Mensajes clave
Los antibióticos tópicos podrían mejorar los signos y síntomas, así como la eliminación de bacterias en participantes con conjuntivitis bacteriana aguda. Sin embargo, algunos antibióticos pueden causar efectos no deseados en los ojos o los párpados; no hay evidencia que indique que los antibióticos causen efectos no deseados en otras partes del cuerpo.
¿Qué es la conjuntivitis bacteriana aguda?
La conjuntivitis bacteriana aguda es una enfermedad en la que la fina capa que recubre las zonas blancas y el revestimiento interior de los párpados de uno o ambos ojos se enrojece e inflama a causa de una infección bacteriana. La conjuntivitis bacteriana aguda suele ser contagiosa, por lo que se recomienda a los niños y adultos que trabajan que eviten ir al colegio o al trabajo cuando estén afectados. Afortunadamente, se resuelve de manera espontánea en la mayoría de los casos.
¿Cómo se trata la conjuntivitis bacteriana aguda?
Las personas con conjuntivitis bacteriana aguda suelen recibir tratamiento en el lugar de la infección, normalmente en forma de colirios o pomadas antibióticas, para acelerar la recuperación. Sin embargo, se han cuestionado los beneficios de los antibióticos, al tener en cuenta que pueden causar irritación o reacciones alérgicas en los ojos y alrededor de ellos, o en la piel circundante.
¿Qué se quería averiguar?
Se examinó si los antibióticos, solos o en combinación con esteroides, pueden mejorar los signos y síntomas de la conjuntivitis o ayudar a eliminar las bacterias asociadas. También se evaluó si los antibióticos provocarían efectos indeseables en los ojos.
¿Qué se hizo?
Se realizó una revisión sistemática mediante la búsqueda de estudios que compararan antibióticos en forma de gotas oftálmicas, pomadas o comprimidos con controles inactivos. Se resumieron los hallazgos de estos estudios y se informaron los resultados junto con el nivel de confianza en ellos en función de cómo se realizaron los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontró que los antibióticos probablemente aumentan la curación clínica y la curación microbiológica después de un ciclo de tratamiento en comparación con el placebo. La administración de antibióticos también se asocia a un menor número de participantes que interrumpen el tratamiento antes de lo previsto. Sin embargo, en algunos individuos, los antibióticos no fluoroquinolónicos, aunque no los fluoroquinolónicos, podrían provocar más efectos no deseados en los ojos o los párpados que el placebo, aunque no se tiene mucha confianza en la evidencia pertinente. No hubo evidencia de que los antibióticos se asociaran a efectos secundarios sistémicos como dolor de cabeza o alteración del sentido del olfato.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Esta actualización se centró en adultos y niños de un mes de vida o más. Por lo tanto, la evidencia no se refiere al tratamiento antibiótico de la conjuntivitis neonatal en neonatos menores de un mes. No se encontraron estudios que compararan los efectos de los mismos antibióticos utilizados a corto plazo frente a los de larga duración. Por lo tanto, la revisión actual no pudo indicar si está a favor o en contra de la validez de la prescripción para la conjuntivitis bacteriana aguda.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta abril de 2022.
Los hallazgos de esta actualización sugieren que la administración de antibióticos tópicos se asocia con una modesta mejoría de la probabilidad de resolución en comparación con el uso de placebo. Dado que no se informaron efectos secundarios graves, podría considerarse que la administración de antibióticos logra una eficacia clínica y microbiológica superior a la del placebo. Aumentar la proporción de participantes con curación clínica o aumentar la velocidad de recuperación, o ambas cosas, son importantes para la reincorporación individual al trabajo o a la escuela, permitiendo a las personas recuperar su calidad de vida. Futuros estudios podrían examinar los tratamientos antisépticos con antibióticos tópicos por razones de coste y de la creciente resistencia a los antibióticos.
La conjuntivitis bacteriana aguda es una infección de la conjuntiva y uno de los trastornos oculares más frecuentes en la atención primaria. En general, los antibióticos se prescriben porque pueden acelerar la recuperación, reducir la persistencia y prevenir la queratitis. Sin embargo, muchos casos de conjuntivitis bacteriana aguda son autolimitados y se resuelven sin tratamiento antibiótico. Esta revisión Cochrane se publicó por primera vez en La Biblioteca Cochrane en 1999 y se actualizó en 2006, 2012 y 2022.
Evaluar los efectos beneficiosos y secundarios del tratamiento antibiótico para la conjuntivitis bacteriana aguda.
Se realizaron búsquedas en CENTRAL (que contiene el Registro de ensayos del Grupo Cochrane de Salud ocular y de la visión [Cochrane Eyes and Vision Group]) (La Biblioteca Cochrane 2022, número 5), MEDLINE (enero de 1950 a mayo de 2022), Embase (enero de 1980 a mayo de 2022), el metaRegistro de ensayos controlados (mRCT) (www.controlled-trials.com), ClinicalTrials.gov (www.clinicaltrials.gov) y la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos (ICTRP) de la OMS (www.who.int/ictrp/search/en). No se aplicaron restricciones de fecha ni de idioma en las búsquedas electrónicas de ensayos. La última búsqueda en las bases de datos electrónicas se realizó en mayo de 2022.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) en los que cualquier forma de tratamiento antibiótico, con o sin esteroides, se había comparado con placebo/vehículo en el tratamiento de la conjuntivitis bacteriana aguda. Esto incluyó tratamientos antibióticos tópicos y sistémicos.
Dos autores revisaron de forma independiente los títulos y resúmenes de los estudios identificados. Se evaluó el texto completo de todos los estudios potencialmente relevantes y se determinaron los ECA a incluir, cuyo riesgo de sesgo se evaluó adicionalmente mediante la metodología Cochrane. La extracción de datos se realizó de forma estandarizada y se llevaron a cabo metanálisis de efectos aleatorios mediante RevMan Web.
Se incluyeron 21 ECA elegibles, 10 de los cuales se identificaron recientemente en esta actualización. Un total de 8805 participante se asignaron al azar. Todos los tratamientos fueron tópicos en forma de gotas o pomada. Los ensayos fueron heterogéneos en cuanto a sus criterios de elegibilidad, la naturaleza de la intervención (clase de fármaco antibiótico, que incluyó fluoroquinolonas [FQ] y no FQ; frecuencia de dosificación; duración del tratamiento), los desenlaces evaluados y los puntos temporales de la evaluación. Un ensayo se consideró de alto riesgo de sesgo, cuatro de bajo riesgo de sesgo y con los demás surgieron algunas dudas.
Según la población por intención de tratar (ITT), los antibióticos probablemente mejoraron la curación clínica (resolución de los síntomas o signos clínicos) en el 26% (RR 1,26; IC del 95%: 1,09 a 1,46; cinco ensayos, 1474 participantes; certeza moderada) en comparación con placebo. El análisis de subgrupos no mostró diferencias según la clase de antibiótico (p = 0,67) ni la duración del tratamiento (p = 0,60). En el grupo placebo, el 55,5% (408/735) de los participantes presentaron una resolución clínica espontánea entre los días cuatro y nueve, versus el 68,2% (504/739) de los participantes tratados con un antibiótico. Según la población ITT modificada, en la que los participantes se analizaron después de la asignación al azar sobre la base del cultivo microbiológico positivo, los antibióticos probablemente aumentaron la curación microbiológica (RR 1,53; IC del 95%: 1,34 a 1,74; 10 ensayos, 2827 participantes) en comparación con el placebo al final del tratamiento; no hubo diferencias de subgrupos por clase de fármaco (p = 0,60). Ningún estudio evaluó la coste-efectividad del tratamiento antibiótico. Los pacientes que recibieron antibióticos tuvieron un riesgo menor de interrupción del tratamiento que los del grupo placebo (RR 0,64; IC del 95%: 0,52 a 0,78; 13 ensayos, 5573 participantes; certeza moderada) y tuvieron un 27% menos de probabilidades de presentar infección clínica persistente (RR 0,73; IC del 95%: 0,65 a 0,81; 19 ensayos, 5280 participantes; certeza moderada).
No se informaron efectos secundarios sistémicos graves ni en el grupo de antibióticos ni en el de placebo (certeza muy baja). En comparación con placebo, las FQ (RR 0,70; IC del 95%: 0,54 a 0,90), pero no las no FQ (RR 4,05; IC del 95%: 1,36 a 12,00) podrían dar lugar a un menor número de participantes con efectos secundarios oculares. Sin embargo, los efectos estimados fueron de certeza muy baja.
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