El uso de la tecnología para la atención a distancia en la enfermedad inflamatoria intestinal

Mensajes clave

• La atención a distancia es probablemente igual que la atención habitual (p. ej., la atención presencial en clínicas y hospitales) para mejorar los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal en adultos; en el caso de los niños, la evidencia es limitada.
• La atención a distancia es probablemente igual que la atención habitual para evitar recaídas y exacerbaciones; lo mismo podría aplicarse a los niños.
• La atención a distancia es probablemente igual que la atención habitual para mejorar la calidad de vida en los adultos; en el caso de los niños, la evidencia es limitada.

¿Qué es la enfermedad inflamatoria intestinal?

La enfermedad inflamatoria intestinal se refiere a dos afecciones principales que causan inflamación del intestino. Se trata de la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. La colitis ulcerosa solo afecta al intestino grueso. La enfermedad de Crohn puede afectar cualquier parte del sistema digestivo, desde la boca hasta el ano.

La enfermedad inflamatoria intestinal provoca principalmente dolor o malestar estomacal, diarrea que puede ser sanguinolenta, pérdida de peso y cansancio.

¿Qué se quería averiguar?

Prestar atención a distancia, también llamada telesalud, es cada vez más frecuente, sobre todo desde la pandemia de coronavirus 2019 (covid-19). El uso de la tecnología para proporcionar atención a distancia podría beneficiar a las personas con enfermedad inflamatoria intestinal. La telesalud puede tener lugar por teléfono, mensajería instantánea, vídeo, mensajes de texto, servicios por internet u otros medios.

Se quiso averiguar qué tecnologías de la comunicación se utilizan para la atención a distancia en la enfermedad inflamatoria intestinal, cómo se utilizan, si son accesibles para todos y cuáles son sus ventajas o inconvenientes.

¿Qué se hizo?

Se buscaron ensayos controlados aleatorizados (ECA, estudios en los que los participantes se asignan al azar a uno de dos o más grupos de tratamiento) que compararan la telesalud con cualquier otro tratamiento para las personas con enfermedad inflamatoria intestinal. Los ECA proporcionan el mayor nivel de evidencia.

No se aplicaron limitaciones por edad o tipo de atención a distancia en la búsqueda, pero se excluyeron los estudios que no se centraban en la prestación de atención, como los estudios que solo proporcionaban información o educación al paciente. También se excluyeron los estudios que proporcionaron monitorización a distancia de análisis de sangre o heces sin ningún otro tipo de monitorización a distancia.

¿Qué se encontró?

Se encontraron 19 ECA relevantes, que incluyeron un total combinado de 3489 personas de entre ocho y 95 años de edad. La atención a distancia se prestó en línea (p. ej., mediante aplicaciones para teléfonos inteligentes o sitios web) o por teléfono.

Doce estudios compararon la atención por internet con la atención habitual, tres compararon la atención telefónica con la atención habitual, tres compararon la atención por internet con la atención "simulada", uno comparó la atención por internet con el autocuidado y uno comparó el apoyo psicológico y telefónico con la atención habitual.

La atención a distancia por internet probablemente no difiere de la atención habitual en los adultos para mejorar los síntomas, evitar recaídas o exacerbaciones y mejorar la calidad de vida.

También se observó que las personas que reciben atención por internet son probablemente menos propensas a saltarse sus medicamentos en comparación con las que reciben atención habitual. Sobre la base de la evidencia actual, existe una seguridad moderada en estos resultados.

La evidencia sobre los niños es limitada.

Con la información disponible en la actualidad, no se pueden emitir juicios sobre otros parámetros como el acceso a la atención, si las personas con enfermedad inflamatoria intestinal aprueban estos programas y se les anima a acudir a las citas, en qué medida los profesionales médicos participan en ellos y los costes o el tiempo.

La evidencia sobre otras formas de atención a distancia también fue muy limitada.

¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?

Una limitación de la evidencia fue que los ECA ofrecían descripciones poco claras de los programas de atención a distancia, lo que significa que cualquier organización que deseara copiar y adoptar estas intervenciones tendría dificultades para hacerlo. Las descripciones de la atención habitual (el grupo terapéutico alternativo en muchos estudios) tampoco fueron claras. Esto significa que la atención estándar podría ser diferente de un estudio a otro, lo que podría hacer que los hallazgos de esta revisión sean menos precisos.

Pocos estudios analizaron otras formas de atención a distancia distintas de la atención por internet.

Otra limitación es que los distintos estudios midieron diferentes resultados (desenlaces) del tratamiento.

Por último, algunos estudios utilizaron métodos de investigación de baja calidad.

¿Qué se debe hacer a continuación?

No se necesitan más estudios que comparen la atención por internet con la atención habitual en los adultos, a menos que duren más tiempo o aporten más detalles que ayuden a los médicos a adoptarlos en cualquier parte del mundo. Esto incluye detalles sobre el tipo y número de personal necesario, recursos, equipamiento, costes, accesibilidad y seguridad de los datos. Podrían ser útiles más estudios sobre los niños, así como estudios que examinen las diferencias en función del sexo y de la situación social o económica. En cualquier caso, los estudios futuros deberían concentrarse en medir los resultados que más importan a las personas con enfermedad inflamatoria intestinal y a sus profesionales sanitarios.

¿Cuál es el grado de actualización de esta revisión?

Esta revisión está actualizada hasta enero de 2022.

Conclusiones de los autores: 

La evidencia de esta revisión indica que la monitorización de la enfermedad por internet probablemente no sea diferente de la atención estándar en los adultos cuando se considera la actividad de la enfermedad, la aparición de exacerbaciones o recaídas y la calidad de vida. Es posible que no haya diferencias en estos desenlaces en los niños, pero la evidencia es limitada. La monitorización por internet probablemente aumente ligeramente la adherencia a la medicación en comparación con la atención habitual.

No existe seguridad acerca de los efectos de la monitorización por internet versus la atención habitual en los otros desenlaces secundarios, ni acerca de los efectos de las otras intervenciones de telesalud incluidas en esta revisión, porque la evidencia es limitada.

Es poco probable que otros estudios que comparen la monitorización de la enfermedad por internet con la atención estándar para los desenlaces clínicos informados en adultos, cambien las conclusiones de esta revisión, a menos que tengan un seguimiento más prolongado o investiguen desenlaces o poblaciones que no se han informado de forma suficiente. Estudios con una definición más clara de la monitorización por internet mejorarían la aplicabilidad, permitirían la difusión práctica y la replicación, y posibilitarían la alineación con áreas identificadas como importantes por las partes interesadas y las personas afectadas por la EII.

Leer el resumen completo…
Antecedentes: 

Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII) requieren un seguimiento intensivo con consultas frecuentes tras el diagnóstico. El control de la EII a través de la telesalud incluye consulta por teléfono, mensajería instantánea, vídeo, mensajes de texto o servicios por internet. La telesalud puede ser beneficiosa para las personas con EII, pero puede plantear sus propios desafíos. Es importante revisar de forma sistemática la evidencia sobre los tipos de enfoques remotos o de telesalud que pueden utilizarse en la EII. Esto es especialmente relevante tras la pandemia de la enfermedad por coronavirus de 2019 (covid-19), que condujo a un aumento de la autogestión y la telegestión.

Objetivos: 

Identificar las tecnologías de la comunicación utilizadas para lograr la atención sanitaria a distancia de las personas con enfermedad inflamatoria intestinal y evaluar su eficacia.

Métodos de búsqueda: 

El 13 de enero de 2022, se realizaron búsquedas en CENTRAL, Embase, MEDLINE, otras tres bases de datos y tres registros de ensayos sin limitaciones de idioma, fecha, tipo de documento o estado de publicación.

Criterios de selección: 

Todos los ensayos controlados aleatorizados (ECA) publicados, no publicados y en curso que evaluaron intervenciones de telesalud dirigidas a personas con EII versus cualquier otro tipo de intervención o ninguna intervención.

No se incluyeron estudios basados en recursos digitales de información al paciente o recursos educativos, a menos que formaran parte de un paquete más amplio que incluyera un elemento de telesalud. Se excluyeron los estudios en los que la monitorización remota de análisis de sangre o heces era la única forma de monitorización.

Obtención y análisis de los datos: 

Dos autores de la revisión, de forma independiente, extrajeron los datos de los estudios incluidos y evaluaron su riesgo de sesgo. Se analizaron por separado los estudios sobre población adulta y pediátrica. Se expresaron los efectos de los desenlaces dicotómicos como razones de riesgos (RR) y los efectos de los desenlaces continuos como diferencias de medias (DM) o diferencias de medias estandarizadas (DME), cada una con sus intervalos de confianza (IC) del 95%. La certeza de la evidencia se evaluó mediante el método GRADE.

Resultados principales: 

Se incluyeron 19 ECA con un total de 3489 participantes asignados al azar, con edades comprendidas entre los ocho y los 95 años. Tres estudios examinaron únicamente a personas con colitis ulcerosa (CU), dos estudios examinaron únicamente a personas con enfermedad de Crohn (EC) y los estudios restantes examinaron una mezcla de pacientes con EII. Los estudios consideraron una serie de estados de actividad de la enfermedad. La duración de las intervenciones osciló entre seis meses y dos años. Las intervenciones de telesalud se realizaron por internet y por teléfono.

Monitorización por internet versus atención habitual

Doce estudios compararon la monitorización de la enfermedad por internet con la atención habitual.

Tres estudios, todos en adultos, proporcionaron datos sobre la actividad de la enfermedad. La monitorización de la enfermedad por internet (n = 254) es probablemente equivalente a la atención habitual (n = 174) en la reducción de la actividad de la enfermedad en personas con EII (DME 0,09; IC del 95%: -0,11 a 0,29). La certeza de la evidencia es moderada.

Cinco estudios en adultos proporcionaron datos dicotómicos que se pudieron utilizar para un metanálisis sobre las exacerbaciones. La monitorización de la enfermedad por internet (n = 207/496) es probablemente equivalente a la atención habitual (n = 150/372) en la aparición de exacerbaciones o recaídas en los adultos con EII (RR 1,09; IC del 95%: 0,93 a 1,27). La certeza de la evidencia es moderada. Un estudio proporcionó datos continuos. La monitorización de la enfermedad por internet (n = 465) es probablemente equivalente a la atención habitual (n = 444) en cuanto a la aparición de exacerbaciones o recaídas en los adultos con EC (DM 0,00 eventos; IC del 95%: -0,06 a 0,06). La certeza de la evidencia es moderada. Un estudio proporcionó datos dicotómicos sobre las exacerbaciones en una población pediátrica. La monitorización de la enfermedad por internet (n = 28/84) podría ser equivalente a la atención habitual (n = 29/86) en la aparición de exacerbaciones o recaídas en los niños con EII (RR 0,99; IC del 95%: 0,65 a 1,51). La certeza de la evidencia es baja.

Cuatro estudios, todos en adultos, proporcionaron datos sobre la calidad de vida. La monitorización de la enfermedad por internet (n = 594) es probablemente equivalente a la atención habitual (n = 505) en la calidad de vida en los adultos con EII (DME 0,08; IC del 95%: -0,04 a 0,20). La certeza de la evidencia es moderada.

A partir de los datos continuos de un estudio en adultos, se observó que la monitorización de la enfermedad por internet probablemente da lugar a una adherencia a la medicación ligeramente superior en comparación con la atención habitual (DM 0,24 puntos; IC del 95%: 0,01 a 0,47). Los resultados son de certeza moderada. Sobre la base de los datos continuos de un estudio pediátrico, no se encontraron diferencias entre la monitorización de la enfermedad por internet y la atención habitual en cuanto a su efecto sobre la adherencia a la medicación (DM 0,00; IC del 95%: -0,63 a 0,63), aunque la evidencia es muy incierta. Cuando se metanalizaron los datos dicotómicos de dos estudios en adultos, no se encontraron diferencias entre la monitorización de la enfermedad por internet y la atención habitual en cuanto a su efecto sobre la adherencia a la medicación (RR 0,87; IC del 95%: 0,62 a 1,21), aunque la evidencia es muy incierta.

No fue posible establecer conclusiones sobre los efectos de la monitorización de la enfermedad por internet en comparación con la atención habitual en cuanto al acceso a la atención sanitaria, el compromiso de los participantes, la tasa de asistencia, las interacciones con los profesionales sanitarios y la relación coste-eficacia o tiempo-eficacia. La certeza de la evidencia es muy baja.

Notas de traducción: 

La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.

Tools
Information