Mensajes clave
- La colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC) son dos formas de enfermedad inflamatoria intestinal (EII). La EII es una enfermedad autoinmune que afecta al intestino, ya que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error a las células, tejidos y órganos sanos.
• El trasplante fecal podría aumentar la proporción de personas con CU activa que logran el control de la enfermedad, definido como remisión clínica (control de la enfermedad definido en función de los síntomas clínicos) y remisión endoscópica (control de la enfermedad definido en función de los hallazgos endoscópicos), y podría tener poco o ningún efecto sobre las tasas de cualquier episodio adverso (episodios no deseados que causan daño a la persona).
- La evidencia fue muy incierta acerca del riesgo de eventos adversos graves y la mejoría en la calidad de vida cuando se utilizó el trasplante fecal para el control de la CU activa.
• La evidencia acerca del uso del trasplante fecal para la inducción de la remisión en personas con EC activa y el mantenimiento de la remisión en personas con CU o EC también fue muy incierta.
• El trasplante fecal es un tratamiento en evolución y se necesitan más estudios para evaluar sus beneficios y riesgos en adultos y niños con CU o EC activas, así como su posible uso para el control a largo plazo de la CU y la EC.
¿Qué es la enfermedad inflamatoria intestinal?
La CU y la EC son dos formas de EII que pueden causar pérdida de peso, dolor abdominal y pérdida de sangre debido a la inflamación (dolor e hinchazón) del tracto gastrointestinal (GI), y que afectan a unos 6 800 000 personas en todo el mundo. Aún no se han determinado las razones exactas por las que las personas desarrollan EII, pero se cree que implican una compleja interacción entre el sistema inmunitario, el revestimiento del tracto gastrointestinal, el medio ambiente y el microbioma intestinal, que conduce a una respuesta inflamatoria anormal en individuos genéticamente susceptibles. La evidencia indica que una composición poco saludable de la microbiota intestinal se asocia con el desarrollo de EII, y su corrección puede ayudar a controlar la inflamación observada en la EII. La administración de heces de un donante sano al paciente, denominada trasplante de microbiota fecal (TMF), podría restablecer un equilibrio saludable de la microbiota intestinal y controlar la inflamación relacionada con la EII en la enfermedad activa (lo que se denomina inducción de la remisión) y a largo plazo (lo que se denomina mantenimiento de la remisión).
¿Qué se quería averiguar?
Se deseaba evaluar los beneficios y los riesgos del TMF para el tratamiento de la EII (CU y EC).
¿Qué se hizo?
Se realizaron búsquedas en múltiples bases de datos de ensayos controlados aleatorizados (ECA), un diseño de estudio considerado superior para la evaluación de intervenciones clínicas, que compararan el TMF con los tratamientos control para la EII. Cuando fue posible se combinaron los datos de múltiples estudios y la confianza en la evidencia se calificó en base a factores como la metodología del estudio, el conocimiento de los participantes sobre el tratamiento recibido y el tamaño de las muestras.
¿Qué se encontró?
Diez estudios (nueve en adultos y uno en niños) mostraron que el TMF podría aumentar las tasas de inducción de la remisión clínica y la remisión endoscópica y podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en las tasas de cualquier episodio adverso en personas con CU activa. Los datos sobre el riesgo de episodios adversos graves y la mejoría de la calidad de vida no estuvieron claros, y no fue posible establecer conclusiones con respecto a estos desenlaces.
Dos estudios proporcionaron datos sobre el uso del TMF para el mantenimiento de la remisión en adultos con CU controlada. En general, la evidencia acerca del uso del TFM para mantener la remisión clínica o endoscópica en la CU controlada, así como sobre el riesgo asociado de eventos adversos y la mejoría en la calidad de vida fue muy incierta.
Ninguno de los estudios incluidos proporcionó datos sobre el uso del TMF para el control de la EC activa.
Un estudio proporcionó datos sobre el uso del TMF para el mantenimiento de la remisión en adultos con EC controlada, y la evidencia sobre los beneficios y los riesgos del TMF cuando se utiliza para mantener la remisión clínica en la EC controlada fue muy incierta.
Los estudios variaron en cuanto a los métodos, dosis y frecuencias de administración del TMF, así como en los tipos de donantes y la gravedad inicial de la enfermedad. Los métodos de administración del TMF incluyeron cápsulas orales, sonda nasoduodenal (un tubo que pasa a través de la nariz hasta el intestino delgado a través del estómago), enema rectal, colonoscopia (un tubo que se introduce en el colon a través del ano) y combinaciones de estos métodos.
¿Cuáles son las limitaciones de la evidencia?
La confianza en la evidencia fue limitada debido al escaso número de participantes, las dudas sobre cómo se realizaron los estudios y las variaciones del efecto entre los estudios en algunos de los análisis. Se necesitan estudios adicionales para abordar los beneficios y riesgos del TMF en adultos y niños con EII.
¿Cuál es el grado de actualización de esta evidencia?
Esta revisión es una actualización de la revisión anterior que se publicó en 2018. La evidencia está actualizada hasta el 22 de diciembre de 2022.
El TMF podría aumentar la proporción de personas con CU activa que alcanzan la remisión clínica y endoscópica. La evidencia acerca de si el uso de TMF en personas con CU activa repercutió en el riesgo de eventos adversos graves o en la mejoría de la calidad de vida fue muy incierta. La evidencia sobre el uso del TMF para el mantenimiento de la remisión en personas con CU, así como la inducción y el mantenimiento de la remisión en personas con EC, también fue muy incierta, y no fue posible hacer afirmaciones concluyentes al respecto. Se necesitan más estudios para abordar los efectos beneficiosos y el perfil de seguridad del TMF en adultos y niños con CU y EC activas, así como su potencial para promover el mantenimiento de la remisión a más largo plazo en la CU y la EC.
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es una enfermedad crónica y recurrente del tracto gastrointestinal (GI) que se cree que está asociada a una compleja interacción entre el sistema inmunitario, el revestimiento del tracto GI, el medio ambiente y el microbioma intestinal, lo que da lugar a una respuesta inflamatoria anormal en individuos genéticamente susceptibles. Una composición alterada de la microbiota nativa del intestino, conocida como disbiosis, puede tener una función importante en la patogénesis de la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC), dos subtipos de EII. Existe un interés creciente en la corrección de esta disbiosis subyacente mediante el trasplante de microbiota fecal (TMF).
Evaluar los efectos beneficiosos y el perfil de seguridad del TMF para el tratamiento de la EII en adultos y niños versus el TMF autólogo, placebo, medicación estándar o ninguna intervención.
Se realizaron búsquedas en CENTRAL, MEDLINE, Embase, dos registros de ensayos clínicos y las secciones de referencias de los ensayos publicados hasta el 22 de diciembre de 2022.
Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados que estudiaron adultos y niños con CU o EC. Los grupos de intervención elegibles utilizaron el TMF, definido como la administración de heces sanas de un donante que contienen microbiota intestinal al tracto gastrointestinal de un receptor, para tratar la CU o la EC.
Dos autores de la revisión de forma independiente examinaron los estudios para inclusión. Los desenlaces principales fueron: 1. inducción de la remisión clínica, 2. mantenimiento de la remisión clínica, y 3. eventos adversos graves. Los desenlaces secundarios fueron: 4. cualquier evento adverso, 5. remisión endoscópica, 6. calidad de vida, 7. respuesta clínica, 8. respuesta endoscópica, 9. retiros, 10. marcadores inflamatorios y 11. desenlaces del microbioma. Se utilizó el método GRADE para evaluar la certeza de la evidencia.
Se incluyeron 12 estudios con 550 participantes: Se realizaron tres estudios en Australia, dos en Canadá y uno en cada uno de los siguientes países: China, EE. UU., Francia, India, Países Bajos y República Checa. Un estudio se realizó en Israel y en Italia. El TMF se administró en forma de cápsulas o suspensiones y se administró por vía oral, sonda nasoduodenal, enema o colonoscopia. Un estudio administró TMF en cápsulas orales y mediante colonoscopia. Seis estudios tuvieron un riesgo general de sesgo bajo, mientras que los demás tuvieron un riesgo de sesgo incierto o alto.
Diez estudios con 468 participantes, de los cuales nueve se centraron en adultos y uno en niños, informaron la inducción de la remisión clínica en personas con CU en el seguimiento más prolongado (intervalo de seis a 12 semanas) y mostraron que el TMF podría aumentar las tasas de inducción de la remisión clínica en la CU en comparación con el control (razón de riesgos [RR] 1,79; intervalo de confianza [IC] del 95%: 1,13 a 2,84; evidencia de certeza baja). Cinco estudios mostraron que el TMF podría aumentar las tasas de inducción de la remisión endoscópica en la CU en el seguimiento más prolongado (intervalo de ocho a 12 semanas); sin embargo, los IC alrededor de la estimación resumida fueron amplios e incluyeron un posible efecto nulo (RR 1,45; IC del 95%: 0,64 a 3,29; evidencia de certeza baja). Nueve estudios con 417 participantes mostraron que el TMF podría dar lugar a poca o ninguna diferencia en las tasas de cualquier evento adverso (RR 0,99; IC del 95%: 0,85 a 1,16; evidencia de certeza baja). La evidencia acerca del riesgo de eventos adversos graves (RR 1,77; IC del 95%: 0,88 a 3,55; evidencia de certeza muy baja) y la mejoría en la calidad de vida (diferencia de medias [DM] 15,34; IC del 95%: -3,84 a 34,52; evidencia de certeza muy baja) cuando se utilizó el TMF para inducir la remisión en la CU fue muy incierta.
Dos estudios, de los cuales uno también proporcionó datos para la inducción de la remisión en la CU activa, evaluaron el mantenimiento de la remisión en personas con CU controlada en el seguimiento más largo (intervalo de 48 a 56 semanas). Fue muy incierta la evidencia sobre el uso del TMF para el mantenimiento de la remisión clínica (RR 2,97; IC del 95%: 0,26 a 34,42; evidencia de certeza muy baja) y la remisión endoscópica (RR 3,28; IC del 95%: 0,73 a 14,74; evidencia de certeza muy baja). La evidencia acerca del riesgo de eventos adversos graves, el riesgo de cualquier evento adverso y la mejoría en la calidad de vida cuando se utilizó el TMF para mantener la remisión en la CU también fue muy incierta.
Ninguno de los estudios incluidos evaluó el uso del TMF para la inducción de la remisión en personas con EC.
Un estudio con 21 participantes proporcionó datos sobre el TMF para el mantenimiento de la remisión en personas con EC. La evidencia acerca del uso del TMF para el mantenimiento de la remisión clínica en la EC a las 24 semanas fue muy incierta (RR 1,21; IC del 95%: 0,36 a 4,14; evidencia de certeza muy baja). La evidencia sobre el riesgo de eventos adversos graves o de cualquier tipo cuando se utilizó el TMF para mantener la remisión en la EC también fue muy incierta. Ninguno de los estudios proporcionó datos sobre el uso del TMF para el mantenimiento de la remisión endoscópica o la mejoría de la calidad de vida en personas con EC.
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