Antecedentes
La forma estándar en que se les aconseja a las personas que dejen de fumar es fumar normalmente hasta el día del abandono del hábito, cuando debe abandonar por completo el consumo de cigarrillos. Sin embargo, muchos han intentado este procedimiento antes y tal vez desearían intentar con algo nuevo. Algunas personas simplemente preferirían reducir la cantidad de cigarrillos que fuman antes de abandonar el hábito de fumar por completo. Antes de que los servicios de salud proporcionen a los individuos la opción de reducir primero la cantidad de cigarrillos o de dejar de fumar completamente, se debe averiguar si la reducción ayuda a la mayor cantidad posible de personas a dejar de fumar.
Hay diferentes maneras en las que las personas pueden reducir la cantidad que fuman (por ejemplo, estableciendo metas, prolongando el tiempo entre los descansos para fumar) de las cuales algunas pueden funcionar mejor que otras. Esta revisión analiza si la disminución antes de dejar de fumar ayuda a las personas a dejar de fumar, y las mejores maneras en que las personas pueden disminuir el consumo para ayudarlas a dejar de fumar por completo.
Características de los estudios
Esta revisión incluye 51 estudios de más de 22 000 personas que fumaban tabaco. La mayoría eran adultos, y los individuos habitualmente fumaban por lo menos 23 cigarrillos por día al inicio de los estudios. Todos los estudios incluyeron al menos a un grupo de personas a las que se les pidió que disminuyeran el hábito de fumar y luego dejaran de fumar tabaco por completo. Este grupo se comparó con un grupo que no recibió ningún tratamiento para dejar de fumar, un grupo al que se le pidió que dejara de fumar por completo, o un grupo al que también se le pidió que disminuyera el consumo de tabaco de una manera diferente. No se incluyeron los estudios que pedían a las personas que redujeran el consumo sin dejar de fumar. Los estudios duraron al menos seis meses. La evidencia está actualizada hasta octubre de 2018.
Resultados clave
No hubo suficiente información disponible para decidir si disminuir la cantidad antes de abandonar el hábito ayudó a más personas a dejar de fumar, en comparación con ningún tratamiento para dejar de fumar. Sin embargo, las personas a las que se les pidió que dejaran de fumar completamente no presentaron una probabilidad mayor de dejar de fumar que las personas a las que se les pidió que disminuyeran el hábito de fumar antes del abandono. Lo anterior sugiere que el hecho de pedirles a los individuos que primero reduzcan el consumo de tabaco puede ser una forma útil de ayudar a las personas a dejar de fumar. Las personas que reducen el hábito de fumar mientras usan vareniclina o una forma de tratamiento de reemplazo de nicotina (TRN) de acción rápida, como goma de mascar o pastillas, tienen más probabilidades de dejar de fumar que las personas que reducen el hábito de fumar sin usar un medicamento que los ayude. La provisión de apoyo de forma directa a las personas para reducir su consumo de tabaco puede ayudar a más personas a dejar de fumar que si se les proporcionan materiales de autoayuda para que ellos mismos reduzcan el hábito. No hubo suficiente información disponible para decidir si otras características de la intervención de reducción del hábito de fumar mejoraron las probabilidades de que las personas dejaran de fumar.
Se analizó si el hecho de que se les solicitara reducir el consumo de tabaco antes de dejar de fumar producía efectos negativos, como deseo de consumir cigarrillos, dificultad para dormir, estado de ánimo deprimido o irritabilidad. La mayoría de los estudios no proporcionaron información al respecto, por lo que se necesitan más estudios para responder esta pregunta.
Calidad de la evidencia
Existe evidencia de calidad muy baja que examina si la reducción del hábito de fumar antes del abandono ayuda a más personas a dejar el hábito que ningún tratamiento. La calidad se calificó como muy baja, debido a que hubo problemas con el diseño de los estudios, los resultados de los estudios fueron muy diferentes entre sí y no hubo una cantidad suficiente de participantes, lo cual dificultó determinar si la reducción ayuda a las personas a dejar de fumar. Sin embargo, hay evidencia de certeza moderada de que la reducción antes de dejar de fumar puede dar lugar a tasas de abandono del hábito similares a las del abandono completo del hábito de fumar, lo que sugiere que la reducción puede ser un enfoque útil. Esta evidencia se calificó como moderada debido a que existe la posibilidad de que los estudios futuros descubran que la reducción ayuda a más o menos personas a dejar de fumar en comparación con el abandono completo del hábito. También hay evidencia de calidad moderada de que las personas pueden ser más propensas a dejar de fumar al disminuir el hábito primero cuando utilizan un medicamento para dejar de fumar como la vareniclina o un tipo de TRN de acción rápida como ayuda. Esta evidencia se calificó como de certeza moderada debido a que no hubo suficientes participantes, por lo que se necesitan más estudios.
Existe evidencia de certeza moderada de que ni las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono ni las intervenciones de abandono abrupto resultan en tasas superiores de abandono a largo plazo al compararlas entre sí. La evidencia que compara la eficacia de las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono con ningún tratamiento no fue concluyente y es de certeza baja. También hay evidencia de certeza baja que sugiere que las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono pueden ser más efectivas cuando se utiliza el tratamiento farmacológico como ayuda, particularmente el TRN de acción rápida o la vareniclina (evidencia de certeza moderada). La evidencia de cualquier efecto adverso de las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono fue escasa, aunque los datos disponibles indicaron que no hubo exceso de EAG antes del abandono ni de síntomas de abstinencia. Se disminuyó la calidad de la evidencia a través de las comparaciones debido al riesgo de sesgo, la inconsistencia y la imprecisión. La investigación futura debe procurar la realización del pareamiento de cualquier componente adicional de las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono que incluyan componentes múltiples entre los brazos del estudio, de manera que se pueda aislar el efecto de la reducción. En particular, los estudios bien realizados y con un poder estadístico adecuado deben centrarse en la investigación de las características más efectivas de las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono para maximizar las tasas de abandono.
La forma estándar en que se aconseja a la mayoría de las personas que dejen de fumar es abandonando el hábito abruptamente en un día designado para dicha interrupción. Sin embargo, muchas personas que fuman han intentado dejar de fumar muchas veces y pueden querer probar un método alternativo. La reducción de los comportamientos del tabaquismo antes de dejar de fumar puede ser un enfoque alternativo para abandonar el hábito. Sin embargo, antes de poder recomendar este método, es importante asegurar que el abandono abrupto no es más efectivo que la reducción del hábito para lograr el abandono, y determinar si existen maneras de optimizar los métodos de reducción para aumentar las probabilidades de abandono.
Evaluar el efecto de las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono sobre el abandono del hábito de fumar a largo plazo.
Se realizaron búsquedas de estudios en el Registro Especializado del Grupo Cochrane de Adicción al Tabaco (Cochrane Tobacco Addiction Group), MEDLINE, Embase y PsycINFO, utilizando los términos en inglés: cold turkey, schedul*, cut* down, cut-down, gradual*, abrupt*, fading, reduc*, taper*, controlled smoking y smoking reduction. También se realizaron búsquedas en los registros de ensayos para identificar estudios no publicados. Fecha de la búsqueda más reciente: 29 octubre 2018.
Ensayos controlados aleatorios en los que se aconsejó a las personas que fumaban que redujeran el consumo de tabaco antes de dejar de fumar por completo en al menos un brazo del ensayo. Este consejo se podía haber proporcionado utilizando materiales de autoayuda o apoyo conductual, y se podía o no proporcionar junto con tratamientos farmacológicos para dejar de fumar. Se excluyeron los ensayos que no evaluaban el abandono como resultado, con un seguimiento de menos de seis meses, en los que la reducción del hábito en los participantes fue de forma espontánea sin que se les aconsejara hacerlo, en los que el objetivo de la reducción no era dejar de fumar del todo o en los que se les aconsejó cambiar a cigarrillos con niveles más bajos de nicotina sin reducir la cantidad de cigarrillos consumidos ni el tiempo que empleaban fumando. También se excluyeron los ensayos realizados en mujeres embarazadas.
Se utilizaron los métodos Cochrane estándar. El abandono del hábito de fumar se midió después de al menos seis meses, mediante la definición más rigurosa disponible, sobre la base del análisis por intención de tratar (intention-to-treat analysis). Cuando fue posible, se calcularon los cocientes de riesgos (CR) y los intervalos de confianza (IC) del 95% para el abandono del hábito de fumar para cada estudio. Se agruparon los estudios elegibles según el tipo de comparación (ningún tratamiento para el abandono del hábito de fumar, intervenciones para el abandono abrupto del hábito de fumar y otras intervenciones de reducción para lograr el abandono) y se realizaron metanálisis cuando fue apropiado, mediante un modelo de efectos aleatorios de Mantel-Haenszel. También se extrajeron datos sobre los intentos de abandono del hábito de fumar, la disminución del hábito previa al abandono, los eventos adversos (EA), los eventos adversos graves (EAG) y los síntomas de abstinencia de nicotina, y se realizó un metanálisis de los mismos cuando se dispuso de datos suficientes.
Se identificaron 51 ensayos con 22 509 participantes. La mayoría reclutó a adultos de la comunidad utilizando medios de comunicación o publicidad local. Las personas incluidas en los estudios habitualmente fumaban un promedio de 23 cigarrillos por día. Se consideró que 18 de los estudios estaban en riesgo de sesgo alto, aunque la restricción del análisis solo a los cinco estudios con un nivel bajo o a los 28 estudios en riesgo de sesgo incierto no alteró de manera significativa los resultados.
Se identificó evidencia de certeza muy baja, limitada por el riesgo de sesgo, la inconsistencia y la imprecisión, que comparaba el efecto de las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono con ningún tratamiento sobre las tasas de abandono (CR 1,74; IC del 95%: 0,90 a 3,38; I2= 45%; 6 estudios, 1599 participantes). Sin embargo, al comparar las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono con el abandono abrupto (atención estándar), se encontró evidencia de que ninguno de los dos enfoques dio lugar a tasas de abandono superiores (CR 1,01; IC del 95%: 0,87 a 1,17; 2= 29%; 22 estudios, 9219 participantes). Esta estimación se considera de certeza moderada, debido a la imprecisión. El análisis de subgrupos proporcionó alguna evidencia (p = 0,01; I2 = 77%) de que las intervenciones de reducción del hábito para lograr el abandono pueden dar lugar a tasas de abandono más favorables que el abandono abrupto si se utiliza vareniclina como ayuda para la reducción. El análisis que comparó la reducción mediante el uso de tratamiento farmacológico con la reducción sola encontró evidencia de certeza baja, limitada por la inconsistencia y la imprecisión, de que la reducción con ayuda del tratamiento farmacológico produjo tasas de abandono mayores (CR 1,68; IC del 95%: 1,09 a 2,58; I2 = 78%; 11 estudios, 8636 participantes). Sin embargo, un análisis de subgrupos significativo (P < 0,001; I2= 80% para las diferencias de subgrupos) sugiere que lo anterior puede observarse solo cuando se utiliza TRN de acción rápida o vareniclina (evidencia de certeza moderada para ambos) y no cuando se utilizan parches de nicotina, TRN combinado o bupropión como ayuda (evidencia de calidad baja o muy baja). Es probable que la evidencia adicional cambie la interpretación de estos últimos efectos.
Aunque hubo alguna evidencia a partir de las comparaciones dentro de los estudios de que el apoyo conductual a la reducción del hábito para lograr el abandono dio lugar a tasas de abandono más altas que los recursos de autoayuda solos, la eficacia relativa de otras características de las intervenciones de reducción del hábito de fumar para lograr el abandono investigadas mediante comparaciones dentro de los estudios y entre los estudios no proporcionó evidencia de que hubiese una mejoría en el éxito de las intervenciones de reducción del hábito de fumar para lograr el abandono. Los EA, los EAG y los síntomas de abstinencia de nicotina previos al abandono se midieron de forma variable y con poca frecuencia entre los estudios. Hubo alguna evidencia de que los EA ocurrieron con mayor frecuencia en los estudios que compararon la reducción mediante el uso de tratamiento farmacológico versus ningún tratamiento farmacológico; sin embargo, los EA informados fueron síntomas leves y habituales asociados con el uso de la TRN. No hubo evidencia clara de que el número de personas que informaron EAG o cambios en los síntomas de abstinencia difirieran entre los brazos del ensayo.
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