayos (1 202 382 niños). Durante el seguimiento más prolongado, se observó una reducción del 12% en el riesgo de mortalidad por todas las causas con los SVA en comparación con el control con el uso de un modelo de efectos fijos (razón de riesgos [RR] 0,88; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,83 a 0,93; evidencia de certeza alta).
Nueve ensayos informaron la mortalidad debido a la diarrea y mostraron una reducción general del 12% con los SVA (RR 0,88; IC del 95%: 0,79 a 0,98; 1 098 538 participantes; evidencia de certeza alta). No hubo evidencia de una diferencia con los SVA en la mortalidad debido al sarampión (RR 0,88; IC del 95%: 0,69 a 1,11; seis estudios, 1 088 261 niños; evidencia de certeza baja), las enfermedades respiratorias (RR 0,98; IC del 95%: 0,86 a 1,12; nueve estudios, 1 098 538 niños; evidencia de certeza baja) ni la meningitis. Los SVA redujeron la incidencia de diarrea (RR 0,85; IC del 95%: 0,82 a 0,87; 15 estudios, 77 946 niños; evidencia de certeza baja), sarampión (RR 0,50; IC del 95%: 0,37 a 0,67; seis estudios, 19 566 niños; evidencia de certeza moderada), las manchas de Bitot (RR 0,42; IC del 95%: 0,33 a 0,53; cinco estudios, 1 063 278 niños; evidencia de certeza moderada), la ceguera nocturna (RR 0,32; IC del 95%: 0,21 a 0,50; dos estudios, 22 972 niños; evidencia de certeza moderada) y la DVA (RR 0,71; IC del 95%: 0,65 a 0,78; cuatro estudios, 2262 niños, evidencia de certeza moderada). Sin embargo, no hubo evidencia de una diferencia en la incidencia de enfermedades respiratorias (RR 0,99; IC del 95%: 0,92 a 1,06; 11 estudios, 27 540 niños; evidencia de certeza baja) o de hospitalizaciones por diarrea o neumonía. Hubo un mayor riesgo de vómitos durante las primeras 48 horas con los SVA (RR 1,97; IC del 95%: 1,44 a 2,69; cuatro estudios; 10 541 participantes; evidencia de certeza moderada).
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