Mensajes clave
- No se sabe con certeza si la actividad física reduce el dolor o mejora la discapacidad en comparación con la atención habitual. No se encontraron estudios que compararan las actividades físicas con la intervención de atención médica (p. ej., educación).
- No se encontraron estudios que evaluaran la educación sobre la actividad física, con o sin actividad física, en niños y adolescentes.
- Debido al pequeño número de estudios incluidos, y a las formas en que se realizaron los estudios, que podrían introducir errores en sus resultados, no se puede concluir si la actividad física, la educación sobre la actividad física, o ambas, son efectivas en comparación con la atención médica activa o la atención habitual.
¿Qué es el dolor musculoesquelético crónico en niños y adolescentes?
El dolor crónico es el que dura más de tres meses. El dolor musculoesquelético crónico (p. ej., dolor en músculos y huesos) es frecuente en niños y adolescentes, y tiene un impacto negativo en sus vidas. Los dolores musculoesqueléticos crónicos más frecuentes en niños y adolescentes son los de espalda, cuello y brazos, y los derivados de lesiones deportivas.
¿Cuál es el impacto causado por el dolor musculoesquelético en niños y adolescentes?
Los niños y adolescentes con dolor crónico manifiestan discapacidad y bajo estado de ánimo; socializan menos con sus amigos y reconocen que el dolor es un obstáculo para hacer ejercicio y participar en actividades físicas. Esto puede provocar ausentismo escolar y, en general, problemas de salud en la vida adulta.
¿Cómo se trata el dolor musculoesquelético en niños y adolescentes?
El dolor musculoesquelético crónico suele tratarse con actividad física, educación sobre la actividad física o ambas cosas. La mayoría de las veces, estos enfoques se aplican como parte de una intervención compleja, es decir, intervenciones con diferentes componentes (p. ej., psicología, medicación, actividad física).
¿Qué se quiso averiguar?
Se quiso averiguar si la actividad física, la educación sobre la actividad física, o ambas, eran mejores que la atención habitual o el tratamiento médico asistencial (también conocido como atención médica activa) para mejorar:
- el dolor
- la discapacidad
- la calidad de vida
También se quiso averiguar si la actividad física, la educación sobre la actividad física, o ambas, provocaban efectos secundarios indeseables.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que compararan la actividad física, o la educación acerca de la actividad física, o ambas, con la atención habitual o la atención médica activa, en niños y adolescentes en edad escolar (4 a 18 años) con cualquier dolor musculoesquelético crónico.
Se compararon y resumieron los resultados de estos estudios y la confianza en la evidencia se calificó según factores como los métodos y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron cuatro estudios con un total de 243 participantes. Los estudios solo incluyeron niños y adolescentes con artritis idiopática juvenil. El número de jóvenes incluidos en cada estudio varió entre 32 y 93; la edad promedio de los participantes fue 11 años. La duración de los tratamientos osciló entre tres y seis meses. Solo un estudio evaluó los desenlaces en el seguimiento a largo plazo. Solo se encontraron estudios que compararan la actividad física con la atención habitual.
No se sabe con certeza si la actividad física disminuye el dolor o mejora la discapacidad mejor que la atención habitual. No están claros los efectos de la actividad física sobre la calidad de vida. Ninguno de los estudios informó si los participantes experimentaron efectos secundarios indeseables.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Los estudios solo incluyeron un escaso número de niños y adolescentes, y es posible que se hayan realizado de forma que pudieran introducir errores en sus resultados. Ambas razones limitan la confianza en la evidencia.
No se informó adecuadamente sobre los posibles efectos secundarios de las actividades físicas ni la atención habitual.
La falta de confianza en los resultados no permite concluir si la actividad física para el dolor musculoesquelético crónico en niños y adolescentes mejora el dolor, la discapacidad o la calidad de vida.
En la práctica, los profesionales sanitarios deben tener en cuenta la disponibilidad y la calidad de la evidencia de los estudios de investigación sobre las terapias físicas, las preferencias de los jóvenes con dolor y la experiencia del profesional.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta octubre de 2022.
No es posible afirmar con seguridad si las intervenciones basadas en la actividad física y la educación acerca de la actividad física son más efectivas que la atención habitual para los niños y adolescentes con dolor musculoesquelético crónico.
Se encontró evidencia de certeza muy baja de que la actividad física podría reducir la intensidad del dolor y mejorar la discapacidad después de la intervención, en comparación con la atención habitual, en niños y adolescentes con artritis idiopática juvenil.
No se encontraron estudios que informaran intervenciones formativas; aún se desconoce cómo estas intervenciones influyen en los desenlaces en niños y adolescentes con dolor musculoesquelético crónico.
Las decisiones sobre el tratamiento deben tener en cuenta la mejor evidencia actual, la experiencia del profesional y las preferencias del joven.
Se necesitan con urgencia ensayos controlados aleatorizados adicionales en otras enfermedades comunes de dolor musculoesquelético crónico, con alta calidad metodológica, gran tamaño muestral y seguimiento a largo plazo.
El dolor crónico es una importante carga sanitaria y socioeconómica que prevalece en niños y adolescentes. Entre las intervenciones más utilizadas en niños y adolescentes se encuentran la actividad física (incluidos los ejercicios) y la educación sobre la actividad física.
Evaluar la efectividad de la actividad física, la educación sobre la actividad física, o ambas, en comparación con la atención habitual (incluida la lista de espera y las intervenciones mínimas, como el asesoramiento, las clases de relajación o las reuniones de grupos sociales) o la atención médica activa en niños y adolescentes con dolor musculoesquelético crónico.
Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, CINAHL, PsycINFO, PEDro y LILACS desde la fecha de inicio hasta octubre de 2022. También se realizaron búsquedas en las listas de referencias de los documentos elegibles, en ClinicalTrials.gov y en la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) que compararon la actividad física o la educación acerca de la actividad física, o ambas, con la atención habitual (incluida la lista de espera y las intervenciones mínimas) o la atención médica activa, en niños y adolescentes con dolor musculoesquelético crónico.
Dos autores de la revisión determinaron de forma independiente la elegibilidad de los estudios incluidos. Los desenlaces principales fueron la intensidad del dolor, la discapacidad y los eventos adversos. Los desenlaces secundarios fueron depresión, ansiedad, evitación del miedo, calidad de vida, nivel de actividad física y angustia de los cuidadores. Se extrajeron datos en la evaluación posterior a la intervención y en el seguimiento a largo plazo. Dos autores de la revisión evaluaron de forma independiente el riesgo de sesgo para cada estudio, utilizando RoB 1. La certeza general de la evidencia se evaluó mediante el método GRADE. Los desenlaces continuos se informaron como diferencias de medias y las diferencias clínicamente importantes se determinaron a partir de la bibliografía, o el 10% de la escala.
Se incluyeron cuatro estudios (243 participantes con artritis idiopática juvenil). Se consideró que todos los estudios incluidos tenían un riesgo incierto de sesgo de selección, sesgo de realización y sesgo de detección, y un riesgo alto de sesgo de desgaste. La certeza de la evidencia para cada desenlace disminuyó a muy baja debido a limitaciones graves o muy graves de los estudios, así como a la inconsistencia y la imprecisión.
Actividad física en comparación con atención habitual
La actividad física podría reducir ligeramente la intensidad del dolor (escala de 0 a 100; 0 = ningún dolor) en comparación con la atención habitual después de la intervención (diferencia de medias estandarizada [DME] -0,45; intervalo de confianza [IC] del 95%: -0,82 a -0,08; dos estudios, 118 participantes; recalculada como diferencia de medias [DM] -12,19; IC del 95%: -21,99 a -2,38; I² = 0%; evidencia de certeza muy baja). La actividad física podría mejorar levemente la discapacidad (escala de 0 a 3; 0 = ninguna discapacidad) en comparación con la atención habitual en la evaluación posterior a la intervención (DM -0,37; IC del 95%: -0,56 a -0,19; I² = 0%; tres estudios, 170 participantes; evidencia de certeza muy baja). No se encontró evidencia clara de una diferencia en la calidad de vida (CdV; escala de 0 a 100; puntuaciones más bajas = mejor CdV) entre la actividad física y la atención habitual en la evaluación posterior a la intervención (DME -0,46; IC del 95%: -1,27 a 0,35; cuatro estudios, 201 participantes; evidencia de certeza muy baja; recalculada como DM -6,30; IC del 95%: -18,23 a 5,64; I² = 91%).
Ninguno de los estudios incluidos midió los eventos adversos, la depresión ni la ansiedad en esta comparación.
Actividad física comparada con atención médica activa
No se encontraron estudios que se pudieran analizar en esta comparación.
Educación sobre la actividad física en comparación con atención habitual o atención médica activa
No se encontraron estudios que se pudieran analizar en esta comparación.
Actividad física y educación sobre la actividad física en comparación con atención habitual o atención médica activa
No se encontraron estudios que se pudieran analizar en esta comparación.
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