Mensajes clave
• Los centros escolares y sus trabajadores pueden implementar mejor las intervenciones para abordar a la alimentación sana, la actividad física, la obesidad y el consumo de tabaco o alcohol del alumnado, cuando se utilizan estrategias que les ayudan a hacerlo.
• Se necesitan más estudios de investigación para comprender qué estrategias concretas son las mejores para ayudar a las escuelas y a sus trabajadores a implementar estas intervenciones.
• En los estudios realizados hasta la fecha no se han detectado efectos no deseados de proporcionar apoyo para la implementación en los centros escolares, y la información sobre su coste es limitada.
¿Qué se quería averiguar?
Se quería averiguar cómo de efectivas son las estrategias de apoyo para la implementación de las intervenciones escolares enfocadas a la alimentación, la actividad física, la obesidad y el consumo de tabaco o alcohol de los estudiantes (entre 5 y 18 años). Por ejemplo, si la educación y el entrenamiento de los trabajadores de cantinas/comedores escolares (estrategia de implementación) pueden mejorar la implementación de una política de comedores saludables (intervención) para reducir la disponibilidad de alimentos poco saludables (desenlace implementado) y mejorar la alimentación del alumnado. También se quiso saber si tenían efectos adversos y si eran coste-efectivos. Otros ejemplos de estrategias son los métodos para mejorar la calidad, las opiniones sobre el centro escolar, los avisos y los recordatorios, así como los recursos educativos (p. ej., los manuales).
¿Qué se hizo?
Se actualizó una búsqueda anterior de ensayos que compararan una estrategia para apoyar la implementación de las intervenciones con aquellos que no lo habían hecho, o que hubieran comparado dos o más estrategias de implementación diferentes. Los ensayos analizaron estrategias para apoyar la implementación de intervenciones en las escuelas que abordaran la alimentación del alumnado, la actividad física, la obesidad y el consumo de tabaco o alcohol. Se compararon y resumieron los resultados, y la confianza en la evidencia se evaluó sobre la base de factores como la metodología y el tamaño de los estudios.
¿Qué se encontró?
Se encontraron 14 nuevos ensayos que se suman a los identificados en la búsqueda anterior, lo que eleva el número total de ensayos incluidos a 39 con 6489 participantes. La mayoría se realizó en Australia y Estados Unidos, y la mayoría examinaron estrategias para implementar intervenciones de alimentación saludable o actividad física. Se observó que, en comparación con un control, el uso de estrategias de implementación probablemente dé lugar a grandes mejorías en la implementación de intervenciones relacionadas con la alimentación saludable, las dietas, la actividad física, la obesidad y el consumo de alcohol o tabaco en los centros escolares. Cada vez más ensayos evaluaron los posibles efectos adversos para las escuelas, su personal o alumnado y ninguno identificó efectos adversos. Varios ensayos evaluaron los beneficios económicos del uso de estrategias de apoyo para la implementación de las intervenciones; sin embargo, los resultados no fueron concluyentes.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
A pesar de que esta revisión muestra que las estrategias de implementación probablemente dan lugar a grandes mejorías en la implementación de los programas, los ensayos utilizaron metodologías que probablemente introdujeron errores en sus resultados y se realizaron principalmente en dos países (Australia y Estados Unidos). Como resultado, existe una confianza moderada en que las estrategias para apoyar la implementación mejoran la implementación de estas intervenciones escolares.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Se realizaron búsquedas en las bases de datos entre el 1 de mayo de 2021 y el 30 de junio de 2023.
Se observó que el uso de estrategias de implementación probablemente produzca grandes aumentos en la implementación de las intervenciones que van dirigidas a fomentar la alimentación saludable, la actividad física y contra el consumo de tabaco o alcohol. Aunque no pudo establecerse la efectividad de las estrategias de implementación por separado, es probable que dicho examen sea posible en futuras actualizaciones a medida que se puedan resumir los datos de nuevos ensayos. Tales estudios guiarán los esfuerzos encaminados a facilitar el traslado de la evidencia a la práctica en este contexto. La revisión se mantendrá como una revisión sistemática continua.
Existen varias intervenciones en centros educativos que son eficaces para mejorar la alimentación y la actividad física de los estudiantes (p. ej., intervenciones en la política de alimentación escolar e intervenciones de actividad física en el aula) y para reducir la obesidad y el consumo de tabaco o alcohol (p. ej., programas de control del tabaco y programas de educación sobre el alcohol). Sin embargo, las escuelas no suelen tener éxito en la implementación de estas intervenciones basadas en la evidencia.
El objetivo principal de la revisión es evaluar la efectividad de las estrategias destinadas a mejorar la implementación en las escuelas de intervenciones enfocadas a la dieta, la actividad física, la obesidad y el consumo de tabaco o alcohol de los estudiantes (de 5 a 18 años de edad). Los objetivos secundarios son:
1. determinar si los efectos son diferentes según las características de la intervención, incluido el tipo de centro académico y la conducta o el factor de riesgo relacionado con la salud al que se dirige la intervención;
2. describir cualquier efecto adverso o consecuencia involuntarios de las estrategias sobre las escuelas, el personal de la escuela o el alumnado; y
3. describir el coste o la relación de coste-efectividad de las estrategias.
Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE (Ovid), Embase (Ovid)y otras cinco bases de datos, la Plataforma de registros internacionales de ensayos clínicos (ICTRP) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el registro del Instituto Nacional de Salud estadounidense (clinicaltrials.gov). La última búsqueda para identificar cualquier ensayo relevante publicado desde la última revisión publicada se realizó entre el 1 de mayo de 2021 y el 30 de junio de 2023.
La "implementación" se definió como el uso de estrategias para adoptar e integrar las intervenciones sanitarias basadas en la evidencia y para cambiar los patrones de práctica dentro de contextos específicos. Se incluyó cualquier ensayo controlado aleatorizado (ECA) o ECA por conglomerados realizado a cualquier escala, en un contexto escolar, con un grupo control paralelo que comparara una estrategia para mejorar la implementación de políticas o prácticas enfocadas a la alimentación, la actividad física, la obesidad, el consumo de tabaco o alcohol por parte del alumnado (de 5 a 18 años) con ninguna estrategia de implementación activa (es decir, ninguna intervención, incluidas la práctica habitual y el apoyo mínimo) o una estrategia de implementación distinta.
Se utilizaron los métodos estándares de Cochrane. Debido al gran número de desenlaces informados, se seleccionaron e incluyeron los efectos de una única medida de desenlace para cada ensayo en el caso del desenlace principal mediante una jerarquía de decisión (es decir, continuas sobre dicotómicas, más válida, puntuación total sobre subtotal). Cuando fue posible, se calcularon las diferencias de medias estandarizadas (DME) para tener en cuenta las medidas de desenlace variables con intervalos de confianza (IC) del 95%. Se realizaron metanálisis utilizando modelos de efectos aleatorios. Cuando no fue posible combinar los datos en un metanálisis, se siguió la metodología Cochrane recomendada y los resultados se informaron según las guías "Synthesis without meta-analysis" (SWiM). Se realizaron evaluaciones del riesgo de sesgo y se evaluó la certeza de la evidencia (sistema GRADE) siguiendo los procedimientos de Cochrane.
Se incluyeron 14 ensayos adicionales en esta actualización, con lo que el número total de ensayos incluidos en la revisión fue de 39 ensayos con 83 grupos y 6489 participantes. De estos, la mayoría se realizaron en Australia y Estados Unidos (n = 15 cada uno). Nueve fueron ECA y 30 fueron ECA por conglomerados. Doce ensayos analizaron estrategias para implementar una alimentación saludable; 17, la actividad física, dos el tabaco, uno el alcohol y siete una combinación de factores de riesgo. Todos los ensayos utilizaron varias estrategias de implementación, siendo las más frecuentes los materiales educativos, las reuniones educativas y las visitas de divulgación educativa o las visitas académicas. De los 39 ensayos incluidos, 26 se consideraron con alto riesgo de sesgo, 11 con algunas dudas y dos con bajo riesgo de sesgo en todos los dominios. Los análisis agrupados encontraron que, en relación con un control (ninguna estrategia activa de implementación), el uso de estrategias de implementación probablemente dé lugar a un gran aumento en la implementación de las intervenciones en las escuelas (DME 0,95; IC del 95%: 0,71 a 1,19; I 2 = 78%; 30 ensayos, 4912 participantes; evidencia de certeza moderada). Esto equivale a un aumento del 0,76 en la implementación de siete componentes de las intervenciones de actividad física cuando la DME se reexpresa con una medida de implementación de un ensayo incluido seleccionado. Los análisis de subgrupos por tipo de centro y por conducta sanitaria o factor de riesgo a los que se dirigió la intervención no identificaron efectos diferenciales, y solo se incluyó un estudio que se implementó a escala. En comparación con un control (ninguna estrategia activa de implementación), no se identificaron consecuencias ni efectos adversos involuntarios de las intervenciones en los 11 ensayos que comunicaron haberlas evaluado (1595 participantes; evidencia de certeza moderada). Nueve ensayos compararon los costes entre los grupos con y sin una estrategia de implementación y los resultados de estas comparaciones fueron contradictorios (2136 participantes; evidencia de certeza baja). La falta de una terminología coherente que describa las estrategias de implementación fue una limitación importante de la revisión.
La traducción de las revisiones Cochrane ha sido realizada bajo la responsabilidad del Centro Cochrane Iberoamericano, gracias a la suscripción efectuada por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España. Si detecta algún problema con la traducción, por favor, contacte con comunica@cochrane.es.