¿Cuál es el problema?
El cáncer epitelial de ovario, que surge de la capa superficial de los ovarios o del recubrimiento de las trompas de Falopio, es el noveno cáncer más frecuente en todo el mundo en las mujeres y es la forma más frecuente de cáncer de ovario (aproximadamente el 90% de los casos de cáncer de ovario). Desafortunadamente, la mayoría de las pacientes con cáncer de ovario se presentan a la consulta en un estadio tardío, cuando la enfermedad se ha diseminado a todo el abdomen. Lo anterior se debe a que el cáncer de ovario a menudo se origina en los extremos de las trompas de Falopio y desde ahí las células individuales pueden caer en la cavidad abdominal, incluso cuando el tumor primario es microscópico. Estas células circulan alrededor de la cavidad abdominal en el líquido peritoneal lubricante, se implantan en otras superficies y con el tiempo crecen, hasta que causan síntomas. Incluso entonces, los síntomas como la hinchazón y las molestias intestinales (con mayor frecuencia el estreñimiento), son inespecíficos y se atribuyen fácilmente a afecciones benignas más comunes. En Europa, más de un tercio de las mujeres diagnosticadas con cáncer de ovario aún están vivas cinco años después del diagnóstico.
El tratamiento convencional del cáncer de ovario implica dos modalidades de tratamiento: cirugía y quimioterapia. La intención de la cirugía es establecer el estadio de la enfermedad (evaluar hasta dónde se ha extendido el cáncer) y extirpar tanto como sea posible el cáncer visible (macroscópico) (procedimiento conocido como citorreducción), preferiblemente hasta el punto en el que el equipo quirúrgico no encuentre enfermedad residual visible en la cavidad abdominal. Sin embargo, debido a que la mayoría de las mujeres tendrán una enfermedad generalizada, es poco probable que la cirugía sola cure la enfermedad y la mayoría también necesitará quimioterapia. La quimioterapia para el cáncer de ovario utiliza medicamentos con platino (carboplatino y cisplatino) para tratar cualquier célula cancerosa que no se haya eliminado mediante la cirugía (enfermedad macroscópica) o que sea demasiado pequeña para poder verla (enfermedad microscópica). Tradicionalmente la quimioterapia se ha administrado después de la cirugía (cirugía citorreductora primaria [CCP] y quimioterapia adyuvante). Sin embargo, la quimioterapia se puede utilizar antes de la cirugía (conocida como quimioterapia neoadyuvante [QTNA] y cirugía citorreductora de intervalo [CCI]) con el objetivo de reducir el cáncer y permitir que las mujeres mejoren antes de realizar la cirugía radical. Las mujeres que reciben QTNA y CCI completan los ciclos restantes de quimioterapia tras la cirugía.
¿Qué se hizo?
Se hicieron búsquedas en las bases de datos electrónicas hasta octubre de 2020 y se realizaron búsquedas manuales de informes de ensayos no publicados. Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados (ECA) de QTNA y CCI frente a cirugía seguida de quimioterapia (cirugía citorreductora primaria [CCP]) en mujeres con diagnóstico de cáncer ovárico epitelial en estadio avanzado y se agruparon los datos de los desenlaces de los estudios cuando fue apropiado.
¿Qué se encontró?
A partir de la búsqueda se identificaron 2227 títulos y resúmenes. De éstos se encontraron cinco ECA que cumplieron con los criterios de inclusión e incluyeron a 1774 mujeres con cáncer de ovario avanzado. Fue posible agrupar los datos de cuatro estudios. Estos ensayos compararon mujeres que recibieron quimioterapia antes de la cirugía (QTNA) con mujeres sometidas a cirugía primero (CCP) antes de la quimioterapia. Se encontró poca o ninguna diferencia entre los dos tratamientos con respecto al tiempo hasta la muerte, y probablemente poca o ninguna diferencia en el tiempo de progresión de la enfermedad. Se encontró que la administración de QTNA reduce el riesgo de mortalidad posoperatoria y la necesidad de formación de estomas; la certeza para este resultado fue alta. Se encontró que la administración de QTNA probablemente reduce el riesgo de algunas complicaciones graves de la cirugía, pero estos datos se informaron de una manera menos adecuada en los estudios incluidos, por lo que existe una certeza baja acerca de estos resultados. Los estudios solo reclutaron mujeres con cáncer de ovario en estadio IIIc/IV, es decir, las que tenían enfermedad avanzada; una gran proporción de las mujeres en esta revisión tenían tumores muy voluminosos. Actualmente se está a la espera de los resultados de tres estudios en curso y de una publicación completa no publicada de un estudio que está pendiente de clasificación y que se espera que aporte más evidencia para orientar la práctica clínica en este tema en el futuro.
¿Qué significa esto?
En general la evidencia fue de calidad moderada a alta. Hay poca o ninguna diferencia en cuanto al tiempo de supervivencia de las mujeres con cáncer epitelial de ovario avanzado, si se someten primero a quimioterapia o cirugía, cuando se planifican ambos tratamientos. Es probable que haya poca o ninguna diferencia en el tiempo que tardará el cáncer en volver a crecer después del tratamiento inicial. La QTNA puede reducir algunos de los riesgos de la cirugía, y probablemente reduce a la mitad el riesgo de necesitar que se extraiga el intestino o que se desvíe el intestino a través de la pared abdominal por medio de un estoma (una bolsa adherida a la pared abdominal para recolectar los contenidos del intestino). La QTNA/CCI es una alternativa a la CCP seguida de quimioterapia en mujeres con enfermedad voluminosa en estadio IIIc/IV. Las decisiones individuales sobre qué tratamiento recibir primero dependerán de los deseos de cada mujer, de su estado en el momento del diagnóstico, de los riesgos de la cirugía y de la carga y distribución de la enfermedad.
La evidencia disponible de certeza alta a moderada indica que hay poca o ninguna diferencia en los desenlaces de supervivencia primaria entre la CCP y la QTNA. La QTNA probablemente reduce el riesgo de eventos adversos graves, especialmente los que se producen en torno al momento de la cirugía, y reduce el riesgo de mortalidad posoperatoria y la necesidad de formación de estomas. Estos datos informarán a las mujeres y a los médicos (incluidos los equipos multidisciplinarios ginecológicos especializados) y permitirán adaptar el tratamiento a cada paciente, teniendo en cuenta la resecabilidad quirúrgica, la edad, la histología, el estadio y el estado funcional. Se esperan los datos de un estudio no publicado y de los estudios en curso.
El cáncer epitelial de ovario se presenta en un estadio avanzado en la mayoría de las mujeres. Estas mujeres requieren una combinación de cirugía y quimioterapia para un tratamiento óptimo. El tratamiento convencional consiste en realizar primero la cirugía y luego administrar la quimioterapia. Sin embargo, la administración de quimioterapia antes de la cirugía podría tener ventajas.
Evaluar si existen ventajas de tratar a las mujeres con cáncer epitelial de ovario con quimioterapia antes de la cirugía citorreductora (quimioterapia neoadyuvante [QTNA]) en comparación con el tratamiento convencional, en el que la quimioterapia sigue a la cirugía citorreductora (cirugía citorreductora primaria [CCP]).
Se realizaron búsquedas en las siguientes bases de datos hasta el 9 de octubre de 2020: el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials; CENTRAL), Embase vía Ovid, MEDLINE (Silver Platter/Ovid), PDQ y MetaRegister. También se verificaron las listas de referencias de los documentos relevantes para identificar estudios adicionales. Se estableció contacto con los investigadores principales de los ensayos relevantes en busca de información adicional.
Ensayos controlados aleatorizados (ECA) de mujeres con cáncer epitelial de ovario avanzado (estadio III/IV de la Federation of International Gynaecologists and Obstetricians [FIGO]) que se asignaron al azar a grupos de tratamiento y que compararon la quimioterapia con platino antes de la cirugía citorreductora con la quimioterapia con platino posterior a la cirugía citorreductora.
Dos autores de la revisión de forma independiente extrajeron los datos y evaluaron el riesgo de sesgo de cada ensayo incluido. Se extrajeron los datos de los desenlaces de supervivencia global (SG) y supervivencia sin progresión (SSP), eventos adversos, mortalidad y morbilidad relacionadas con la cirugía y calidad de vida. Se utilizó el método GRADE para calificar la certeza de la evidencia.
Se identificaron 2227 títulos y resúmenes a través de las búsquedas, de los cuales cinco ECA de calidad y tamaño variables cumplieron con los criterios de inclusión. Estos estudios evaluaron 1774 mujeres con cáncer de ovario en estadio IIIc/IV asignadas al azar a QTNA seguida de cirugía citorreductora de intervalo (CCI) o CCP seguida de quimioterapia. Los resultados de los cuatro estudios se agruparon cuando los datos estuvieron disponibles y se encontró poca o ninguna diferencia con respecto a la supervivencia general (SG) (cociente de riesgos instantáneos [CRI] 0,96; IC del 95%: 0,86 a 1,08; participantes = 1692; estudios = 4, evidencia de certeza alta) o la supervivencia sin progresión en cuatro ensayos en los que fue posible agrupar los datos (CRI 0,98; IC del 95%: 0,88 a 1,08; participantes = 1692; estudios = 4, evidencia de certeza moderada).
Los desenlaces de eventos adversos, morbilidad quirúrgica y calidad de vida (CdV) se informaron de forma deficiente e incompleta en los estudios. Puede haber diferencias clínicamente significativas a favor de la QTNA en comparación con la CCP con respecto a los efectos adversos graves (EAG grado 3+): 6% en el grupo de QTNA versus 29% en el grupo de CCP (razón de riesgos [RR] 0,22; IC del 95%: 0,13 a 0,38; participantes = 435; estudios = 2; índice de heterogeneidad [I2] = 0%; evidencia de certeza moderada). La QTNA probablemente reduce en gran medida la necesidad de formación de estomas: 5,9% en el grupo de QTNA versus 20,4% en el grupo de CCP (RR 0,29; IC del 95%: 0,12 a 0,74; participantes = 632; estudios = 2; I2 = 70%; evidencia de certeza moderada), y probablemente reduce el riesgo de necesitar resección intestinal en el momento de la cirugía: 13,0% en el grupo de QTNA versus 26,6% en el grupo de CCP (RR 0,49; IC del 95%: 0,30 a 0,79; participantes = 1565; estudios = 4; I2 = 79%; evidencia de certeza moderada). La QTNA reduce la mortalidad posoperatoria: 0,6% en el grupo de QTNA versus 3,6% en el grupo de CCP (RR 0,16; IC del 95%: 0,06 a 0,46; participantes = 1623; estudios = 5; I2 = 0%; evidencia de certeza alta). La CdV en la escala del European Organization for the Research and Treatment of Cancer Quality of Life Questionnaire (EORTC QLQ-C30) produjo resultados inconsistentes e imprecisos en tres estudios (DM -0,29; IC del 95%: -2,77 a 2,20; participantes = 524; estudios = 3; I2 = 81%; evidencia de certeza muy baja), pero la evidencia es muy incierta y se debe interpretar con precaución.
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