El objetivo de esta revisión Cochrane fue averiguar si los trabajadores sanitarios no técnicos eran más o menos eficaces que los profesionales sanitarios en la identificación y el tratamiento de los niños con emaciación.
Mensajes clave
Los resultados de esta revisión sugieren que los niños que reciben atención de trabajadores sanitarios no técnicos para la emaciación grave, podrían tener resultados similares o ligeramente peores que los niños que reciben la atención de profesionales de la salud.
¿Qué es la emaciación?
La emaciación infantil se refiere a niños demasiado delgados para su estatura. La emaciación se produce cuando el niño no tiene suficiente comida o suficiente comida saludable, o a causa de una enfermedad. Los niños que sufren emaciación enferman con más frecuencia, pueden tener problemas de desarrollo y tienen más probabilidades de morir, sobre todo cuando la emaciación es grave. Millones de niños sufren emaciación, y la mayoría vive en países pobres.
La mejor solución a este problema es evitar que la emaciación tenga lugar. Cuando esto no es posible, es importante identificar y tratar a los niños con emaciación lo antes posible. Sin embargo, el tratamiento puede durar semanas o meses, y a las familias podría resultarles difícil o caro acceder a la atención sanitaria. Como resultado, muchos niños no reciben la ayuda que necesitan.
¿Qué es un trabajador sanitario no técnico?
Una forma de aumentar el acceso de los niños a la atención sanitaria es recurrir a trabajadores sanitarios no técnicos. Un trabajador sanitario no técnico es un miembro de la comunidad que ha recibido cierta formación para llevar a cabo determinados servicios sanitarios, pero no es un profesional sanitario. Estudios de investigación han demostrado que los trabajadores sanitarios no técnicos son útiles en algunas intervenciones sanitarias, como el aumento de la lactancia materna y la vacunación infantil.
¿Qué se quiso averiguar?
En esta revisión, se intentó determinar si los trabajadores sanitarios no técnicos pueden identificar y tratar eficazmente la emaciación moderada a grave en niños de cinco años o menos. Se buscaron estudios que evaluaran el efecto de utilizar trabajadores sanitarios no técnicos en la comunidad en comparación con los profesionales sanitarios que trabajan en centros sanitarios.
¿Qué se encontró?
En esta revisión se incluyeron siete estudios. Seis estudios procedieron de países africanos y uno de Pakistán. Seis estudios incluyeron niños con emaciación grave y uno incluyó niños con emaciación moderada. En algunos estudios, los trabajadores sanitarios no técnicos identificaron a los niños con emaciación y los remitieron a las clínicas para su tratamiento. En los demás estudios, los trabajadores sanitarios no técnicos también trataron a los niños.
Todos los estudios compararon a trabajadores sanitarios no técnicos con profesionales sanitarios. Ningún estudio incluyó niños menores de seis meses.
Resultados clave
La identificación y remisión de niños con emaciación por parte de los trabajadores sanitarios no técnicos, en comparación con el tratamiento por parte de profesionales sanitarios tras la autorremisión, podría dar lugar a una diferencia escasa o nula en el número de niños que se recuperan de una emaciación moderada o grave.
La identificación y tratamiento de los niños con emaciación grave por trabajadores sanitarios no técnicos, en comparación con el tratamiento por profesionales sanitarios tras la identificación y remisión por los trabajadores sanitarios no técnicos:
• podría reducir ligeramente la respuesta al tratamiento (60 niños menos por cada 1000 que responden al tratamiento);
• podría tener poco o ningún efecto sobre el número de niños que aumentan de peso;
• probablemente tenga poco o ningún efecto sobre la cantidad de peso ganado;
• probablemente tenga poco o ningún efecto sobre el número de niños que recaen;
• probablemente tenga poco o ningún efecto sobre el número de niños que son trasladados a la atención hospitalaria;
• probablemente tenga poco o ningún efecto sobre el número de niños que abandonan el tratamiento; y
• podría tener poco o ningún efecto sobre el número de niños que mueren.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Se buscaron los estudios publicados hasta el 24 de septiembre de 2021.
La identificación y el tratamiento de la emaciación grave en niños que no requieren atención hospitalaria por parte de los TSL, en comparación con el tratamiento por parte de los profesionales sanitarios, podría dar lugar a desenlaces similares o ligeramente peores. Solo se encontraron dos ECA y la evidencia de los estudios no aleatorizados fue de certeza muy baja para todos los desenlaces debido a los riesgos de sesgo graves e imprecisión. Ningún estudio incluyó niños menores de seis meses. Los estudios futuros deberán abordar estas cuestiones metodológicas.
Desde principios de la década de 2010, se ha impulsado la mejora de la capacidad para tratar eficazmente la emaciación infantil mediante modelos de prestación de servicios basados en la comunidad y reducir así la morbilidad y la mortalidad.
Evaluar la eficacia de la identificación y el tratamiento de la emaciación moderada y grave en niños de cinco años o menos por parte de los trabajadores sanitarios legos que trabajan en la comunidad, en comparación con los profesionales sanitarios que trabajan en centros de salud.
Se realizaron búsquedas en MEDLINE, CENTRAL, otras dos bases de datos y dos registros de ensayos en curso hasta el 24 de septiembre de 2021. También se examinaron las listas de referencias de las revisiones sistemáticas relacionadas y todos los estudios incluidos.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) y estudios no aleatorizados en niños de cinco años de edad o menores con emaciación moderada (definida como una puntuación Z de peso para la talla [ZPT] inferior a -2 pero no inferior a ≥ -3, o una circunferencia de la región media del brazo [CMB] inferior a 125 mm pero no inferior a 115 mm, y sin edema nutricional) o emaciación grave (ZPT inferior a -3 o CMB inferior a 115 mm o edema nutricional).
Las intervenciones elegibles fueron:
• identificación de los niños con emaciación por parte de los trabajadores sanitarios legos (TSL) (intervención 1);
• identificación, por parte de los TSL, de los niños con emaciación y complicaciones médicas que necesitaran ser remitidos (intervención 2); e
• identificación, por parte de los TSL, de niños con emaciación sin complicaciones médicas que necesitaran ser remitidos (intervención 3).
Los comparadores elegibles fueron:
• identificación y tratamiento de la emaciación por parte de profesionales sanitarios como enfermeros o médicos (en los centros de salud); e
• identificación y tratamiento de la emaciación por parte de los equipos de los centros sanitarios, incluidos los profesionales de la salud y los TSL.
Dos autores realizaron de forma independiente la revisión de los ensayos, extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo mediante la herramienta Cochrane de riesgo de sesgo (RoB 2) y las guías del Grupo Cochrane para una Práctica y organización sanitaria efectivas (Cochrane Effective Practice and Organisation of Care [EPOC]). Se utilizó un modelo de efectos aleatorios para metanalizar los datos, con razones de riesgos (RR) para los desenlaces dicotómicos en ensayos con asignación individual, RR ajustados para los desenlaces dicotómicos en ensayos con asignación por conglomerados (mediante el método de la varianza inversa genérica en Review Manager 5) y las diferencias de medias (DM) para los desenlaces continuos. Para evaluar la certeza de la evidencia se utilizó el método GRADE.
Se incluyeron dos ECA y cinco ensayos controlados no aleatorizados. Seis estudios procedieron de países africanos y uno de Pakistán. Seis estudios incluyeron niños con emaciación grave y uno incluyó niños con emaciación moderada. Todos los estudios ofrecieron tratamiento y seguimiento alimentario terapéutico listo para el consumo y a domicilio. Los niños recibieron antibióticos en tres estudios, vitaminas o micronutrientes en tres estudios y tratamiento antiparasitario en dos estudios. En tres estudios, el grupo de comparación consistió en que los TSL detectaran la desnutrición de los niños y los remitieran a centros sanitarios para su diagnóstico y tratamiento.
Todos los estudios no aleatorizados tuvieron un riesgo de sesgo general alto.
Intervenciones 1 y 2
La identificación y remisión para tratamiento por parte de los TSL, en comparación con el tratamiento por parte de los profesionales sanitarios tras la autorremisión, podría dar lugar a una diferencia escasa o nula en el porcentaje de niños que se recuperan de la emaciación moderada o grave (DM 1,00%; intervalo de confianza [IC] del 95%: -2,53 a 4,53; un ECA, 29 475 hogares; certeza baja).
Intervención 3
En comparación con el tratamiento por profesionales sanitarios tras la identificación por parte de los TSL, la identificación y el tratamiento de la emaciación grave en niños por parte de los TSL:
• podría reducir ligeramente la mejoría de la emaciación grave (RR 0,93; IC del 95%: 0,86 a 0,99; un ECA, 789 participantes; certeza baja);
• podría aumentar ligeramente la falta de respuesta al tratamiento (RR 1,44; IC del 95%: 1,04 a 2,01; un ECA, 789 participantes; certeza baja);
• podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en el número de niños con ZPT superior a -2 en el momento del alta (RR 0,94; IC del 95%: 0,28 a 3,18; un ECA, 789 participantes; certeza baja);
• probablemente da lugar a poca o ninguna diferencia en el número de niños con ZPT entre -3 y -2 en el momento del alta (RR 1,09; IC del 95%: 0,87 a 1,36; un ECA, 789 participantes; certeza moderada);
• probablemente da lugar a poca o ninguna diferencia en el número de niños con ZPT inferior a -3 (emaciación grave) en el momento del alta (RR 1,23; IC del 95%: 0,75 a 2,04; un ECA, 789 participantes; certeza moderada);
• probablemente da lugar a poca o ninguna diferencia en el número de niños con CMB igual o superior a 115 mm en el momento del alta (RR 0,99; IC del 95%: 0,93 a 1,06; un ECA, 789 participantes; certeza moderada);
• da lugar a poca o ninguna diferencia en el aumento de peso diario (aumento de peso medio 0,50 g/kg/día superior; IC del 95%: 1,74 inferior a 2,74 superior; un ECA, 571 participantes; certeza alta);
• probablemente tiene poco o ningún efecto sobre la recaída de la emaciación grave (RR 1,03; IC del 95%: 0,69 a 1,54; un ECA, 649 participantes; certeza moderada);
• podría tener poco o ningún efecto sobre la mortalidad entre los niños con emaciación grave (RR 0,46; IC del 95%: 0,04 a 5,98; un ECA, 829 participantes; certeza baja);
• probablemente tiene poco o ningún efecto sobre el traslado de los niños con emaciación grave a la atención hospitalaria (RR 3,71; IC del 95%: 0,36 a 38,23; un ECA, 829 participantes; certeza moderada); y
• probablemente tiene poco o ningún efecto sobre la ausencia a consultas médicas de los niños con emaciación grave (RR 1,48; IC del 95%: 0,65 a 3,40; un ECA, 829 participantes; certeza moderada).
La evidencia fue muy incierta en cuanto a la ganancia total de la CMB, la ganancia de CMB por día, el aumento total de peso, la cobertura del tratamiento y el traslado a otro centro social o centro de salud.
Ningún estudio examinó la recuperación sostenida, el deterioro a emaciación grave, la identificación apropiada de los niños con emaciación o edema, la remisión apropiada de los niños con emaciación moderada o grave, la adherencia, o los efectos adversos y otros efectos perjudiciales.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.