Mensajes clave
Las vacunas pueden prevenir el herpes zóster en los adultos mayores sanos.
¿Qué es el herpes zóster?
El herpes zóster es una reactivación del virus varicela zóster. El virus varicela zóster causa varicela y puede permanecer inactivo en las células nerviosas durante muchos años. El virus se puede reactivar, viajar a través del nervio hasta la piel y producir ampollas a lo largo de la vía nerviosa. Esta afección se denomina culebrilla (herpes zóster) y afecta principalmente a las personas con inmunidad reducida, como las personas mayores. Antes de que aparezcan las ampollas, los síntomas pueden incluir picor, entumecimiento, hormigueo o dolor local. El herpes zóster causa inflamación de los nervios y dolor intenso que pueden afectar la calidad de vida. La tasa de incidencia del herpes zóster oscila entre 2,08 casos y 6,20 casos por cada 1000 personas-año (es decir, el número de casos nuevos por población en riesgo, en un período de tiempo determinado). Este número está aumentando, en parte debido a que las personas viven por más tiempo.
¿Qué se quiso averiguar?
Se quería averiguar si los adultos mayores sanos que reciben la vacuna contra el virus del herpes zóster tienen menos probabilidades de desarrollar esta enfermedad en comparación con los adultos mayores sanos que reciben una «vacuna falsa» (es decir, un placebo, que es una inyección que no causa ningún efecto relacionado con el herpes zóster). También se quería saber si la vacuna, comparada con el placebo, causaba algún efecto no deseado.
¿Qué se hizo?
Se buscaron estudios que investigaran y compararan adultos mayores sanos (media de edad de los participantes de 60 años o más) que recibieron la vacuna para proteger contra el herpes zóster, con adultos mayores sanos que recibieron la vacuna falsa.
Se compararon y resumieron los resultados y la confianza en la evidencia se evaluó en función del tamaño del estudio, la forma en que se presentaron los datos y los riesgos de sesgo (la probabilidad de que las características del diseño o la realización del estudio den lugar a resultados erróneos).
¿Qué se encontró?
Se trata de una actualización de la revisión sistemática, y se encontraron dos nuevos estudios, lo que eleva el total a 26 estudios incluidos (90 259 participantes).
En estos estudios se analizaron dos tipos de vacunas cuyo uso ya ha sido autorizado. Dieciséis estudios analizaron la vacuna con virus vivos atenuados (LZV) e incluyeron 55 975 participantes (dosis única); 10 estudios analizaron la vacuna recombinante contra el zóster (RZV), e incluyeron 34 284 participantes (dos dosis con un intervalo de dos meses entre ellas).
En todos los estudios participaron personas no hospitalizadas. La mayoría de los participantes de los estudios eran caucásicos (raza blanca).
Resultados principales
Eficacia de la vacuna
LZV (dosis única)
Los participantes que recibieron la LZV tuvieron una tasa menor de herpes zóster en comparación con los que recibieron la vacuna falsa. Por lo tanto, la LZV probablemente sea eficaz, ya que la certeza de la evidencia fue moderada. Sería necesario vacunar a 50 adultos mayores sanos con LVZ para prevenir un episodio de herpes zóster.
RZV (dos dosis)
La vacunación con RZV probablemente también sea eficaz (evidencia de certeza moderada), y quizás más eficaz que la vacunación con LZV, ya que los resultados muestran que sería necesario vacunar a 33 adultos mayores sanos para prevenir un episodio de herpes zóster.
Seguridad
Ambas vacunas son probablemente seguras (evidencia de certeza moderada) en cuanto a efectos no deseados.
En los estudios que analizaron la RZV, que requiere una segunda dosis dos meses después, la tasa de abandono (número de personas que no recibieron la segunda dosis) fue mayor en el grupo que recibió la vacuna real que en el que recibió la falsa. Esto se puede cuantificar de tal manera que por cada 100 adultos mayores sanos vacunados con dos dosis de la vacuna real, un adulto mayor que recibió la primera dosis de esta vacuna no recibió la segunda dosis. La reactogenicidad (efectos secundarios) de la primera dosis de la vacuna podría haber contribuido a este comportamiento.
Conclusión
Es probable que la LZV (dosis única) y la RZV (dos dosis) sean eficaces para prevenir la enfermedad del herpes zóster durante al menos tres años. Para ambas vacunas, la certeza de la evidencia fue moderada en términos de eficacia y seguridad durante al menos tres años.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
Para todos los desenlaces de eficacia y seguridad se dispone de evidencia de certeza moderada sobre la base de estudios que incluyeron un gran número de adultos mayores sanos de 60 años o más.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
La evidencia está actualizada hasta el 21 de octubre de 2022.
Es probable que la LZV (dosis única) y la RZV (dos dosis) sean eficaces para prevenir la enfermedad del herpes zóster durante al menos tres años. Hasta la fecha, no existen datos para recomendar la revacunación después de recibir el plan básico para cada tipo de vacuna. Ambas vacunas producen eventos adversos sistémicos y en el lugar de la inyección de intensidad leve a moderada. Las conclusiones no cambiaron en relación con la versión anterior de la revisión sistemática.
El herpes zóster, comúnmente conocido como culebrilla, es una enfermedad neurocutánea causada por la reactivación del virus que causa la varicela. Tras la resolución del episodio de varicela, el virus puede permanecer latente en los ganglios dorsales sensibles de la columna vertebral. Años después, con la disminución de la inmunidad, el virus varicela zóster (VZV, por sus siglas en inglés) se puede reactivar y causar herpes zóster, una afección extremadamente dolorosa que puede durar muchas semanas o meses y comprometer de manera significativa la calidad de vida de la persona afectada. El proceso natural de envejecimiento se asocia con una reducción de la inmunidad celular, lo que predispone a las personas mayores a padecer herpes zóster. La vacunación con una forma atenuada del VZV activa la producción de linfocitos T específicos, lo que evita la reactivación vírica. Actualmente existen dos tipos de vacunas contra el herpes zóster. Una de ellas es la vacuna viva atenuada contra el zóster (LZV) de dosis única, que contiene el mismo virus vivo atenuado utilizado en la vacuna contra la varicela, pero tiene más de 14 veces más unidades formadoras de placas del virus atenuado por dosis. La otra es la vacuna recombinante contra el zóster (RZV), que no contiene el virus vivo atenuado, sino una pequeña fracción del virus que no puede replicarse pero sí potenciar la inmunogenicidad. El calendario recomendado para la RZV es de dos dosis con intervalo de dos meses.
Esta es una actualización de una revisión Cochrane publicada por primera vez en 2010 y actualizada en 2012, 2016 y 2019.
Evaluar la efectividad y la seguridad de la vacunación para la prevención del herpes zóster en adultos mayores.
Para esta actualización de 2022, se hicieron búsquedas en el Registro Cochrane central de ensayos controlados (Cochrane Central Register of Controlled Trials) (CENTRAL 2022, número 10), MEDLINE (1948 hasta octubre de 2022), Embase (2010 hasta octubre de 2022), CINAHL (1981 hasta octubre de 2022), LILACS (1982 hasta octubre de 2022) y en tres registros de ensayos.
Se incluyeron los estudios con adultos mayores sanos (media de edad de 60 años o más). Se incluyeron los ensayos controlados aleatorizados (ECA) o cuasialeatorizados que compararon la vacuna contra el herpes zóster (cualquier dosis y potencia) versus cualquier otro tipo de intervención (p. ej., vacuna contra la varicela, medicación antiviral), placebo o ninguna intervención (ninguna vacuna). Los desenlaces fueron la incidencia acumulada de herpes zóster, los eventos adversos (muerte, eventos adversos graves, reacciones sistémicas o reacciones locales que se produjeran en cualquier momento después de la vacunación) y los abandonos.
Se utilizaron los procedimientos metodológicos estándar previstos por Cochrane.
En esta actualización se incluyeron dos nuevos estudios con 1736 participantes. La revisión incluye ahora un total de 26 estudios en los que participaron 90 259 adultos mayores sanos con una media de edad de 63,7 años. Solo tres estudios evaluaron la incidencia acumulada de herpes zóster en los grupos que recibieron vacunas versus placebo. La mayoría de los estudios se realizaron en países de ingresos altos de Europa y Norteamérica e incluyeron a personas caucásicas sanas (participantes de raza blanca) a partir de 60 años de edad sin comorbilidades relacionadas con la inmunosupresión. Dos estudios se realizaron en Japón y uno en la República de Corea. Dieciséis estudios utilizaron la LZV. Diez estudios analizaron una RZV.
La certeza general de la evidencia fue moderada, lo que indica que la intervención probablemente funciona. La mayoría de los datos para el desenlace principal (incidencia acumulada de herpes zóster) y los desenlaces secundarios (eventos adversos y abandonos) provinieron de estudios con bajo riesgo de sesgo y un gran número de participantes.
La incidencia acumulada de herpes zóster hasta los tres años de seguimiento fue menor en los participantes que recibieron la LZV (una dosis por vía subcutánea) que en los que recibieron placebo (razón de riesgos [RR] 0,49; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0,43 a 0,56; diferencia de riesgos [DR] 2%; número necesario a tratar para un desenlace beneficioso adicional [NNTB] 50; evidencia de certeza moderada) en el estudio más grande, que incluyó 38 546 participantes. No hubo diferencias entre los grupos de vacunación y placebo en cuanto a los eventos adversos graves (RR 1,08; IC del 95%: 0,95 a 1,21) ni las muertes (RR 1,01; IC del 95%: 0,92 a 1,11; evidencia de certeza moderada). El grupo de vacunación tuvo una mayor incidencia acumulada de uno o más eventos adversos (RR 1,71; IC del 95%: 1,38 a 2,11; DR 23%; número necesario a tratar para un desenlace perjudicial adicional [NNTD] 4,3) y de eventos adversos en el sitio de la inyección (RR 3,73; IC del 95%: 1,93 a 7,21; DR 28%; NNTH 3,6; evidencia de certeza moderada) de intensidad leve a moderada. Estos datos proceden de cuatro estudios con 6980 participantes de 60 años o más.
Dos estudios (29 311 participantes para la evaluación de la seguridad y 22 022 participantes para la evaluación de la eficacia) compararon la RZV (dos dosis intramusculares, administradas con un intervalo de dos meses) versus placebo. Los participantes que recibieron la nueva vacuna tuvieron una menor incidencia acumulada de herpes zóster a los 3,2 años de seguimiento (RR 0,08; IC del 95%: 0,03 a 0,23; DR 3%; NNTB 33; evidencia de certeza moderada), lo que probablemente indica un perfil favorable de la intervención. No hubo diferencias entre los grupos de vacunación y placebo en la incidencia acumulada de eventos adversos graves (RR 0,97; IC del 95%: 0,91 a 1,03) ni en las muertes (RR 0,94; IC del 95%: 0,84 a 1,04; evidencia de certeza moderada). El grupo de vacunación tuvo una mayor incidencia acumulada de eventos adversos, cualquier síntoma sistémico (RR 2,23; IC del 95%: 2,12 a 2,34; DR 33%; NNTD 3,0) y cualquier síntoma local (RR 6,89; IC del 95%: 6,37 a 7,45; DR 67%; NNTD 1,5). Aunque la mayoría de los participantes notificaron que sus síntomas fueron de intensidad leve a moderada, el riesgo de abandonos (participantes que no volvieron para la segunda dosis, dos meses después de la primera dosis) fue mayor en el grupo de vacunación que en el grupo placebo (RR 1,25; IC del 95%: 1,13 a 1,39; DR 1%; NNTD 100, evidencia de certeza moderada).
Solo un estudio informó sobre la financiación por parte de una fuente no comercial (una fundación de investigación universitaria). Todos los demás estudios incluidos recibieron financiación de compañías farmacéuticas.
No se realizaron análisis de subgrupos ni de sensibilidad
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.