¿Los programas de formación reducen el comportamiento agresivo hacia los trabajadores sanitarios?

¿Qué es el comportamiento agresivo?

La Organización Internacional del Trabajo utiliza el término "violencia en el lugar de trabajo" definido como "toda acción, incidente o comportamiento que se aparta de una conducta razonable en la que una persona se ve amenazada, dañada o lesionada en el desempeño de su trabajo o como resultado directo del mismo". Experimentar un comportamiento agresivo en el trabajo puede afectar a la capacidad de las personas para desempeñar bien sus funciones, puede causar problemas de salud física y mental, y también puede afectar a la vida doméstica. El comportamiento agresivo puede dar lugar a absentismo laboral; algunas personas podrían dejar su trabajo si experimentan un comportamiento agresivo.

¿Por qué se ha elaborado esta revisión Cochrane?

El comportamiento agresivo de los pacientes y su familia, amigos y cuidadores es un grave problema para los trabajadores sanitarios. Puede afectar a la calidad y la seguridad de la atención que proporcionan.

Se han elaborado programas de formación para intentar reducir (o eliminar) el comportamiento agresivo en el trabajo. Estos programas están destinados a formar a los trabajadores de la salud acerca de:

• sus políticas y procedimientos de organización;

• cómo evaluar los riesgos; y

• estrategias para controlar o reducir las probabilidades (y los efectos) de experimentar un comportamiento agresivo.

¿Qué se hizo?

Se buscaron estudios que investigaran el grado de prevención o reducción de las agresiones hacia trabajadores sanitarios de los programas de formación.

Se incluyeron estudios controlados aleatorizados, en los que los programas que las personas recibían se decidían al azar, y estudios en los que los efectos de un programa se medían antes y después entre las personas que completaban el programa y en otro grupo de personas que no participaban.

Se quiso saber si los programas de formación podían:

• reducir el número de incidentes de comportamiento agresivo en los lugares de trabajo sanitario;

• mejorar el conocimiento, las habilidades y la actitud de los trabajadores sanitarios hacia los comportamientos agresivos; y

• reducir cualquier efecto personal adverso (no deseado o negativo) observado en los trabajadores de la salud que experimentaron un comportamiento agresivo.

Fecha de búsqueda: se incluyó evidencia publicada hasta junio de 2020.

Datos encontrados

Se encontraron nueve estudios que incluyeron a 1688 trabajadores sanitarios (incluyendo personal de apoyo, como recepcionistas) que trabajaban con los pacientes y su familia, amigos y cuidadores. Estos estudios compararon los efectos de recibir un programa de formación con los efectos de no recibir tal programa.

Los estudios se llevaron a cabo en hospitales o centros de salud (cuatro estudios), en salas de psiquiatría (dos estudios) y en centros de larga estancia (tres estudios) en los Estados Unidos, Suiza, Reino Unido, Suecia y Taiwán.

Todos los programas combinaban la formación teórica y práctica, ya sea a distancia (cuatro estudios) o presencial (cinco estudios). En ocho estudios se hizo un seguimiento de los participantes de hasta tres meses (a corto plazo), y en un estudio durante más de un año (a largo plazo).

¿Cuáles son los resultados de la revisión?

Los programas de formación no redujeron el número de comunicaciones de comportamiento agresivo hacia los trabajadores de la salud (cinco estudios), posiblemente porque estos programas hicieron que los trabajadores de la salud fueran más propensos a comunicar estos incidentes.

Un programa de formación podría mejorar el conocimiento de los trabajadores de la salud sobre el comportamiento agresivo en el lugar de trabajo a corto plazo (un estudio), pero no es seguro que esto sea un efecto a largo plazo (un estudio).

Los programas formativos podrían mejorar las actitudes de los trabajadores de la salud hacia el comportamiento agresivo a corto plazo (cinco estudios), aunque estos resultados variaron según el tipo de programa proporcionado y su duración.

Los programas educativos podrían no afectar a las habilidades de los trabajadores de la salud para lidiar con el comportamiento agresivo (dos estudios) y podrían no afectar si se observaron efectos personales no deseados o negativos después de que los trabajadores de la salud experimentaron un comportamiento agresivo (un estudio).

¿Qué fiabilidad tienen los resultados?

No existe confianza en los resultados de la revisión porque estos resultados se comunicaron de un pequeño número de estudios (algunos con un número reducido de participantes- y porque algunos estudios mostraron grandes diferencias en los resultados). Se identificaron problemas relacionados con la forma en que algunos estudios fueron diseñados, realizados y comunicados. Es probable que estos resultados sean distintos si se dispusiera de más evidencia.

Mensaje clave

Aunque un programa de formación podría aumentar los conocimientos y las actitudes positivas de los trabajadores sanitarios, tales programas podrían no afectar al número de incidentes de conducta agresiva que experimentan estos trabajadores.

Se necesitan más estudios, especialmente en lugares de trabajo sanitario con altas tasas de conducta agresiva.

Conclusiones de los autores: 

Es posible que la formación teórica combinada con la práctica no tenga efecto sobre la agresión en el lugar de trabajo dirigida a los trabajadores sanitarios, aunque puedan aumentar el conocimiento personal y las actitudes positivas. Se necesitan estudios de mejor calidad que se centren en entornos específicos de trabajo de atención sanitaria donde la exposición a la agresión de los pacientes sea alta. Además, como la mayoría de los estudios han evaluado los episodios de agresión contra las enfermeras, los estudios futuros deberían incluir otro tipo de trabajadores sanitarios que también son víctimas de agresión en los mismos entornos, como los celadores (asistentes sanitarios). Los estudios deben utilizar especialmente los informes de agresión a nivel institucional y deben basarse en datos de múltiples fuentes y en medidas validadas. Los estudios también deben incluir los días perdidos por baja por enfermedad y la rotación de empleados y deben medir los desenlaces en el seguimiento de un año. En los estudios se debe especificar la duración y el tipo de formación que se imparte y se debe utilizar una comparación activa para evitar la sensibilización y la presentación de informes únicamente en el grupo de intervención.

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Antecedentes: 

La agresión en el lugar de trabajo constituye un problema grave para los trabajadores y las instituciones sanitarias. La agresión está vinculada a problemas de salud física y mental a nivel individual, así como al absentismo, la disminución de la productividad o la calidad del trabajo y las altas tasas de rotación de los empleados a nivel de la institución. Para contrarrestar esos efectos negativos, las organizaciones han utilizado diversas intervenciones, entre ellas la formación teórico-práctica, para proporcionar a los trabajadores los conocimientos y aptitudes necesarios para prevenir la agresión.

Objetivos: 

Evaluar la efectividad de las intervenciones de formación que tienen como objetivo prevenir y minimizar las agresiones en el lugar de trabajo dirigidas a los trabajadores sanitarios por parte de los pacientes y los representantes de los pacientes.

Métodos de búsqueda: 

Se hicieron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, en otras seis bases de datos y en cinco registros de ensayos desde su creación hasta junio de 2020, junto con la verificación de referencias, búsqueda de citas y contacto con los autores de los estudios para identificar estudios adicionales.

Criterios de selección: 

Ensayos controlados aleatorizados (ECA), ensayos controlados aleatorizados por grupos (ECAG) y estudios controlados del tipo antes y después (CAD) que investigaron la efectividad de las intervenciones de formación dirigidas a prevenir la agresión para los trabajadores sanitarios.

Obtención y análisis de los datos: 

Cuatro autores de la revisión evaluaron y seleccionaron los estudios resultantes de la búsqueda. Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándares previstos por Cochrane. La certeza de la evidencia se evaluó con los criterios GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron nueve estudios (cuatro ECAG, tres ECA y dos CAD) con un total de 1688 participantes. Cinco estudios informaron de episodios de agresión y seis estudios informaron de desenlaces secundarios. Se realizaron siete estudios con enfermeras o auxiliares de enfermería, y dos estudios con trabajadores sanitarios en general. Tres estudios se llevaron a cabo en centros de larga estancia, dos en el pabellón psiquiátrico y cuatro en hospitales o centros de salud. Los estudios se comunicaron en los Estados Unidos, Suiza, Reino Unido, Taiwán y Suecia.

Todos los estudios incluidos informaron acerca de una intervención de formación combinada teórica y práctica. Cuatro estudios evaluaron programas a distancia y cinco evaluaron programas presenciales. Cinco estudios fueron de larga duración (hasta 52 semanas) y cuatro de corta duración. Ocho estudios tuvieron un seguimiento a corto plazo (menos de 3 meses), y un estudio tuvo un seguimiento a largo plazo (más de un año). Siete estudios se consideraron con riesgo de sesgo "alto" en varios dominios y todos tuvieron un riesgo de sesgo “incierto” en al menos un dominio.

Efectos sobre la agresión

Seguimiento a corto plazo

La evidencia es muy incierta acerca de los efectos de la formación sobre la agresión en el seguimiento a corto plazo en comparación con ninguna intervención (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,33, intervalo de confianza [IC] del 95%: -1,27 a 0,61, dos ECAG; riesgo relativo [RR] 2,30, IC del 95%: 0,97 a 5,42, un CAD; DME -1,24, IC del 95%: -2,16 a -0,33, un CAD; evidencia de certeza muy baja).

Seguimiento a largo plazo

Es posible que la formación no reduzca la agresión en comparación con la ausencia de intervención a largo plazo (RR 1,14; IC del 95%: 0,95 a 1,37; un ECAG; evidencia de certeza baja).

Efectos sobre los conocimientos, las actitudes, las aptitudes y los resultados adversos

La formación podría aumentar el conocimiento personal sobre la agresión en el lugar de trabajo en un seguimiento a corto plazo (DME 0,86; IC del 95%: 0,34 a 1,38; un ECA; evidencia de certeza baja). La evidencia es muy incierta acerca de los efectos de la formación en el conocimiento personal a largo plazo (RR 1,26; IC del 95%: 0,90 a 1,75, 1; un ECA; evidencia de certeza muy baja). La formación podría mejorar las actitudes de los trabajadores sanitarios en el seguimiento a corto plazo, pero la evidencia es muy incierta (DME -0,59; IC del 95%: -0,24 a 0,94, dos ECAG y tres ECA; evidencia de certeza muy baja). El tipo y la duración de las intervenciones dieron lugar a efectos de diferente magnitud. Es posible que la formación no tenga un efecto sobre las aptitudes relacionadas con la agresión en el lugar de trabajo (DME 0,21; IC del 95%: -0,07 a 0,49; un ECA y un ECAG; evidencia de certeza muy baja) ni sobre los desenlaces personales adversos, pero la evidencia es muy incierta (DME -0,31; IC del 95%: -1,02 a 0,40; un ECA; evidencia de certeza muy baja).

Las mediciones de estos conceptos mostraron una gran heterogeneidad.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

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